𝙑𝙖𝙡𝙚𝙧𝙞 | Kirk Hammett

¿𝕰𝖘𝖙𝖆𝖘 𝖉𝖊𝖈𝖑𝖆𝖗𝖆𝖓𝖉𝖔𝖙𝖊?

—Sí. —Sonreí.

—Si, ¿qué? —Pregunto confundido.

—Sí, me gustó.

Le brillaron los ojos al sonreír.

—Me gusta como sonríes. —Borro la sonrisa y arrugó las cejas.

—¿No sonríes mucho verdad? Deberías hacerlo más seguido. —Le dije.

Aún me sentía confundida. No me arrepiento de lo que pasó. Pero esto me dejó con varias preguntas inundando en mi mente, cómo ¿Que me considera Kirk ahora? ¿Lars se enojaría de verdad si tuviera algo con Kirk? ¿Porque me siento tan rara?

—¿Te sientes bien? —Kirk movió una mano a dónde mis ojos posaban.
—¿Puedo besarte otra vez?

—Deberias...

Y aquí vamos de nuevo, con otro besó.
Este fue más tierno, pude sentir una sonrisa mía y por parte de el en medio de este.

—Te quiero Leri. —Recostó su cabeza sobre mi hombro.

—Yo también Kirk. —Imite su acción.

La lluvia estaba pasando. Las calles estaban más vacías, debio a está.

Nos fuimos caminando hacia casa, saque mis llaves, y al abrir la puerta, Cliff era el único que nos recibió.

—¡Kirk! ¿Valeri? ¡¿Dónde estaban?¡ La lluvia estaba horrible. —Dijo moviéndose a un lado para dejarnos pasar.

—Pues fuí en busca de tus donas. Aquí tienes —Le entrego la bolsa.

—¡Gracias! ¿Ustedes ya comieron? —Cerro la puerta.

—Sí, esperar a que pase la lluvia dió hambre, Así qué —Encogi los hombros.

—¿Por qué ustedes siempre llegan juntos? —Cruzó los brazos.

—Eh... Casualidad ¿No? —Kirk volteo a verme.

—Sí, seguro —Asentí lentamente.

Tome una ducha, ya que la lluvia arruinó mi ropa por completo.

Estaba en la lavandería dejando mi ropa. Subí las escaleras y Cliff estaba en mi habitación. Entre viendolo algo confusa, y el cerró la puerta con seguro.

—Ya dime, ¿Tú y Kirk traen algo? —Se sentó en mi silla giratoria.

¿Cómo es que este se lo sabe todo?

—Te lo diré, ¡pero cierro la boca! —Lo apunté.

—¡Bien! —Alzo ambas manos.

—Dimos un paseo, empezamos a conversar, nos besamos hoy, ¡Y ya! —Hize movimientos con mis manos.

—¡¿Son novios?!

Lo mismo me preguntó Cliff.

—No ¿Supongo?

—¡¿Cómo no vas a saber?!

—Nunca me dijo ¿Quieres ser mi novia?

—¿No estará jugando contigo verdad? —Me miro serio.

—Espero que no Cliff. —Me lanze a mi cama.

—Voy a estar en mi habitación ¿Sí? —Se puso de pie.

—Bien. ¡Confío en tí! —Escuche la puerta cerrarse.

—¿Quieres que te alcanze algo? —saco su cabeza por un pequeño espacio de la puerta.

—No, estoy bien, gracias.

Comencé a tomar mi SketchBook. Nesecitaba desestresarme y despertar la mente con algo. Pero era inútil, mi mente estaba bloqueada. ¿Pensando en Kirk?, No, para nada. ¡Pensando en dormir!

Estaba teniendo un sueño raro, dónde me sentía presionada a tomar una decisión difícil. Y todos mis sueños son raros, así que meh, Quería saber que escogería. Pero Lars corto mi imaginación.

—¡Valeria, vamos a comer! ¡Apúrate! —Me quito mi manta.

—Lars, un ratito. —Dije quejándome.

—Que ratito ni que nada ¡Vamos!

—Pareces una mamá frustrada levantando a su hijo para ir a la escuela —Me senté y lo mire enojada cruzando me de brazos.

—Prefiero parecer una mamá frustrada a ser una perezosa.

—Tu eres aún más perezoso. —Lo mire obvia.

—Ya son las doce y media ¡A la una de la mañana cierra el bar! —Ignoro lo que dije.

—¡¿Las doce y media?! —Abri los ojos.

—¡Pues sí! ¿Acaso persiste la noción del tiempo? ¡Llevas durmiendo ocho horas! —Vocalizo más las últimas palabras.

—Dios, ¡Y aún sigo teniendo sueño!

—Bueno te espero abajo. —Lars fue a la sala.

Por la lluvia que hubo, es probable que haya mucho calor, así que no llevaré ninguna chaqueta.

Subí al carro donde ya todos se encontraban, y fui a la ventana derecha. Llegamos al bar, dónde casualmente a estas horas no había nadie, ya que era jueves, y no un viernes o un fin de semana, y ninguna banda se presentaba a tocar.

Tenía razón, hacía demasiado calor. Los demás se quedaron jugando Billar. Mientras que yo salí a tomar aire al balcón del segundo piso.

—¿No juegas Billar? —Aparecio Kirk.

—¿El calor no te está sofocando? —Lo mire divertida.

—Sí, pero las cervezas heladas lo mejoran un poco. —Dijo riendo.

—Pues ¡bien por ti Kirk! —Le sonreí.

—¿Me vas a llamar siempre Kirk? —Volteo a verme. —¡Vamos! créame un apodó.

—Um... —Pense un momento.— ¿Kirkie?

—¡Que original! —Solto una pequeña risa.

—¡Lo siento!, poner apodos no es lo mío, mejor create un apodo tu mismo!

—Bien.

—¿Cómo te llamarías? —Le pregunté.

—Tu novio.

Mi respiración se aceleró más de lo que estaba en ese momento. ¿Acaso Kirk quiere que muera de un ataque al corazón?

—¿Estás declarándote? —Lo mire con una sonrisa.

—Si así lo quieres...

Acaso acababa de...