My Beloved Q (Quackity)

Capítulo quince: The REAL biggest drama

Esto es resubido. Por favor, aparentemos que el desastre anterior no se publicó :)

Recomendación previa: Mira algunas de las escenas del musical Hamilton para disfrutar la experiencia completa en el capítulo y comprender las referencias de los actos o canciones. Todo lo encuentras en youtube en vivo por separado, Angelica es el personaje de cabello riso, con media coleta y vestido color albaricoque. Algunas destacadas son: The Schuyler Sisters, A Winters Ball, Helpless y Satisfied. VEAN SATISFIED EN ORIGINAL SÍ O SÍ (es el que está adjunto), DE VERDAAAAAD ES FUNDAMENTAL! GRACIAS

Soundtrack: Your are a memory- Massage To Bears y Anchor-Novo Amor / The Schuyler Sisters - Original Broadway Cast of Hamilton, Satisfied - Reené Elise Goldsberry, Eleanor Rigby - Cody Fry y In this shirt - The irrepressibles.

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Cuando era pequeña, tuve mucha carga sobre mí, muchos instantes tristes que con el tiempo aprendí a verlos cómo lo que eran: Traumas. En mi ya no tan triste realidad, recordaba perfectamente todos los momentos de hambre que pasé, las veces que veía a mi mamá desconsolada llamando a mi papá para saber dónde estaba, las miles de ocasiones en donde pude observarla admirar su foto de recién casados mientras que lloraba en silencio, y esa noche fatídica noche en donde pude escuchar claramente a mi mamá rezándole a Dios entre sollozos.

– Por favor... Te lo pido... Sé que no he sido tu mejor hija, ni tampoco he sido la más correcta... Pero ilumíname, ayúdame a seguir, por mi hija, por mí... Dame al valor para dejarlo, quítame ese peso...

Tiempo después, justo dos años después en que papá se fue, mi madre habló por teléfono con su mamá, buscando confort y alivio, algo de refugio que buscan los hijos con sus padres, pero no lo obtuvo. Sabía que espiarla entre paredes era incorrecto, pero cada que el teléfono sonaba y veía que ella se iba a la sala para hablar, tenía la esperanza de que fuera

– ¡¿Y qué tiene que se vaya a casar de nuevo?! ¡Tú y él ya están divorciados!

– Mamá...

– ¡Deja de llorar, no es la gran cosa! Él y tú siempre fueron de mundos distintos hija, debes aceptarlo.

– ¿En serio? ¿Vas a volver a hacerme de menos?

– Gente como nosotros debe saber cómo comportarse, saber dónde está nuestro verdadero lugar. ¡Y te dije que la niña debía nacer en el norte! Pero preferiste tenerla aquí, donde no hay futuro. ¿Creíste que alguien de Oaxaca duraría tanto con un gringo? ¡Abre los ojos! Ese tipo de gente solo viene a molestarnos a nosotros la gente humilde para después ¡pfff! Desaparecer por completo.

– Mamá...

¿Han sentido la impotencia empática? Ya saben, esa que te hace sentir tan culpable por querer hacer todo por una persona, pero no poder. Mi primer sentimiento así fue por ella, con mi pobre y vulnerable mamá. La misma que decidió tomar los pocos pesos que había ahorrado por mi educación a futuro e invertirlos en ventas de comida, chucherías y manualidades, para así juntar un poco y terminar sus estudios.

Las oportunidades eran una entre millones, pero por suerte lo logró, conoció las personas correctas, demostró lealtad ante ellas y al fin consiguió un empleo, que después se convirtió en dos, luego en tres y luego volvió a uno que básicamente le consumía más tiempo que los anteriores juntos.

Pero entre tantas ocupaciones, al final del día había una sola cosa que le pesaba: El regresar a casa, a la promesa del hogar que juraron construir juntos.