Capítulo 19

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Tengo que admitir que este intento de arroz con curri tenía toda la pinta de ser una puta catástrofe. Sin embargo, con cada cucharada que pruebo, más bueno me está. No me imaginaba que a la primera me iba a quedar así. También es verdad que se lo debo a Volkov. Si no hubiera sido por su ayuda, sin lugar a dudas esto se habría convertido en una especie de potaje venenoso o algo así.

Me detengo por unos breves segundos en admirar cómo ella prueba cada bocado y su reacción parece bastante positiva. O eso creo, no sé. Espero que así sea porque de lo contrario... Si no le gusta, le daré la comida a Ivadog y a tomar por culo.

-Está riquísimo, ¿lo has hecho tú?- pregunta ella.

La forma en la que ____ lo pregunta parece de entusiasmo, lo cual me sorprende. Pero a la vez me gusta. Entonces eso quiere decir que sí le gusta. ¿En serio? Lo cierto es que ni yo mismo me lo hubiera imaginado.

-¿De verdad te gusta?- le pregunto no muy convencido, pero ella asiente con la cabeza muy segura -Si te soy sincero, ha sido un intento, no pensaba siquiera que me iba a salir.

-En serio, está muy bueno- ella vuelve a llevarse otra cucharada a la boca y parece ser que sí lo dice totalmente de verdad, pues la expresión en su rostro lo dice todo.

-Me alegro de que te guste- le digo aliviado. Pensé que tendría que darle la comida al perro, pero menos mal que no.

-Me encanta, de verdad- me dice mientras me dedica una tierna sonrisa, la cual yo le devuelvo y continuamos cenando.

____ es una mujer fantástica. No me creo aún que alguien como ella se haya llegado a fijar en alguien como yo. De toda la vida me he considerado un hombre muy frío, amargado, con cara de pocos amigos, siempre enfadado por todo... Y ella... Siento que ella se parece mucho a mí en algunos aspectos, como por ejemplo en el carácter. ____ es una mujer con muchísimo carácter y eso en ella me encanta. No obstante, su manera de comportarse es muy diferente a la mía. Ella es dulce, amable, paciente... Y yo no. Por ello me sorprende cómo se ha podido enamorar de mí. A lo mejor es que es cierto lo que dicen sobre que los polos opuestos se atraen. Empiezo a creérmelo.

-Jack, ¿puedo hacerte una pregunta?- dice ella de pronto. Estaba tan concentrado en mi reflexión, que casi ni me entero de lo que ha dicho. Pero sí, me he enterado.

-Claro, muñeca, dime- me llevo otra cucharada de arroz a la boca a la vez que espero a que continúe hablando.

-¿Qué hicieron Volkov y Torrente al final con Pablito?

Por un momento dejo de comer y la miro directamente a ella. No me esperaba para nada esta pregunta, y menos todavía en un momento como este, que deberíamos disfrutar de la cena y de nosotros, en vez de hablar de trabajo o de lo que haya podido suceder con ese esperpento de persona.

Flash Back

-¿Y ahora qué tengo que hacer?- le pregunto a Volkov cuando tengo la salsa de curri preparada en un bol para ensaladas.

-Mezcle la salsa con el arroz dentro de la olla- responde él -Y ya lo puede dejar todo dentro con la tapa puesta para que no se enfríe.

-De acuerdo.

Entonces eso hago, dispenso toda la salsa de curri dentro de la olla junto con el arroz y le doy unas vueltas para mezclarlo todo. Volkov, que sigue a mi lado, asiente con la cabeza en señal de aprobación. Menos mal... Algo que he podido hacer bien en la cocina. Tras comprobar que todo esté bien mezclado, tapo la olla para que se mantenga el calor dentro hasta que venga ____.

En este momento, se me viene un recuerdo a la cabeza. Y ese recuerdo se llama Pablito, alias Taquitos. Estoy cayendo en que ni Volkov ni Torrente me explicaron qué pasó finalmente con él. Lo más seguro es que Michelle sí lo sepa, pero yo no lo sé. Tampoco es que yo se lo preguntara, ya que he estado más pendiente de otras cosas, con lo cual, se lo pregunto.

Espina Clavada (Jack Conway y tú / Contada por Conway)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora