Capítulo 11

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Tomaron una pequeña furgoneta granate, utilizada la mayor parte del tiempo por los sirvientes, del garaje real, con el fin de no llamar la atención en la ciudad.

Si a alguno de los mecánicos le extrañó la elección no dijeron nada, pero Lyra si que pilló alguna mirada estupefacta de estos, cuando ya estaban dentro del coche, por el retrovisor.

A mitad de camino Velarion se desvió a un lado de la carretera, ocultándolos entre los árboles de ojos indiscretos.

Tras aparcar ambos bajaron del vehículo, Lyra comenzó cambiando el coche, transformándolo en un Seat Panda negro.

Con un chasquido de dedos tanto Velarion como Lyra tomaron la apariencia que habían tomado la última vez: Velarion tenía el pelo castaño y apagado, y sus ojos eran marrones; Lyra, tras haberse quitado el parche, dejó a la vista dos ojos idénticos a los que tenía ahora mismo Velarion y su pelo, que ató en una coleta, era de un castaño oscuro. Al verse ya con esa apariencia él agarró la mochila con la ropa desgastada para cambiarse. Una vez hecho todo esto volvieron a ponerse en marcha.

Ya estaban cerca del pueblo cuando Velarion bajó el volumen de la música, haciendo que Lyra dejase de cantar la canción de Britney Spears que sonaba en la radio.

Le miró cuando lo hizo.

- Exactamente, ¿cuál es el plan?

- Lo primero que necesito es que saques dinero de mi cuenta ya que yo soy menor de edad y si nadie te ve  mejor, después vas a comprar un móvil y a conseguirme una tarjeta prepago...

Antes de que continuase Velarion la interrumpió.

-En la que voy a tener que dar mi nombre porque claramente tú no puedes ¿verdad?

-Si, lo siento. Darás como escusa que eres un trabajador del castillo y que lo has pedido como favor, no habrá problemas con las pruebas tu mismo te puedes hacer un papel autorizándote a hacerlo, me darás todo ya preparado para usar y allí veré si está el chico de la otra vez, me acercaré a él, entablaré una conversación y si los astros se alinean tendremos a alguien que nos mantenga al día de lo que ocurre en la ciudad esta misma tarde.

Velarion aparcó el coche, ya en la ciudad, y la miró.

-¿Y si el chico no está se acabó todo?

- Si el chico no está tocará improvisar, the show must go on.

Y eso mismo fue lo que hicieron.

Velarion se aseguró de que nadie le estaba viendo cuando se acercó al cajero y sacó bastante dinero que se guardó en la cartera con sumo cuidado.

Volvió con Lyra y ambos se dirigieron a comprar un teléfono. Al entrar en la tienda eligieron un móvil cualquiera de los que estaban expuestos.

-No puede ser de otro color, blanco no me gusta.

- Coge una funda negra y problema solucionado.

A la hora de pagar el dependiente que se encontraba en la caja preguntó si querían que lo encendiese y configurarse, ellos aceptaron y Velarion le entregó la tarjetita prepago que había comprado minutos antes.

Una vez fuera de la tienda Lyra se giró para quedar frente a Velarion.

- Voy a ir yo sola, como cualquier otro adolescente.

Velarion aceptó y la vió alejarse, alegrándose de que la joven estuviese haciendo, por fin, cosas de personas de su edad.

Aunque tuvo que dejar de lado esa alegría para ponerse serio al ver quién le estaba llamando.

-Han pasado cosas y es el momento en el que me devuelvas esos favores.

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⏰ Última actualización: Apr 03, 2023 ⏰

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