005 - Cansancio [1/2]

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Kazuki miraba el refrigerador con enfado, todo estaba tan mal, tan desordenado

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Kazuki miraba el refrigerador con enfado, todo estaba tan mal, tan desordenado.
"Parece mi vida".

Pasó su mano por su rostro con frustración, tratando de quitar el obvio enojo que se propagaba en su ser, no podía, no, no debía enfadarse por eso.

En realidad, no podía enfadarse por casi nada, ¿si quiera tenía derecho a sentir tal emoción? Dios, estaba tan harto, nadie le ayudaba, y aparentemente tenía que ser; feliz, comprensivo, amable, ¡nunca debía estar triste, enojado u estresado! no, tenía que hacerlo todo bien.

Es más, ¡hasta gritar estaba mal! No había mínima posibilidad de desahogo para el, y si era honesto, jugar en el azar no era lo mejor para un desahogo de estrés, seguro que funcionaba aveces pero en esos momentos, de alguna forma se sentía mal irse a tales casas.
El problema de su situación radicaba en que si encontraban algún fallo, si por un segundo se destartalada su teatro, todo se caería.
¿Como actuaria Miri, como actuaria Rei si no tienen a alguien que sea firme? A alguien que "sepa", ¿qué harían sin quien les cocina, lava, soluciona, cuida, anima? En su mente, Kazuki ya podía imaginar todo su hogar hecho un desastre y a los dos delgados en el suelo, llorando por comida.

¡No había forma en el infierno de que realmente pudiera mostrar algún signo de cansancio!

Tenía que ser un pilar, sostener a la familia.

Pero, ¿qué familia? ¿Eran realmente una, o solo estaba tratando de componer un deseo encaprichado del pasado?.
Sus manos temblaban mientras lavaba los platos, y ni siquiera sabía que emoción lo estaba consumiendo en ese momento.

Sentía que no había suficiente oxígeno en la habitación, sus pecho dolía, se estaba ahogando, asfixiándose, ¿y quien lo sostendría si se cae?.

—¡Papá Kazuki! –. Llamo la pequeña castaña, corriendo hacia el con emoción —. ¿Puedo llevar mi juguete de a el jardín? –. Preguntó Miri, sosteniendo el objeto frente a ella con emoción.

—Ah, si, claro, llévalo Miri –. Expresó como pudo, tomando la barra del lavabo con fuerza en busca de algo en que sostenerse, mientras la muchachita se iba corriendo después de decirle un "Adiós papá Kazuki".

—Kazuki –. Dijo detrás de él Rei, tomándolo por sorpresa —. ¿Donde están las llaves de la moto?

—Las dejaste tiradas en la entrada, las levanté y dejé en donde deberían estar –. Podía sentir como su rostro enrojecía de puro estrés, puro enfado, ¿por que debían preguntarle todo? ¿Y si no sabía que, se quedarían de brazos cruzados?.

—Ah –. Segundos tardó en irse a buscar las llaves con una lentitud infrahumana.

"¿Nadie dice gracias en estos días?" Pensaba con enfado el hombre rubio, sentía sus ojos llorosos, no estaba feliz de ponerse así, sentía que odiaba a todo el mundo y su propio sentir lo asqueaba.

Su Protección - ReikazuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora