Freen miraba su reloj con casi exasperación. Iba cinco minutos tarde a la escuela, y ni siquiera había dado tres pasos lejos de su casa pero eso era lo de menos.
Por milésima vez observó la puerta de la casa vecina, teniendo la esperanza de que Becky saliera de allí con una sonrisa brillante y su oxidada bicicleta junto a ella.
Freen no llevaba su suéter del colegio. Parecía que iba a llover y el viento helado la hacía temblar de pies a cabeza, además de la impaciencia y nerviosismo que comenzaba a sentir.
¿Qué haría al tenerla de frente? ¿Rogarle que no se alejara como hizo antes cuando eran más chicas? ¿Pedirle perdón por no poder corresponderle como esperaba? No sabía qué hacer. Y eso la atormentaba cada segundo.
Suspiró levemente y, pasado de unos minutos más, comenzó a caminar a pasos lentos cuando al fin se metió en la cabeza que aquella chica no saldría. Montó su bicicleta y fue directo al colegio, esperando poder verla allí.
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Sus ojos estaban fijos en la pizarra. Algunos de sus compañeros pensarían que Freen estaba sumamente concentrada en lo que el profesor anotaba con gis blanco y dedicación mientras explicaba el procedimiento. En realidad no tenía interés alguno en la clase.
Su pecho subió y bajó con rapidez al soltar un suspiro silencioso. Golpeó la goma de su lápiz sobre su pupitre y decidió comenzar a anotar los números dados a clase para poder concentrarse en algo más que no sea Rebecca Armstrong.
"Otra vez no vendrá", pensó Freen y sin poder evitarlo, observó de reojo el nuevo pupitre que Becky había comenzado a usar después de su última charla. Uno casi al frente del aula, justo en la fila contraria pegada a las grandes ventanas. Freen sabía que había cambiado de lugar para no mirarle más, pero lo que había sido la salvación de la castaña se convirtió en la perdición de la pelinegra.
Freen estaba volviéndose completamente loca por saber de ella.
Había pasado una semana. Días en los cuales tres no habían cruzado ninguna palabra, ni siquiera habían mantenido sus miradas por algunos segundos, pues Becky apartaba la vista de su ahora ex mejor amiga. Los otros dos días, Becky no había asistido al colegio y Freen seguía sin saber el por qué.
— Perdón por la tardanza. — la voz de Becky resonó en el aula casi como si Freen la invocase con la mente. Los sentidos de la pelinegra se alteraron en cuestión de milisegundos y giró la cabeza con rapidez, sintiendo como un músculo se tensaba en el momento. — ¿Podemos pasar?
Becky estaba allí. Algo pálida, pero allí estaba, observando al profesor con culpa y vergüenza debido a la tardanza.
Freen escuchó el inicio del regaño por parte del maestro, más sin en cambio su cerebro había silenciado las palabras desde el primer instante. Ella seguía mirando atentamente a Becky, quien llevaba el cabello y el uniforme ligeramente mojados. Sus labios se presionaron entre sí y la vió bajar la vista al suelo.
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If We Were A Season (FreenBecky)
FanfictionRebecca Armstrong se da cuenta que está enamorada de su mejor amiga de la infancia; Freen Sarocha, gracias a la llegada de un apuesto chico que se entromete en sus planes. ___________________________________________________ • Historia corta • • Mayb...