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Doha, Qatar 2022



Pedri no podía creer a su suerte. Era de madrugada ya y tenía hambre porque los muertos de sus compañeros de selección no le habían dejado comida cuando se durmió para el horario de la cena después del partidos.
Y daba la puta casualidad, que Aurora se encontraba en la cocina robando comida también.

- Te regalo un paquete de cheetos si no decis nada...

Se rió de la cara que puso cuando la encontró entre la parte de las frituras.

- Estás consumiendo la comida de tu selección así que yo no he visto nada - levantó las manos en señal de paz.

Aurora asintió, y le extendió aquel paquete de frituras que tanto le gustaba y tan poco podía consumir.

Era la primera interacción verdadera que tenían ambos, y trataban de evitar el tema de conversación que deberían de hablar porque no tenían a uno, sino dos países pensando que serían una pareja excelente.

- ¿Queres ir a la sala de juego a comer y jugar fifa un rato? ¿O ya te ibas?

El español se quedó quieto, no se esperaba esa propuesta pero tampoco iba a rechazarla.

- ¿Segura? Es decir, yo no, no tengo problema porque tampoco tengo sueño pero...

Aurora lo miró sonriendo. Era muy tierno la forma rápida que tenía de hablar y aque acento lo hacía diez veces mejor.

- Si no queres o no podes no hay problema yo...

- No no, que quiero - cortó Pedri ante la mínima posibilidad de perder el hablar con ella - ¿Tienen consola?

- ¿Te referís a la play? - preguntó Aurora.

- Si, perdón... es la costumbre.

Al final los dos fueron al área de descanso que tenían los jugadores argentinos. Era hermoso, todo decorado con luces de neón, y había mucha tecnología por donde se viera.

- Creo que he entrado al cielo...

Inevitablemente sonrió al escuchar la risa de Aurora, los dos acomodaron las cosas que la chica había robado de la cocina y prendieron la play para jugar algunos partidos de fifa. No demasiados porque Pedri tenía responsabilidades al otro día, y aunque Aurora no, tampoco era sano quedarse hasta las siete de la mañana, como fue el caso.

- ¡GOOOOOOL!

- ¡PERO LA RECALCADA CONCHA DE TU MADRE!

De las diez partidas que habían jugado, Pedri, con aquella, ganaba siete, y Aurora apenas pudo hacer tres.

- ¡Eres malisima en esto!

El canario ni siquiera entendía cómo es que se había animado a decirle aquello, pero se alivió completamente cuando la carcajada de la castaña llegó a sus oídos.

- ¡No soy mala! Pasa que vo' sos re vicio - se defendió la primogénita de Messi.

- Es verdad que yo soy un poco vicio y le meto mis horas a ello pero de verdad eres muy mala.

Para cuando quisieron darse cuenta, eran las ocho de la mañana, y de repente tenían a toda la Scaloneta (bueno, no toda porque algunos todavía dormían) viendo la escena atónitos.

- Epa, epa, epa ¿Qué pasó acá? - preguntó Rodrigo llegando justo detrás de la castaña.

- Empiezan a joder y los castro a todos - cortó Aurora cuando vió como Licha y el Cuti estaban por comentar algo.

Love Story | Pedri GonzalezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora