12. Final de un comienzo.

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Mientras caminaba hacia el local de discos, mi mente se llenaba de emociones encontradas. Por un lado, me sentía nerviosa por conocer a los padres de Iván, pero por otro, me reconfortaba el cariño que él expresaba hacia mí.

Me sentía tan feliz de la decisión que habíamos tomado.

Al llegar al local, nos recibió una cálida bienvenida de su mamá. Me esforcé por ser yo misma y por no mandarme alguna... lo que menos quería era pasar vergüenza con mis suegros.

Con el paso del día las dudas e inseguridades de las chicas en la universidad quedaron atrás, y ahora solo quería demostrarles a los papás de Iván lo genuino de nuestros sentimientos.

Mientras compartíamos anécdotas y risas, noté que poco a poco se relajaban y que comenzaban a conocerme mejor. Su papá me quiso mostrar la tienda pasillo por pasillo, hablamos de nuestros artistas favoritos, el era más de Los Ramones.

—Si queres llevarte alguno decime eh, invita la casa.—dijo su papá.

—Muchísimas gracias, uno de mis sueños es tener mi propio tocadiscos, uno que suene bien. Cuando lo cumpla, le prometo que vengo y le compro todo!

Soltó una pequeña carcajada asintiendo y guardó el disco de Led Zeppelin del que le hablaba.

Pronto llegó su mamá sosteniendo una bandeja con 3 tazas y una cajita que parecía ser de té.

Hablamos de nuestras pasiones, sueños y metas en la vida, y me sentí agradecida por la oportunidad de estar con ellos. Iván no paraba de mirarme, y eso me distraía un montón, quería levantarme de los banquitos donde estábamos y plantarle un beso.
Pero no seas desubicada Ara... por favor.

Durante esa tarde, Iván no dejó de expresar lo feliz que estaba a mi lado, y sus padres parecían notar la sinceridad en sus palabras. Poco a poco, las tensiones se disiparon, y las primeras impresiones quedaron atrás. Compartimos una tarde hermosa, llena de té, bizcochitos, risas y complicidad.

Al despedirnos, sus padres me abrazaron cariñosamente y me dijeron lo agradecidos que estaban de que su hijo estuviera junto a alguien como yo. Esas palabras llenaron mi corazón de alegría y agradecimiento, y supe que esta relación iba por el camino correcto.

El amor que compartíamos era genuino y sincero, y eso era lo que realmente importaba. Aprendí que no debía dejarme afectar por los juicios de los demás, y que lo esencial era ser fiel a mis sentimientos y a la persona que amo.

—¿Así que un tocadiscos? —Dijo mientras me tomaba la mano para bajar las escaleras del local juntos, paso por paso sincronizados.

—Jajá, sí, tocadiscos, máquinas de escribir, me fascinan.

—Mira vos che, ¿y que haces con alguien que juega al Minecraft?

—La verdad ni yo sé. —Esas palabras hicieron que se frenara de golpe, casi logrando que me caiga del escalón y trayéndolo a él conmigo. —No seas tonto, una de las cosas que me encantan de vos, es tu pasión por el Minecraft, literal.

—No me podes estar diciendo esto —sonrió y se le achinaron los ojitos— ¿queres ser mi novia en el Minecraft también? Nos construyo una casa en algún server y jugamos juntos.

—En que me metí—solté una risita— pero dale, si vos te metes a minar, que eso a mi me da un poco de miedito.

—Ah sos miedosa, no te tenía tan cagona.

Le pegué un codazo que al parecer, por su reacción, fue algo más fuerte de lo que quise.

- Narra Iván -

Mi conexión con Ara crecía cada día más fuerte. Nuestro amor era un hogar para mi, aprendíamos a apoyarnos mutuamente en nuestras metas, a ignorar a quienes nos querían separados y agradecer de los momentos privados que teníamos. A pesar de todo, nuestras risas y complicidad eran el pegamento que nos unía.

Un día, me sorprendió al animarse a jugar al Minecraft conmigo. Fue adorable verla intentando dominar el juego, aunque no fuera lo suyo, me divertí cómo cuando tenía 12 otra vez, la pasaba mejor que con cualquier evento de streamers.

Cada gesto suyo me enamoraba aún más. Hasta cuando le dije que intente con alt+ f4 , que eso le iba a dar X Ray y lo único que logró fue cerrar el juego, me cagué de risa y ella terminó levantandose para perseguirme por toda la planta baja, donde habíamos puesto nuestras dos PC.

Ah, sí, nos mudamos juntos, no estábamos tan lejos antes (literal en el mismo piso) pero al volver de Santa Fe le pregunté y honestamente me parecía una boludes que gaste en su depto cuando podíamos estar juntos. Así que a los pocos meses, mudamos todo y ahora comparto espacio con la chica de mis sueños.

Apreciaba la manera en que ella se esforzaba por compartir mis intereses, y eso reforzó mi certeza de que era la persona con la que quería construir un futuro.

Para celebrar un momento especial, nuestro aniversario, decidí hacerle un regalo que sabía que le iba a hacer feliz.

Lo volví loco a mi viejo pero le conseguimos el Led Zeppelin l Deluxe edition, y obvio que le traje su tan preciado tocadiscos con el.

La noche que se lo entregué, lo hice con una caja envuelta en papel brillante y una tarjeta que decía: "Para la chica que ilumina mi vida con su risa y su amor. Te quiero más de lo que las palabras pueden expresar. Con cariño, Iván". Al abrir el regalo, sus ojos se llenaron de emoción y me abrazó con fuerza.

Soy bastante antisocial, pero ella despierta mi lado más cariñoso, y es algo que me encanta.

—Sos el mejor, no se cómo te voy a agradecer todo lo que haces por mi. Te juro que no puedo creer la suerte que tuve de haberme mudado en frente tuyo.

—No fue suerte, fue el destino. Y no me debes nada, con tenerte al lado soy yo el que le debe algo al barba.—me reí, pero no me dio tiempo ni a tomar otra bocanada de aire que Ara ya me estaba besando cómo loca.

Después de una noche llena de besos, caricias, y escuchar en loop el disco, decidió agarrarme la mano para "Whole Lotta Love".
Soy alto y eso me provocaba verme algo torpe al bailar, pero ella lo hacía tan especial que se me fue toda la vergüenza, era un momento mágico, de esos instantes que se graban en el corazón para siempre.

El baile se volvió algo hot para el final, cosa que me sorprendió, no me disgustó, al contrario, me volvió loco. Pero me guardo los detalles para nosotros.

Desde aquel día, el tocadiscos se convirtió en un símbolo de nuestro amor. Y cada vez que ponía el vinilo ese, ya sabía cómo iba a terminar la noche.

No solo encontré el amor verdadero, sino también a mi mejor amiga.
Nuestra historia no era perfecta, todavía teníamos que luchar constantemente con gente horrible, en su facultad siempre pasaba algo, pero ya sabíamos que al final del día un latte en la plaza y con algunos besos, se nos olvidaba todo.

Puede que les siga contando cómo nos va, pero por ahora nos vemos gente, hasta la próxima.

















//// Mil gracias por haber llegado hasta acá, espero que les haya gustado tanto cómo a mi escribirla 🤍
Si quieren parte dos, me lo hacen saber ////

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