— Por favor llega puntual, y pasale tu dirección a tus padres. — insistió de nuevo por teléfono su amiga Charlotte.
Charlotte Austin se había vuelto su confidente desde hace algunos meses. La había conocido tan solo un par de semanas antes de terminar la preparatoria.
— Mis padres no se preocupan por mi desde que decidí tomar un año sabático.— explicó Freen con su teléfono pegado al oído mientras intentaba bajar la maleta de sobre su cama con la otra mano.
Ambas se habían conocido fuera del colegio cuando Freen decidió ir a un karaoke sola para matar sus penas. Aún recordaba ese día, su voz sonaba fuertemente evitando que sus lágrimas no salieran al cantar cualquier canción triste que se le atravesara en la pantalla.
Se sentía tan sola en ese entonces.
Su mejor amiga la había apartado de su vida y ciertamente no sabía que era bueno para su futuro.
Cuando Freen se encontró allí frente al monitor, con la mirada fija en las letras de la pantalla mientras que la melodía salía por los parlantes e intentaba aliviarse así misma con ello, supo que su vida cayó cuesta abajo de forma inesperada. En realidad era un huracán de emociones que poco a poco destruyó su pequeña casa de madera al saber que, todo lo que Becky le dijo la última vez que hablaron era en realidad lo más cierto que nunca nadie le había dicho.
Freen creyó que su camino en la vida sería siempre perfecto tal y como lo habían planeado. No sabía cuán equivocada estaba hasta que Rebecca se lo hizo saber con un tono hostil.
Odiaba el básquetbol pero intentaba ser buena solo porque su padre amaba el deporte.
Nunca deseó ser maestra. Sólo intentó adueñarse también del mayor sueño que su madre tuvo en la adolescencia.
Creyó que, siendo buena jugadora y que, al convertirse en una colega para su madre, uniría más a su familia… pero eso nunca sería así.
Si fuerzas algo, nunca funcionará.
Al terminar de cantar, se aventó al sillón para sentarse, estaba dispuesta a llorar, se talló los ojos con ambas manos y al apartarlas vió como una cabeza de cabellos castaños se asomaba por la puerta de su sala de karaoke, se asustó demasiado cuando la chica de tez blanca saltó dentro de la sala.
Freen se había tragado un grito mientras la chica se acercaba a ella, repitiéndole una y otra vez que cantaba demasiado hermoso. Habían charlado con bastante naturalidad después de que Freen perdiera la timidez ante todas las preguntas que Charlotte le hizo.
Desde entonces, cada vez que podían se veían. Charlotte la escuchaba y la aconsejaba y, de una u otra forma, la chica con sonrisa radiante la había ayudado a sanar poco a poco. Su conexión fue tanta que ahora Charlotte y Freen se volverían roomies, ambas se irán a Bangkok y buscarían la felicidad.
ESTÁS LEYENDO
If We Were A Season (FreenBecky)
FanfictionRebecca Armstrong se da cuenta que está enamorada de su mejor amiga de la infancia; Freen Sarocha, gracias a la llegada de un apuesto chico que se entromete en sus planes. ___________________________________________________ • Historia corta • • Mayb...