"Puedo arruinarte en donde sea..."
Geonhak jamás imaginó que tras esos adorables ojos podría esconderse tal sed de venganza...
SE TRATAN TEMAS FUERTES, POR FAVOR MANTENER LA RESPECTIVA DISCRECIÓN
⚠ HISTORIA TOTALMENTE MÍA ⚠
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Hablemos de sangre.
Sí, aquella sustancia que circula por las arterias, llevando el oxígeno por el cuerpo y posteriormente transportando el CO2.
Aunque no lo conversemos de manera biológica, este no es un libro de ciencia...
Por ahora no nos interesa.
Su mirada se hallaba perdida mientras aguardaba a que aquel compañero de infancia y adolescencia, aquel compañero incondicional de su vida, despertara...
Dongju deseaba llorar hasta que el cuerpo no le diera más.
¿Cómo había pasado todo esto?
¿Por qué ahora estaba sentado junto a su hermano gemelo que yacía en una maldita cama de hospital?
¿Qué había llevado al sol de su familia a intentar apagarse por su propia cuenta?
Si había un culpable, Son Dongju necesitaba saber su nombre... Necesitaba saberlo... Necesitaba enviarlo al infierno por sí mismo.
No debió separarse de su hermano mayor...
Debió dejar a un lado la incomodidad que le producía el tener un gemelo en la misma institución educativa y quedarse con su hermano al pie del cañón, tal vez así nada de eso estuviera pasando.
No hubiera tenido que tomar el primer autobús a la capital.
No hubiera tenido que alertar a sus padres de la situación mientras sentía que la ansiedad lo tragaba entero.
No estaría viendo a su hermano intentar recuperarse de un intento de suicidio...
Conocía a Dongmyeong como a la palma de su mano, y es que si el mayor había intentado suicidarse, no había duda de que algo en extremo fuerte sucedió. Aún no sabía qué, pero su hermano no tomaría decisiones extremas sin una debida causa de fuerza mayor...
— Ju... — el menor levantó la vista y cuidadosamente se sentó en la cama, sosteniendo su mano casi con temor.
— Ay Dongmy, gracias al cielo... ¿Estás bien? ¿Te duele algo? — preguntó angustiado, apartando un poco los cabellos grasosos de la frente de su hermano.
Dongmyeong solo lo miró, le ofreció aquella rota mirada que guardaba demasiada tristeza, una que el menor jamás pensó visualizar en su hermano. El mayor se soltó a llorar desgarradoramente, aferrándose a aquel que, bien sabía, nunca lo lastimaría.
El vínculo de los hermanos Son iba mucho más allá del solo ser gemelos, aunque lo eran, habían sido ellos quienes forjaron esa amistad filial que ni el tiempo ni la distancia podían quebrantar.
¿Sabías tú que la sangre llama?
Y su clamor es demasiado fuerte como para ser ignorado...
La plática a corazón abierto resolvió muchas de las dudas que Dongju tenía.
