TRES
—¡QUÉ!, ¿amigos con quién? —preguntó Carola mientras abría los ojos como platos.
—Con beneficios —puse los ojos en blanco.
—¡JAJAJAJA! ¿te volviste loca? —preguntó mientras se reía a carcajadas.
—No, no me he vuelto loca, pero ¿qué harías tú en mi situación? —pregunté con una voz pícara.
—Pues... si, tal vez haría lo mismo, pero Aylish, llevas dos semanas de haber terminado una relación de tantos años, ¿crees que vas a poder hacerlo así de fácil?
—¿Crees que no puedo ser capaz de hacerlo? —pregunté un poco molesta.
—Aylish, no me lo tomes a mal, pero llevabas dos semanas encerrada llorándole a Austin, sin ver un rayo de sol, ¿qué te hace pensar que podrás ir a tener sexo con cualquier mortal, así como si nada?
—Tú, tú me haces pensar eso así que decreto que el primer hombre que entre a este restaurante será mi víctima y tendré sexo salvaje y casual con el —dije mientras ponía ambas manos en la cintura a forma de triunfo. Carola volteo a ver la entrada del restaurante mientras contenía la risa. —Creo que tendrás que ser más específica respecto a tus manifestaciones —. me vio con una sonrisa burlona, tomó la carta de menú y comenzó a caminar hacia el comensal que acaba de entrar, es un señor como de unos ochenta y tantos años que parece no haber sentido una sola gota de agua en su cuerpo por unos varios días. —, El primer hombre guapo, joven y soltero que entre a este restaurante —Susurre poniendo las manos en forma de plegarias a la vez que me dirigía a la cocina.
Ya han pasado tres semanas desde que dije que tendría sexo con el primer hombre que entrara a este restaurante, he tenido algunos encuentros casuales pero ninguno ha aceptado la propuesta, tal vez mi error es preguntarles después de haber tenido sexo porque tal vez piensan que mis intenciones son otras, el último con el que estuve me dijo que ya había pasado por eso y no volvería a hacerlo porque la chava con la que estuvo termino enamorándose de el al punto de acosarlo y fingir que estaba embarazada, claro que yo no haría algo como eso pero como se lo explico a alguien que ya ha pasado esa situación y tiene un antecedente de una mala experiencia.
Decidí darme por vencida hace unos días atrás, pero al verlo entrar al restaurante supe que si voy a intentarlo por última vez tiene que ser con él, aunque es arriesgado porque jamás lo he visto por aquí, llegó con una cara de pocos amigos así que presiento que este fue el primer lugar al que entró sin saber que no es un restaurante común y corriente, se sentó en una de las mesas que estaban más apartadas; Carola fue a comprar unas cosas que hacen falta así que estoy sola en el restaurante, tomé una carta de menú y caminé con seguridad hacia él.
—Buenas tardes, te dejo el menú —fue todo lo que pude decir antes de que volteara a verme y me clavara la mirada; mantuvimos la mirada durante varios segundos silenciosos.
—Gracias —contestó sin apartar la mirada.
«Madre mía, pero que voz tan varonil»
—Si necesitas ayuda con el menú o algún alimento no dudes en avisarme —le regalé media sonrisa antes de dar media vuelta e irme a la barra.
No soy una persona que se ponga nerviosa en este tipo de situaciones, me considero una persona extrovertida a pesar de no tener tantos amigos. en realidad lo he manejado bastante bien con los otros pero con el sentí un cosquilleo raro en el estómago, tengo muchas ganas de que me lleve a la cama en este momento; estoy desnudándolo con la mirada mientras lee el menú, pienso en cada parte de su cuerpo y todo lo que podemos hacer, me siento como un león ante un filete y tengo que saber que tan dispuesta estoy a comerme ese filete; acaba de levantar la mano buscándome para ordenar, es mi momento, lo único que puede salir mal es hacerlo sentir incómodo y que se vaya, así que no puedo perder esta oportunidad.