𝕰𝖍 ¿𝖕𝖊𝖗𝖉𝖔𝖓?

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Valeri

Llevo un mes desde que convivía con los chicos, cada vez mi amistad y confianza con ellos aumentaba. Cliff es la persona en la que le puedo confiar mis palabras ¡Y siempre me escucha cuando lo necesito! Con James puedo contar para lo que sea, la semana pasada me animé a ir a una fiesta a última hora ¡Y me tenían ropa lista porque sabía que cambiaría de opinión! A Kirk lo estoy conociendo, pero realmente lo amo, ¡Siempre adivina lo que tengo en mente! Y cuando veíamos una película de drama, me regalaba helado, porque sabía que este me reconfortaba. Y Lars... sigue siendo Lars.

Estaba utilizando las acuarelas que Lars me regaló por la navidad del año pasado, ¡Son geniales! Se están por acabar, ¡Espero que me regalen otras!
Adoro experimentar diferentes tipos de arte, y utilizar nuevas pinturas, mi pintura favorita es el acrílico, me hubiera gustado traerlas, pero ocupaban demasiado espacio en mi maleta, así que decidí traer las acuarelas.

—¡Oye Leri! ¿Quieres ver una película con nosotros? –Kirk se acercó a mi habitación.

—Si, ¡Pero que no se trate de algo triste! –Cruze los brazos.

—¡Tengo helado!

—¿De que sabor es?

—Dulce de leche ¡Tú favorito! Vamos antes de que empiece la función. –Me apresuró.

—¡¿No será cine en casa?! –Tome mi chaqueta.

—Um, Lars de casualidad lanzo una baqueta muy fuerte...y daño la tele.

—Bueno, ¡Es Lars!

—Es Lars. –Se encogió de hombros.

—¿Vamos?

—¡Vamos! –Me tomo de la mano.

...

Estábamos en el cine, Aún no empezó la película, pero nosotros ya nos habíamos acabado las palomitas ¡Siempre nos pasa lo mismo!

La película empezó cinco minutos después, y una pareja delante de nosotros no dejaba de besuquiarse  ¡Puaj! ¡Estamos en una película triste! Hubieran elegido una romántica por lo menos ¡¿No creen?!

Bueno y como era de esperarse, Lars empezó a hacer un escándalo.

—¡¿Por qué no se guardan las ganas para después?! –Se levanto de su asiento.

—¡Lars! ¡¿Que haces?! ¡Te van a botar a tí, no a ellos! –Le susurré.

—¡No es mi culpa que no tengas novia! –El muchacho le gritó.

Ay.

—¡Boten a esa pareja! ¡No dejan disfrutar la película! –Unos extraños se unieron a Lars.

Bueno, por lo menos ahora sí botan a alguien, Lars no será el único.

—Por favor, les pedimos guardar silenció. –El de seguridad se acercó a nosotros– Señor, por favor ¿Podría acompañarme afuera?

—¡¿Me lo dice a mí?! –Lars frunció la frente-.

—Si caballero, usted es el que ocasionó el desorden.

—Per-

—¿Usted también lo quiere acompañar señorita? –Me interrumpió.

—Sí, con gusto. –Me levanté.

—Y yo. –James se puso de pie.

—Yo igual. –Lo sigui Kirk.

—¡Enserio! ¿Yo también tengo que hacer esto? –Dijo Cliff.

—¡Cliff! –Dijimos todos.

—Bueno, ¡Yo también! –Dejo su asiento.

Para nuestra sorpresa, un grupo de aproximadamente 7 personas también salieron del lugar.

—Bueno, Nos pudimos haber perdido la película...¡Pero no las palomitas! –Intente animarlos.

—¿Verdad que ahí son deliciosas? ¡Ah! ¡Y todavía falta el helado! Pero a ti te gusta probarlo después de ver una película. –Kirk Agacho la cabeza.

—¿Pero que dices? ¡Cualquier ocasión es buena para comer helado! –Le sonreí.

—¿También me compraron a mi cierto? –Cliff se sentó debajo de un arbol.

—¡Claro! ¿Vamos a casa?

—¡Sí, ya quiero probar esos helados! –Lars arranco el auto.

...

Termine de comer helados y me coste en mi habitación, estaba mirando al techo, sin hacer nada, a veces adoro no hacer nada, y a veces detesto no hacer nada.

—¿Te puedo acompañar?

—Adelante Kirk. –Se acostó a mi lado–
Por cierto ¡Muchas gracias por el helado! –Mi vista seguía en el techo.

—No hay de que, después de un mal momento, ¡el helado te devolverá el aliento!

—¿Eso lo creaste tú? –Reí.

—¡Si! ¿Es muy mala? –Me miro.

—¡Para nada! Eres muy creativo. –Sonreí.

—Te quiero mucho ¿sabes?

Estoy delirando, o ¿comer helado muy rápido me afectó el cerebro?

—Eh ¿Perdón? –Pose mis ojos sobre él.

—Que aún queda mucho.

—¿Mucho qué? –Le pregunté.

—Pues ¡queda mucho Helado! Está en el congelador, en el segundo cajón, por si quieres más –Se levanto de la cama.

Si, estaba delirando, aunque me hubiera gustado no delirar, ¿Creo?

—¡Guardame un poco para la noche!

—¡Creo que te ganaron tu porción! –Grito mientras bajaba las escaleras.

—¡Ey!





𝙑𝙖𝙡𝙚𝙧𝙞 | Kirk Hammett Donde viven las historias. Descúbrelo ahora