Capítulo 12-La decisión

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Cuando llegó al hospital, Hinata dormía plácidamente envuelta en su chaqueta, mostrando una pequeña sonrisa en su rostro angelical. Por ello, la acomodó en su espalda y caminó a la habitación de la pequeña rubia, siguiendo las indicaciones de los corredores.

Una vez que identificó la habitación, su mano quedó congelada unos centímetros del pomo de la puerta, como no era Shikamaru, no tenía ningún plan determinado ni podía analizar 200 situaciones a la vez, ya que ni siquiera sabía cómo había llegado a ese lugar, ni mucho menos que le diría. Retrocedió un paso con la pequeña en su espalda. "Mejor lo hago mañana" Pensó nervioso, pensando que sólo incomodaría a Temari. Pero entonces un sentimiento de culpa invadió su interior y volvió a la manilla de la puerta para atreverse a dar el primer paso. De pronto, sintió la presencia de alguien más tras de él y se volteó a ver nervioso.

—Lo siento. —Respondió entre dientes.

—Naruto, finalmente has venido. —Le habló una voz familiar.

—¿Eh? Gaara, lo siento por no haberte saludado antes en la oficina de la Hokage, en ese momento estaba alterado. —Comentó nervioso.

—Lo sé, no tienes que disculparte.

—Por cierto...sabes ¿Cómo está Temari?

—Ella duerme. —Fue toda la respuesta que recibió por parte del colorín. Luego sintió una mano en su hombro y con un movimiento de cabeza, el Kazekage lo instó a cruzar la puerta.

A las espaldas de Gaara, permanecía Kankuro, quien estaba apoyado en la muralla con los ojos cerrados y sus brazos entrelazados en su pecho. Naruto dirigió su mirada hacia él, entonces notó como el castaño lo miró de mala manera, generando que el rubio se sintiera incomodo. No sabía si era por Temari o por él, pero sabía que no estaba feliz por la situación. En lugar de detenerse a pensar en eso, Naruto se atrevió a entrar a ver a su hermana.

Lo primero que se veía en la habitación, era un enorme peluche sentado en una silla, mientras en el lado derecho, había una cama vacía, la cual utilizó para acostar a la pequeña Hinata que dormía en su espalda. Justo a su lado, se encontraba una cortina blanca, y ropa en otra silla a los pies de la cama. A lo lejos, vio como ambos hermanos de la arena tocaban el hombro de Shikamaru, quien se encontraba durmiendo con su cabeza apoyada en la cama de la pequeña rubia.

—Gaara-sama, me sorprendió. —Dijo el genio con un sonoro bostezo.

—¿Cómo está? —Preguntó Gaara con su mirada fija en la niña.

—Sigue igual, a ratos su temperatura aumenta, luego disminuye. Está muy inquieta, no ha despertado. —Mencionó, reprimiendo un bostezo. —Niña problemática.

—Siempre lo fue, muy problemática. —Aclaró Kankuro. —También era peleadora, cercana a nuestro padre y muy protectora con nosotros. Recuerdo que siempre decía mi madre la dejaba a cargo de nosotros.

—Te cuidaba a ti, porque yo no necesitaba una niñera. —Respondió Gaara con seriedad.

—No, pero recuerdo que al kazekage le gustaba dormir cuando Temari le leía. —Se burló el castaño.

—No me provoques.

Naruto los miró a la distancia, aunque se encontraban en la misma habitación, sentía como si fuera ajeno a esa escena. Por un momento, un sentimiento amargo invadió su corazón, teniendo en cuenta que esos recuerdos que contaban con tanta emoción le pertenecían a él y no a esos dos. Después de todo, la pequeña que dormía era su hermana, no de Gaara ni de Kankuro. No entendía el motivo, pero sentía rabia de que Temari lo hubiera abandonado de bebé, considerando que tenía que cuidarlo. Si no hubiera sido por ella, su infancia no habría sido tan oscura y dolorosa. A fin de cuentas, Temari era la causante de que no la recordara, porque había decidido no ser parte de su vida. Por esa razón, ahora no eran nada, lo único que tenían en común eran sus padres. Retrocedió un paso más hasta quedar justo al lado de la puerta. "Ella no me necesita, yo no la necesito" Pensó antes de girarse, pero al abrir la puerta de la salida se encontró con la cara sonriente de su sensei.

Hina y Temi-ChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora