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–Oh vamos, Chuuya, no seas marica
Se quejó Shirase debido a que Chuuya se había negado a hacer un reto que le había dado.
–Shirase, ya te dije que marica no es un insulto y aparte, con esa mierda no se juega
–Chuuya, si planeas ser nuestro amigo tienes que hacer estas cosas, sino mejor lárgate
El pelirrojo miró con seriedad a su nuevo grupo de amigos llamado "Las ovejas" liderado por Shirase en ese momento y lo que Shirase dice, se hace.
–Pero eso es una estupidez, ¿Para qué hacer algo así?
–Por diversión, Chuuya, somos adolescentes, ¿Qué es lo peor que pueda pasar?
El pelirrojo apretó los puños y terminó por suspirar ante sus palabras mientras le quitaba el libro al albino.
–Bien, bien, haré esta mierda y luego dejarán de joderme la vida
–Así se dice, mi lindo Chuuya~
El albino se acercó para abrazarlo por la cintura tocando su mejilla suavemente.
–Me gusta cuando me haces caso
El pelirrojo se sonrojó ante los toques y sus palabras, tal vez era algo obvio pero le gustaba Shirase y haría lo que sea por ser su amigo y si fuera posible algo más.
–S-Sí
Habló el pelirrojo aún algo atontado por la corta distancia que había entre ambos y cuando sintió como ambas respiraciones chocaban cerró los ojos esperando a un beso de parte del albino, pero lo que terminó haciendo fue alejándose de golpe y riendo.
–¿Qué pasa, Chuuya? Vamos
Dijo como si nada haciendo al pelirrojo marearse por lo que había sucedido, pero eso sólo le daba más valor para hacer la estupidez que Shirase quería que hiciera.
Llegó la tarde y con ella la finalización de las clases por esa semana, era viernes así que podría estar tranquilo el fin de semana.
–Bien, Chuuya, llévate el libro, ya sabes página 12
El pelirrojo no le dió mucha importancia y aceptó tomando el libro nuevamente mientras se despedía de ellos y guardaba el libro en su mochila.
Volvió a su casa y se aseguró de que no hubiera nadie, ese día su hermana le había avisado que estaría fuera de la ciudad hasta el domingo así que le servía.
Cuando llegó hizo todas sus tareas, comió y respondió algunos mensajes pendientes que tenía aparte de charlar un rato en llamada con la pelirroja.
–Tranquila, Anee-san, no me voy a morir por estar solo dos días
–Pero es que mi pequeño... Apenas tienes 17 años, ¿Y si algo te pasa? Ya sé, voy a llamar a Yosano para que te vaya a cuidar
–Anee-san, es en serio, no tienes que mandar a nadie, estoy perfectamente bien solo, y además te estaré mensajeando, tranquila