EP7: Dolor

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Abrió los ojos con pesar, el techo blanco de la enfermería le puso la piel de gallina y un escalofrío le recorrió por completo haciéndole saber que su cuerpo estaba lleno de sudor

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Abrió los ojos con pesar, el techo blanco de la enfermería le puso la piel de gallina y un escalofrío le recorrió por completo haciéndole saber que su cuerpo estaba lleno de sudor.

Movió sus ojos de un lado a otro y se sorprendió cuando observó a Freen sentada a su lado.

La pelinegra la miraba con rostro serio. Becky cerró los ojos de nuevo, fingiendo dormir nuevamente.

Freen suspiró audiblemente.

— ¡Oye! — Le llamó la pelinegra, su tono autoritario clamaba por atención. — ¡Oye! — Repitió una vez más al ser ignorada por su amiga.

Se levantó del banquillo con brusquedad y, la toalla húmeda que estaba usando para bajar su fiebre, fue lanzada al costado de Becky para hacerla abrir los ojos. Falló en el intento. Así que, sin pensárselo dos veces, golpeó la frente de la castaña con su palma.

— Sé que estás despierta. — Dijo cuando su amiga abrió los ojos de sorpresa y dolor ante el ardor de su piel.

Becky no dijo nada, no se quejó como lo hacía usualmente. Se limitó a girar en la camilla, dándole la espalda a Freen.

Freen se confundió por su extraña actitud. No obstante, arrugó su frente y prosiguió con su papel de protectora.

— Si, deberías estar avergonzada.

— Sólo vete. — Respondió Becky con voz ronca. Su garganta estaba tan seca que apenas y pudo decir aquello.

Freen recargó sus manos en sus propias caderas, dió un vistazo hacia el cielo nublado que se encontraba del otro lado de la ventana y dijo;

— ¿Estás loca? ¿Tomaste el medicamento incorrecto? ¡Tú temperatura está sobre los 39° C!

Becky cerró los ojos con fuerza cuando sintió una punzada en sus sienes, deseando que sus oídos dejaran de escuchar sus regaños tan sólo por un par de segundos.

— ¿Por qué de repente entraste?

Freen golpeó el brazo de Becky con fuerza, estaba tan enfadada que quería contárselo a la madre de Becky.

La castaña se levantó sentándose con brusquedad cuando sintió el segundo golpe en su brazo. Freen se sobresaltó por la cercanía y retrocedió un paso, volviendo a su postura de enfado.

Becky la miró, apretando los labios.

— ¿Qué? — Cuestionó Freen, retadora.

— ¿Terminaste?

Freen se quedó pasmada, era la primera vez que Becky le decía algo así ante sus regaños y de una forma tan seca e intimidante. Usualmente la castaña solía pedir disculpas y repetir una y otra vez que no lo haría más.

— Tengo una pregunta...— Becky detuvo su oración. Relamió sus labios resecos y prosiguió. — No. Tengo algo que decirte.

— ¿Por qué estás tan segura?

If We Were A Season (FreenBecky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora