No había dormido en todo el viaje de vuelta, y como prueba de ello estaban las latas de café que ocupaban el lado del copiloto de aquel Mustang.Pero aquello valió la pena, y es que estaba frente al castillo la mañana en la que había quedado con su sobrina.
No sabía que tenía planeado la joven, aunque se podría hacer una pequeña idea, pero lo que si sabía es que iba a estar de su lado, cuidándole las espaldas y suplicando que no deba poner en marcha su plan b.
Aparcó el coche en el mismo lugar del que lo había sacado, agarró una bolsa negra de basura, de las que había en el garaje, y tiró en ella todos los restos de café.
Al subir las escaleras hasta llegar al hall principal se encontró a su hermana junto a varias personas pertenecientes a la corte y, apoyadas en las paredes, muchas maletas y algún que otro baúl.
-Buenas...¿Y todo esto?
-¡Oh ya has llegado!- dijo con sorpresa su hermana, después de girarse tras oírle, acercándose para abrazarle- Debo irme por un asunto de una ciudad en la otra punta.
-Pues menos mal que no se ha quedado sola...- susurró.
-¿Me decías algo?- la mirada de Seleria denotaba curiosidad.
-Que tengas un buen viaje decía.
Un hombre pelirrojo y menudo se acercó a ellos, era Glunn uno de los asistentes de su hermana, por lo que Velarion se apartó.
-Creo que te necesitan- dijo mientras señalaba con el mentón al hombre- probablemente te vayas ya así que- mientras le ponía una mano en su brazo cálidamente- vuelve pronto.
Seleria le abrazó.
-Estoy embarazada- le susurró para separarse rápidamente e irse con Glunn.
Con estas palabras dejó a Velarion pasmado en el sitio.
Este en cuanto vió que los coches oficiales se alejaban salió a toda prisa con un destino en mente.
☾ ☾ ☾ ☾
No había dormido mucho esa noche. Por su mente pasaba continuamente la idea de que Tobías, por alguna razón, buscaría su tarjeta y descubriría que no está ahí, lo que haría que fuese inmediatamente a por ella. Así que cada vez que esa imagen se aparecía en sus sueños, Lyra abría de repente los ojos y no podía volverse a dormir.
Cuando salió el sol decidió salir de la cama, sabiendo ya que no iba a pegar ojo, y comenzó a prepararse para despedirse de su madre por la mañana y salir a media tarde con Velarion, si es que llega, pensaba.
Cogió una falda larga y negra que conjuntó con un jersey blanco de cuello cisne y unas botas negras.
Se ató su pelo plateado en un moño y se colocó en su ojo rojo un parche negro de cuero.
Maquilló el resto de su cara de forma natural, haciendo todo lo posible para tapar las ojeras y darle algo de vida a su rostro.
A las nueve y media un sirviente pelirrojo, Lock, la avisó de que el desayuno estaba listo, así que se encaminó para ver por última vez en un tiempo a su madre, otra vez.
Cuando llegó allí nadie más había llegado. Se sentó en su silla, a la izquierda de su madre, quién no tardó en llegar junto a su marido, quién, en cuanto la vió, sonrió con suficiencia.
Ambos ocuparon sus lugares.
-Cariño te noto cansada. ¿Has dormido bien?
Lyra dió un respingo en cuanto sintió mirada inquisitiva de Tobías tras la pregunta de su madre.
-Me quedé hasta tarde estudiando y me he levantado temprano para verte antes de que te vayas, pero no es nada.
-Bien- su madre asintió, como si procesase la mentira- Tu tío no me ha avisado así que...
-El pl... la salida sigue en pie ¿no?
Si no la cago estaría bien.
-¿Qué salida?- la pregunta del pelinegro puso a la chica nerviosa.
-Velarion va a llevar por ahí a dar una vuelta, probablemente volando y después caminarán por el bosque.
Por estas cosas te adoro mamá.
-Umgh...- soltó para hacer notar su disconformidad con eso.
-Y cuéntame mamá, ¿cuáles son tus planes durante el viaje?
Con esa pregunta Seleria estuvo hablado durante todo el desayuno sin dejar que su marido hablase y centrándose únicamente en su hija.
Terminaron de desayunar y se dirigieron a la salida, cada uno con destinos diferentes.
Lyra le prometió a su madre que la despediría antes de que se fuera, pero lo que la joven no sabía era que no iba a cumplir esa promesa y que esa sería la última vez que vería a su madre.
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La reina mestiza
FantasyLos humanos lo conocen como el triángulo de las Bermudas, pero solo es un hechizo ilusorio que protege dos reinos ahora aliados. Nadie quiere a una princesa, y menos a una reina, mestiza y los dragones siendo tan orgullosos se niegan completamente...