Este pequeño one-shot centrado en el soukoku es especialmente para jamiletbri que me lo había pedido anteriormente, espero te guste <3
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Lastimosamente para él, desde que sucedió el accidente de Atsushi, él tenía una babosa pegada todo el tiempo por más que no lo deseara.
El castaño era insoportable, literalmente lo seguía a todos lados, y por más mala persona y odioso que era, el mayor no se alejaba, siempre seguía con la intención de enamorarlo.
Es así como inició su plan, había hablado con Atsushi y le pidió que hablara con Akutagawa, que alejara al loco ese, pero parecía imposible, debía tomar medidas más fuertes y ya sabía como, parecer un interesado, eso molesta a todos ¿No? Si trataba de parecer un interesado con el castaño, posiblemente pronto se aburra de él y lo deje en paz, ¿Era un buen plan, no?
Es así como ese día cuando el castaño llegó a recogerlo como todos los días a la universidad, decidió empezar su plan.
–Llévame de compras
El castaño lo miró con una sonrisa en sus labios y asintió.
–Claro, ChuChu, vamos
–Tú pagarás todo
Habló nuevamente el pelirrojo con los brazos cruzados tratando de parecer lo más arrogante y odioso posible, pero al parecer eso no inmutaba al castaño.
–No hay problema con eso, si quieres que te compre toda la tienda, lo haré
Dijo con tranquilidad tomando al pelirrojo de la cintura para jalarlo hasta el auto donde básicamente lo obligó a subir.
–Yosano siempre me obliga a ir de compras con ella, conozco una tienda que te encantará
Habló con seguridad el castaño ignorando por completo la cara del pelirrojo, en su mente esperaba que el castaño lo mandara a la mierda de una vez por sus acciones y palabras, pero no había sido así, más bien parecía hasta feliz de hacerlo.
En el camino estuvo pensando en su plan, tal vez el castaño no lo veía mal por el momento, tal vez se cansaría en el futuro, con eso en mente una sonrisa se hizo presente en sus labios, sólo debía tener paciencia y agotaría toda la paciencia del contrario.
Pero para su mala suerte ese no era el día, porque apenas llegaron a la tienda pudo notar que ahí cobraban hasta por respirar y él ni siquiera había escogido nada de la ropa con la que ahora se encontraba en el vestidor, el castaño había ido de pasillo en pasillo agarrando prendas sin ni siquiera mirar el precio para luego llevarlo al vestidor.
Una vez ahí, solo, pudo respirar, tomó una camisa que había llamado su atención y decidió revisar el precio, casi se le salen los ojos al ver la gran cifra que valía esa prenda que a su parecer era algo simple para ese precio.
