La obscuridad envolvía la habitación, el pequeño zumbido del calefactor funcionando, ambientaba aquel lugar en silencio.T/n miraba al techo completamente negro frente a sus ojos sin poder conciliar el sueño.
Era inútil dormir, pensaba si fue buena idea el haber propuesto salir del pueblo, pero en ese momento no pensó a profundidad, y solo quería ver bien a Mina.
Era interesante hasta que punto había llegado para romper las reglas de su trabajo.
Rápidamente enderezó su espalda para sentarse, agachar su cabeza y seguir pensando, pero ahora mirando la frazada que cubría sus pies.
En un instante a otro, T/n levantó su rostro, aterrizándolos hasta la puerta de la habitación frente a ella, que hasta la fecha de su llegada a la casa, no había sido abierta desde ese día...
Aún no podía entender, como esque había aguantado hasta ahora en esa casa, juró que nunca volvería, y ahora, estaba frente aquella habitación, siendo atacada y torturada por esos sucesos.
Cerró fuertemente sus ojos, dejándose caer sobre el sillón y llevando sus manos hasta su rostro. La ansiedad y desesperación empezaban a invadir su cuerpo, sus manos temblaban y parecía que no había suficiente aire en el ambiente, haciéndole imposible poder respirar.
De inmediato, T/n se levantó del sillón casi corriendo en busca de su auto, desesperadamente está entró y tomó con fuerza el volante con ambas manos tratando de controlar su respiración.
Cuando por fin está se había calmado, T/n dejó caer sus brazos cansados y su cabeza en aquel asiento frio mirando el techo del coche, recuperándose lentamente de aquel ataque. En cualquier momento le sería imposible estar en esa casa.
~•~
Las ramas de los árboles se movían junto con las hojas que reposaban sobre las vías del tren, el aire frío que pasaba una y otra vez repitiendo esta escena, era lo que robaba la atención de Mina.
Con sus manos en bolsillos y su boina puesta, que no perdía de vista ni un momento, era como estaba vestida.
Al parecer eran las únicas en la estación de tren, los fines de semana los pueblerinos preferían quedarse en sus casas antes que ir a la ciudad.
T/n compraba los boletos del tren justo detrás de ella. Los Guardaba en la bolsa de su gabardina negra y agradecía a la cajera por la atención.
T/n miró a Mina como continuaba parada admirando algo tan simple, pero para ella era algo irrepetible.
T/n caminó hasta donde se encontraba la japonesa, parándose unos cuantos centímetros de ella.
T/n apreciaba de igual manera lo que mina miraba, cayendo en cuenta de la paz que se sentía en aquel lugar.
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¿Quién Eres Tú?// (Mina Y Tú) (En Emisión) ©
Romance¿Quién no quisiera vivir la vida de una princesa? Lujos, viajes interminables y un ejército de sirvientes listos para cumplir hasta el más mínimo capricho cuándo sean llamados? Está es la vida de Myoi Mina, la única hija del primer ministro de Japón...