Treinta minutos. Treinta jodidos minutos habían pasado desde que mis ojos habían visto a Alexis. Y de esos simples minutos, ni uno solo había prestado atención a nada de mi alrededor.
Estábamos llegando al restaurant en donde comeríamos con los chicos, habíamos pasado un par de catedrales, calles seguramente preciosas y lugares emblemáticos e históricos, sin embargo, nada de eso se me había hecho lo suficientemente interesante como para dejar de tener al chico pelinegro en mi mente. Sentí que el tiempo aún no pasaba, y si pasaba, él era el dueño de mi tiempo ahora mismo.
– Este viaje será increíble –. Susurré más para mí que para alguien más.
Al estar esperando una mesa con los chicos, ellos ya habían notado que yo estaba en las nubes, así que desde hace rato habían estado hablando entre ellos mientras me dejaban detrás cantando villancicos y canciones de amor en voz baja. Tomé mi celular y entré a instagram, estaba dispuesta a escribirle, y a pesar de no saber cómo hacerle un cumplido, quería arriesgarme a hacerlo, pero un mensaje por parte de él me hizo sentir mariposas en el estómago nuevamente. Llámenlo ansiedad, llámenlo nervios si quieren, pero mis mariposas estaban presentes por primera vez en ocho años.
"@Quackity: Nunca antes había visto a una vecina tan bonita y tan apurada por mandarme a la verga".
Me reí apenada. El cumplido perfecto por parte de él, cursi pero al estilo de Quacks, estaba empezando a creer que nunca me podría decir un cumplido de forma seria o sin decir una grosería posterior a eso.
"@justbee: jajajaja ¿Mandarte a la verga? Yo no fui quien se desapareció dos días"
"@quackity: Cierto, sé que no fue lo mejor, pero tengo una buena explicación, lo juro. En cambio tú, te fuiste corriendo y me dejaste sólito."
Me removí incómoda al recordar la energética compañía que me saludó.
"@justbee: ¿Sólito? Yo te vi muy bien acompañado".
No sentía celos, de hecho, entre muchas experiencias pasadas, nunca fui celosa, y si hablábamos de la última, incluso fui demasiado sumisa. Los años que estuve en terapia me lo enseñaron.
"@quackity: Oh, ¿estás celosa? ".
Bloquee el teléfono un momento y vi hacia el cielo. Un flashback atormentador regresó a mi mente, aniquilando las mariposas de mi estómago y convertirlas en asco. Toqué mi cuello, era uno de esos momentos en donde aún sentía sus dolorosas manos en este, dejándome sin respiración contra la pared.
Ya pasaron dos años, tranquila.
Era cierto. No podía seguir viviendo a la sombra de lo que ocurrió y menos ahora. No debía temer a algo que había ocurrido hace tiempo y mucho menos debía tenerlo presente ante una conversación normal con alguien que seguramente jamás me haría ni la mitad de las cosas horribles que Edson me hizo.
Tomé un respiro. Regresé mi mirada a mis amigos y luego decidí contestarle a Quacks.
"@justbee: ¡Para nada! Tu novia es muy bonita".
Y a pesar de tener la duda de quién era por mera curiosidad, la chica se veía muy linda, incluso fue amable conmigo a pesar de que muchas personas se hubieran fastidiado por lo que hice al salir del cuarto. Había cometido el error de que en otras ocasiones hacía suposiciones antes de tiempo y mi presente debía demostrar que yo ya no hacía eso... o que al menos, lo intentaba.
"@quackity: Oh, gracias, le pasaré el recado a mi HERMANA. Es preciosa, dicen que es de familia ;) ".
Su hermana, tonta Bee. Era obvio, tienen la misma divina sonrisa.
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My Beloved Q (Quackity)
RomantizmPARTE UNO DE DOS LIBROS. Beatrice García, es una joven de Ciudad de México que además de ser conocida por ser Bee Games en Twitch, se convierte en la representación exacta de la "mala suerte". Bebiendo desmeritadamente en un chupistream, confiesa de...