Bianca Reyes.Capítulo 1

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Al fin un descanso después de estos últimos meses cargados de tantos eventos. Mis dos mejores amigas, Sarah pelirroja de hermosos rulos, y Brithany de cabello negro ondulado, vamos en auto al Sur de la Ciudad, cerca de la costa.

– Hay hermosas playas aquí.– les digo admirando la belleza del lugar.

–Sí, tengo la corazonada de que este fin de semana va a ser increíble. –comenta Sarah.

–También lo creo, sabes que confío en tus intuiciones – dice Brithany.

Después de conducir al rededor de una hora, llegamos a un complejo turístico, "Bienvenidos a Playas del Sur", se puede leer en un cartel de bienvenida, colgado con grandes letras. El local tiene cafetería, restaurante y bar, es lo que se puede leer más abajo en letras pequeñas.

Está muy bien ambientado, afuera hay unas mesas, y las cercas tienen enredaderas de bellas flores de diversos colores. Una chica morena hace los pedidos, parece que esta parte de afuera hace función de cafetería. Mis amigas y yo tomamos asiento en una de las mesas que hacen esquina, y enseguida viene la camarera a atendernos, pido un desayuno para comenzar.

No llevábamos mucho rato cuando se nos unieron unos chicos, y nos preguntaron si podían tomar asiento junto a nosotras. Nos miramos y al unísono respondimos:

– ¡Sí, porque no!

No tuvimos que decirlo dos veces.

–Me llamo Alex, dice el que parece más sociable, es alto de cabello castaño, y bonitos ojos verdes – ¿ Ustedes son ?

Le decimos nuestros nombres.

– ¿Y tú, no nos has dicho tu nombre? – le habla mi amiga Sarah al otro muchacho más tímido. Es el más bonito de los dos, de facciones finas, se ve que se ejercita, porque está bastante fornido. Tiene el cabello rubio y ojos cafés.

– Soy Alberto – y le sonríe a Sarah, parece que se gustan, porque no ha tenido que pensar mucho para invitarla luego– ¿Te gustaría ir a la playa? Está muy cerca. – se da cuenta que estamos nosotras aquí, y baja la mirada apenado– Bueno todas, la invitación es para las tres –dice nervioso.

– Nos parece una idea genial– responde Sarah, y nos mira buscando aprobación, asentimos con la cabeza.

– Bueno vamos a buscar unas bebidas, venimos enseguida– habla el chico castaño, y le da unas palmaditas a su amigo en el hombro, que está embelesado mirando a una de mis amigas .

Este reacciona y se levanta, desaparecen dentro del bar, que se puede ver desde dónde estamos, y regresan tras unos minutos, con una nevera pequeña con bebidas.

–Ya podemos irnos – anuncia Alberto.

– Espera, el auto, tenemos que dejarlo en algún lugar, no se puede quedar aquí– comenta Brithany preocupada.

– Sé dónde estacionarlo, no te preocupes, no hay peligro– afirma Alex con seguridad, y dudo un segundo, pero al final le extiendo las llaves, y este se sube al carro, mientras nosotros vemos cómo se aleja.

–Yo creo que estamos locas – Sarah me da un codazo, porque aún hay uno de ellos presente.

– Nosotros podemos seguir en lo que nos alcanza – nos invita el pelirrubio.

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