11. Él que le teme a morir, que no viva.

151 6 2
                                    




—Para serte honesta, sí me dolió lo que decían de mí. Fue una revelación abrumadora, no sabía que era tan frágil a las críticas, pero no dudo de nuestra relación —expliqué con sinceridad.

Noté cierto alivio en su cara cuando terminé de hablar.

—Me alegra escuchar eso —sonrió.

—En cuanto a la relación, no dudo que siento algo por vos, pero me gustaría saber qué opciones tenemos en cuanto a lo que dice la gente. ¿Actuamos como si estuviésemos peleados? ¿Contestamos las críticas?

Iván frunció el ceño, pensativo.

—No estoy seguro de que sería lo mejor, lo que menos quiero es esconderte. Pero tal vez necesitemos encontrar formas de limitar nuestra exposición, al menos hasta que encontremos una mejor forma.

—Sí, eso podría ayudar —dije mientras rascaba mi nuca—. También podríamos tratar de establecer límites claros con las fans, para que sepan que ciertas cosas están fuera de límites. Así como dijiste en el tweet.

—Eso también, no dudes en que te voy a defender, sin importar lo que se enojen.

Abracé a Iván, sentí cómo mi corazón latía ansioso pero feliz. Ya le encontraremos la vuelta.

—¿Qué tan difícil puede ser? —dije con una sonrisa.

—Exacto, lo vamos a resolver juntos —respondió Iván, besando suavemente mi frente.

Nos quedamos abrazados por un momento, disfrutando de la compañía del otro y sintiéndonos reconfortados por la sinceridad de nuestra conversación.

En ese momento, supe que estaba dispuesta a enfrentar cualquier obstáculo que se presentara en nuestra relación. Juntos, podíamos superar cualquier desafío y protegernos mutuamente.

—Vamos paso a paso —dijo Iván— Ya veremos una forma de equilibrar nuestra vida personal con la exposición pública. Lo importante es que estamos juntos y que nos apoyamos el uno al otro.

Asentí.

Así, sentados en la plaza, sentí que nuestras almas se conectaban aún más. Sabía que no iba a ser fácil, pero tenía claro que valía la pena luchar por esta relación.


Tres meses pasaron desde aquel día en la plaza. Durante ese tiempo, Iván y yo nos mantuvimos un poco más alejados de las redes sociales, pero ya en la facultad todos sospechaban sobre nosotros. Venía a buscarme cada tanto para pasar un rato juntos fuera del depto, dónde era el único otro lugar donde nos veíamos, pero eso no nos hacía tan bien, necesitabamos despejarnos y poder disfrutar del afuera, aunque sea en mi facultad. Aunque al principio fue difícil, poco a poco nos acostumbramos a esta nueva dinámica y nos sentimos más tranquilos.

Nuestra relación floreció en ese tiempo. Pasábamos cada vez más tiempo juntos, Íbamos a conciertos, paseábamos por la ciudad, y a veces, simplemente nos quedábamos en casa disfrutando de una tarde de películas y pizza

Aunque, no todo fue color de rosas durante esos tres meses. También enfrentamos desafíos y momentos difíciles. Pero lo que nos hizo aún más fuertes fue la forma en que nos apoyamos mutuamente en cada situación complicada.

Iván estaba pasando por un período de baja inspiración en sus streams, estuve ahí para recordarle lo talentoso que era y cómo su comunidad lo apreciaba por ser auténtico. Con mi apoyo, pudo superar esa etapa y encontrar nuevas formas de reinventarse.

También enfrentamos el hecho de que, a pesar de nuestros esfuerzos por mantener nuestra relación privada, todavía había personas que intentaban interferir en nuestra vida personal.



A las semanas de haber oficializado nuestra relación públicamente, mientras subía las escaleras de la facultad, escuché a dos chicas mencionar a Spreen. La morocha comentó:

—Para mí, boluda, le hizo un gualicho, ¿vos viste lo ordinaria que es?

La rubia petisa respondió: —La primera vez que la vi, ya pensé que seguro se está por la guita o para hacerse conocida, tiene menos pinta de ser de su onda...

Decidí no dejar que me afectaran. Me sentía feliz y segura en mi relación con Iván, y no iba a permitir que el juicio de dos desconocidas arruinara eso. Me caminé hacia ellas con la cabeza en alto.

Al entrar a la facultad, noté que las dos chicas me miraban de reojo, como si estuvieran esperando alguna reacción de mi parte. Pero yo simplemente seguí caminando, sin darles importancia. Decidí ignorar sus comentarios y demostrarles que sus palabras no tenían ningún poder sobre mí.

Luego, fui al baño a refrescarme y me vi en el espejo. Me di cuenta de lo mucho que había crecido en confianza desde que había comenzado mi relación con Iván. Ya no me dejaba afectar por lo que pensaban los demás de mí. Lo importante era lo que yo sentía por él y lo que él sentía por mí.





Ahora, estábamos a punto de llegar al local de discos que los papás de Iván tienen en Santa Fe para que me conocieran. No podía evitar sentir nervios, Iván había estado hablando mucho con ellos sobre mí y eso me ponía un poco ansiosa. Pero a la vez, me sentía emocionada por conocerlos y saber más sobre su familia.























//// S que es corto pero espero que igual les guste ////

ConexiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora