Capítulo treinta: Catársis

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Soundtrack: Listen before I go de Billie Eilish / Flowers (feat Haien Qui) de Christian Basso / City of stars de Lalaland Cast / Livia de BDBs

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Un cuadro de psicosis suena más turbio de lo que es.

Personas normales que diariamente se sienten en cuadros depresivos que se consumen a sí mismos como ansiosos, hacen que cada vez la cabeza se nos vaya al borde del asiento sin pensar realmente en las consecuencias.

- ¡Al fin despertaste! - Una señora de bata entraba en la habitación. - ¿Cómo te sientes?

¿Cómo me siento?

Llevaba unos minutos de recién ver dónde estaba, de notar que lo de mi alrededor no era una habitación muy común.

- ¿En dónde estoy? - Traté de levantarme, pero la señora caminó a paso rápido hacia mí, poniendo una mano en mi pecho para recostarme poco a poco.

- Calma Beatrice, yo te explico pero debes acostarte un momento -. Ella sonrió y más por cansancio que por confianza, decidí obedecerle. - Estás en el Centro Psiquiátrico Casa Celeste, una institución especializada en casos específicos de daños psicológicos en foco rojo.

El centro Casa Celestre.

Había oído de este lugar, el más reconocido de Ciudad de México, ubicado en una de las zonas más lujosas: Polanco. Y yo odiaba Polanco.

- Dios...- Gemí aún confundida. Sabía que tenía que irme de aquí, pero también sabía que no llegaría muy lejos si corría sintiéndome tan cansada. - ¿Y mi mamá?

- Le informamos que despertaste hace un momento, dijo que llegaría enseguida.

- Por supuesto...- Susurré fastidiada, pero esta solo me vió extrañada.

- No te sientas mal, no se ha despegado de ti toda esta semana, ya necesitaba ir por sus cosas -. Abrí los ojos extrañada.

- ¿Una semana?... - Vi a mi alrededor nuevamente, tratando de encontrar algo que me indicara no estar secuestrada. Di con un par de maletas en uno de los sofás enormes, justo de donde se veían un par de playeras mías por encima.

- ¿No lo recuerdas? - Ella me vió directamente, esperando una respuesta, pero al no obtenerla, se dirigió al escritorio cerca de la cama, comenzando a buscar en algunos papeles.

- No recuerdo nada...

- Es bastante raro, después del lavado intestinal te despertaste y estuviste semi-presente, creímos que recordarías esta semana -. Al escuchar esto, un agudo chillido vino a mi oído, cerré los ojos al sentir una incesante necesidad de vomitar.

- Agh...- Alcancé a musitar, pero las manos de la señora volvieron a tocarme.

- Okay, es hora de sentarte -. Sin dejar que dijera algo en contra de la idea, pasó una mano en mi espalda e hizo que me levantara poco a poco. - Cuenta hasta 10 conmigo. 1... 2...

- Eso nunca funciona conmigo -. Corté tratando de respirar y viéndola, pero ella me vió seria.

- Palmas a los costados Beatrice -. Con su mano libre puso una de las mías en la cama, con algo de fuerza pero sin ser tan brusca. - Cuenta conmigo, por favor. 1... 2... 3...

- 4...5...- Nunca antes alguien me había obligado a contar con ella. - 6...

- En el 8 debes llenarte de oxígeno, a ver...- Ella siguió sonriendo. - 7...

My Beloved Q (Quackity)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora