Lo correcto

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- entonces ya saben cómo eran los políticos en esa época, incluso pueda que siga siendo así, quien sabe, ya no me interesa la política.

- pero, eso aun no explica como llegaste a ser tú, a ser tan mala persona, solo nos dijiste que mataste a alguien inocente.

- básicamente, pero fue mi primer asesinato, ya que mi amigo del colegio no murió, quedó en coma, yo no tengo la culpa de que su madre no tenga el dinero para mantenerlo – él se río.

- pero lo único que tiene de especial eso es que fue tu primera vez, ya que normalmente matas a gente inocente.

- te equivocas, es mucho más especial, es verdad que yo he matado inocentes, pero esto es con un propósito, una razón, un papel, no mato por matar, mato para ganar algo, pero esa primera vez no gane nada, yo no gane nada útil ese día, mate a un inocente sin ganar algo y no lo puedo permitir, soy una mierda, pero todos mis actos tienen propósito.

- eso es una mierda.

- te voy a dar un ejemplo, es como matar a una vaca y no hacer carne, es un desperdicio, no había necesidad de matarla, eso fue lo que paso, mate a alguien y no pude aprovechar su muerte.

- eres una escoria – Rubén sonrió.

- no me digas, no lo sabía – dijo irónicamente - ¿Crees que todas las personas que están aquí son buenas personas? Claro que no, son una mierda y están esperando la muerte, saben que la muerte va a venir por ellas, pero mientras eso pasa, viven de puta madre, mira este lugar, es la mejor cárcel del mundo – alguien toco la puerta.

- es hora de irnos – Pablo se levantó del suelo.

- nos queda poco tiempo, pero, quizás, solo quizás, su jefa me dé más tiempo de vida, aún hay secretos que yo no he dicho, pero quizás le interesen, ya tienen un culpable, además de yo, obviamente, por si no sabía y si antes no conocían a este hombre, deberían conocer un poco la historia de nuestro país – Walter abrió la puerta – cuidado en las calles, todos ya saben que estoy aquí y lo más seguro es que mucha gente enojada venga por mí, incluso gente puede entrar en sus casas, quizás con buenas intenciones, quizás con malas intenciones, no lo sé.

- tendremos cuidado – Rubén sonrió.

- espero que sí, son mis únicos amigos aquí y estaría muy triste si no vuelven.

Los tres salimos del cuarto y caminamos hasta salir de la prisión, todos entramos al carro y nos pusimos a conducir hasta llegar a la comisaria. Durante todo el viaje nadie dijo nada, absolutamente hasta que llegamos a la comisaria, yo quería salir, pero Walter me detuvo.

- chicos, creo que ese genocida de mierda tiene razón en algo, corremos peligro, no únicamente por la banda de él, también con sus enemigos, habrá mucha gente que quiera entrar de manera silenciosa, sin romper la puerta de la cárcel y nosotros somos esa llave, corremos peligro.

- entendemos, cualquier cosa o sospecha les avisaré.

- vamos a entrar y le vamos a entregar esto y ella va a guardarlos.

- ¿Si es necesario publicar esto? – dijo curioso – no es que no quiera, si quiero, pero, dejaría mal parado a la política, en el caso que no modifiquen el audio, además nos perjudicarían a nosotros.

- primero, esa no es nuestra decisión, es de nuestra jefa, así que nosotros no podemos elegir, pero si fuera mi elección, yo diría que sí, así la gente aprende de los errores del pasado, si queremos mejorar, hay que caer, levantarse y aprender de esa caída, la gente aprenderá a escoger con mentalidad, investigara a quien nos va a mandar, o eso espero.

- además no nos culparía, sería muy estúpido, ni si quiera había empezado la escuela cuando eso paso, no tenemos la culpa de que eso.

- tienes razón Walter y tú también Pablo, pero solo podemos esperar lo mejor de todo esto – yo abrí la puerta del carro.

historias antes de dormirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora