My Beloved Q (Quackity)

Capítulo veintinueve: Catástrofe

Soundtrack: Girl of my dreams de Guti / I need some sleep de Eels

.

.

.

.

La vida muchas veces te sorprende de maneras tan inesperadas que sientes que nunca van a ser justas para ti, eso lo había sentido desde hace meses y más últimamente.

Desde aquella "aparición" de mi padre, muchas cosas habían pasado esta semana. Esa misma noche decidí que sí participaría en la obra, me arriesgaría a tener aquella adrenalina casi asesina en mí, con tal de obtener la beca de intercambio que tanto quería.

No sería Angélica más, no me arriesgaría a tomar un papel al frente de todos, más aun sabiendo la presión que eso conlleva desde hace mucho. En su lugar, me había encargado de todo lo que había tras bambalinas, la coreografía, las prácticas de voz, la escenificación y el orden de las luces junto con el escenario movible. Ahora no era una Schuyler, sino una María, o casi una, ya que nadie podría suplirla, lo sabía más que nunca al tratar de mejorar todo lo que dejó bien.

En medio de todo esto, Cristián se había vuelto como el roomie perfecto desde que mi mamá dejó de llegar a la casa. Llegaba por las mañanas para tomar un café mientras ensayábamos los parlamentos de lo que haría él ese día, se disponía a reclamarme que no actuara y después nos íbamos de incógnito a la facultad, o al menos eso planeaba yo.

Entre Alexis y yo, todo estaba raro. Ambos teníamos poco tiempo para charlar y cada vez la distancia nos agotaba más. Los mensajes que nos enviábamos nunca eran más de seis al día, para luego llamarnos por las noches, aquellas en donde casi todas yo me quedaba dormida por la diferencia de horario.

"El amor a distancia es difícil de sacar a flote"

Me decía Cris para animarme cada que podía, y yo lo sabía. Ambos éramos adultos dispuestos a dedicarse a lo suyo como podían, lamentablemente, eso no significaba que dejara de pesarme su ausencia.

– Y a eso súmale las actualizaciones del caso de Edson que me llegan cada semana...– Terminé de contarle a Mary, quien estaba estática aún. Tomé sus manos. – En siete horas es la obra, la verdad es que estoy muy nerviosa y eso que no estaré en escena. Llegarán caza talentos desde New York en unas dos horas y le daremos una probadita individual de lo que podemos hacer antes de la obra, y de verdad puedo presumir que hice lo posible para buscar una beca, una que me deje llevarte conmigo –. Saqué una de las invitaciones de mi bolsillo, poniéndola en su cama. – Alexis ya viene para acá junto con su mamá, me dijeron que estarán en la actuación para apoyarme. Mi mamá también dijo eso, pero la verdad es que dudo que lo haga, ya sabes cómo es...

Tocaron la puerta, para luego abrirla y sacar a relucir la cara de Cristián en el marco.

– Ya vamos tarde, debemos irnos si queremos llegar a tiempo –. Advirtió él, entrando con una mirada compasiva y dirigiéndose a la camilla. – Nada será igual sin la mejor directora de teatro que conozco.

Cristián dejó un beso en la frente de María, sonriéndole abiertamente. Yo por mi parte, me basté a dejar otro en su mano, levantándome para verla una última vez antes de partir.

– Deséanos suerte, la necesitaremos para comenzar de cero –. Solté un suspiro al decir esto. – Y despierta, porque cuando gane esa beca, te necesitaré para iniciar de cero en New York.

Sin más, Cris y yo salimos de la habitación, emprendiendo una nueva aventura.

[...]

Dolor de cabeza y ganas de llorar. Solo podía sentir esto.