El pequeño pelirrojo corría por el bosque con diversión, estaba jugando a las escondidas con sus amiguitos, así que su mejor idea fue meterse al bosque, aunque no tardó mucho en terminar cayendo por culpa de una rama con la que se tropezó.
Miró sus rodillas ambas con raspones y un poco de sangre.
–Duele...
Susurró mientras se levantaba y sacudía sus manos, aunque también le dolieron, así que las volvió a ver y notó igualmente raspones en ella.
–Anee-san se va a enojar
Dijo con un puchero, era un niño fuerte, no lloraba por esos raspones, él sabía que eran cosas que podían pasar al momento de jugar, y bueno, era muy seguido que le sucedía, era bastante torpe.
Caminó hacia el río que cruzaba el bosque, se agachó para poder lavar sus manitas ahí, cuando ya no tenía tierra en ellas se sentó a la par del río para también lavar un poco sus rodillas.
Una vez que terminó, se levantó con emoción para volver al pequeño pueblo donde vivía y ver si había ganado porque escogió el mejor escondite, aunque para su gran sorpresa no encontraba el camino por el que había llegado.
Empezó a ponerse algo nervioso y asustado ante la idea de no volver a ver a nadie porque se había perdido, empezó a caminar por el bosque, sus ojitos ya se estaban llenando de lágrimas por el miedo, pero terminó por tropezar de nuevo, aunque para su buena suerte, esta vez cayó en algo suavecito, como una nube.
Miró en lo que había caído, era de un color blanco con algunos destellos rosados, eso llamó mucho su atención, no dudó en empezar a tocar con suavidad esto.
–¿Puedes dejar mi cola?
Escuchó luego de unos minutos, levantó su vista y se encontró con unos ojos marrones que lo miraban con suavidad, lo analizó de pies a cabeza, usaba un traje tradicional, era castaño, tenía vendas alrededor de su cuerpo y bueno, lo más llamativo, nueve hermosas y peludas colas que salían desde su espalda, junto a dos lindas orejitas que al igual que sus colas eran de un hermoso pelaje blanco con destellos rosados.
–D-Disculpe, señor
Habló rápidamente y se levantó sacudiendo su ropa, hizo una reverencia, su hermana siempre le decía que debía ser muy respetuoso con los mayores, y claramente el castaño era alguien mayor.
–Está bien, pequeño, ¿Qué haces en el bosque? ¿No te han dicho que es peligroso andar solo en el bosque?
El niño jugó con sus dedos algo nervioso ante la idea de tener un regaño por parte del castaño.
–Es que... Estábamos jugando al escondite y quería ganar entonces me metí al bosque, pero me caí y fui hasta el río y ahora... Y ahora no sé cómo regresar
El castaño lo miraba de arriba a abajo y luego suspiró suavemente.
–Está bien, te ayudaré a salir, pero primero hay que curar esas heridas, ¿No?
ESTÁS LEYENDO
One-shots bsd
FanfictionIdeas que se me vienen a la mente, pero que me da pereza hacerles fanfic . . . Ya saben que los personajes le pertenecen a Asagiri, las ideas son mías