Me desperté cuando la jefa abrió la puerta, apenas pude dormir, estar dentro de la comisaría es algo que no me da buenos recuerdos, y más si esto está casi vacío, por suerte pude dormir unas cuantas horas, y despertarme cuando la jefa llego.
- buenos días tortolito.
- cállate, quiero dormir.
- ¿Mala noche?
- he tenido peores – ella sonrió.
- lo sé, pero bueno, es momento de levantarse.
- ¿Ya vienen mis compañeros?
- están en camino – yo puse mi cabeza en la almohada y grité.
- está bien, ya me levantó – yo me giré y me caí al suelo.
- pareces un niño pequeño – ella se sentó en la silla.
- si todo va bien, hoy va a ser el último día que oiré una historia de él.
- no lo creo, posiblemente muchas personas van a hablar sobre él muchos días, después de su muerte.
- yo voy a pagar la radio, la televisión y ya, no escucharé nada más sobre eso.
- ojalá fuera tan fácil.
Los minutos pasaron, y yo aproveché para coger un café y servírmelo, necesitaba energía, cosas que me mantuvieran despierto, por suerte eso me dio la suficiente energía para seguir. Me senté en el sofá y vi como mi jefa jugaba solitario, se notaba que mi presencia la incomodaba un poco, aunque no decía nada. Al final ella gano, cosa que me pareció sorprendente, ya que, para mí, era imposible hacer algo así, y eso que todavía mi café estaba medio lleno y aún estaba caliente.
- sorprendente – tomé un trago de mi café.
- cuando lo juegas cada semana, te acostumbras – yo sonreí.
- puede que sí – alguien abrió la puerta, eran mis compañeros – aquí están – camine con cuidado sin regar mi café.
- Mario, es un gusto verte – yo tomé un poco de mi café.
- lo mismo digo.
- adivino que estés bien, más o menos – yo sonreí.
- solo me rompí el dedo, pero ya estoy bien, al final se curó, creo.
- ni se te ocurra quitártelo – Pablo, como siempre tú tan paranoico.
- tranquilo, no lo he hecho todavía.
- ¿Cuánto tiempo crees que lo necesites usar? – yo no respondí, ni sabía – eso ya responde mi pregunta.
- bueno, eso no importa.
- ¿No es como peligroso usarlo todo el tiempo?
- no lo creo.
- pero ¿Si lo es? – yo sonreí.
- tranqui Pablo, no me moriré por eso.
- quisiera seguir escuchando su conversación amigos, pero tienen trabajo por hacer, cómo me informaron, hoy es el último día que van a escuchar sus historias, ya programé la silla eléctrica para mañana.
- no te fallaremos – yo tomé otro trago de mi café.
- bueno, es hora de acabar con esto.
Ambos nos salimos, sin antes dejar mi café en cualquier mesa desocupada; ambos entramos a una patrulla, de la misma manera de siempre, ellos dos adelanté y yo atrás. Nadie dijo nada durante todo el trayecto, estaba algo nervioso, más de lo normal, no sé si fue el café o las pocas horas de sueño que me dejaron así, pero luego de un tiempo puede controlar mis nervios. Llegamos a la cárcel, ellos me abrieron la puerta e hicieron una venía, como si yo fuera una princesa. Me quité la férula y la deje en el auto, ya me tenía harto tener eso siempre y necesitaba descansar un poco la mano; entramos rápidamente a la cárcel, hicimos un protocolo de seguridad algo extenso, por lo que paso ayer y luego de un tiempo entramos a la habitación de Rubén.
- llegaron – Rubén estaba sentado jugando ajedrez con nadie.
- ¿Qué haces? – él no se volteó a ver, de hecho, simplemente movió el caballo para atacar.
- jugando ajedrez.
- ¿Solo? – él se levantó y nos miró.
- alguna vez se vieron el corto de geris game de pixar, es básicamente un anciano que juega contra él solo ajedrez, es bastante divertido.
- ¿El comercial o el juego?
- ambos.
- se nota que las negras van a ganar – Rubén miró a Pablo.
- exactamente, la reina está dentro de la base, además tiene una torre también.
- además tiene varios peones cerca de los otros, las negras ganaran sí o sí – Rubén sonrió.
- ¿Qué sentido tiene jugar solo un juego de dos? – Rubén se giró a verlo.
- es divertido, me gusta.
- pero, sabes que va a ser el otro, sabrás como contrarrestar el ataqué.
- eso no importa ya, solo hago como que no lo sé, como si fueran dos personas diferentes, pero como dije, eso ya no importa – Rubén guardo las piezas y guardo el tablero.
- acabemos con eso.
- yo no puedo estar más de acuerdo Walter – Rubén se volvió a sentar en la silla de siempre – ahora siéntese hijos míos, saquen su grabadora y escuchen con atención – yo decidí sentarme en una silla, Pablo saco la grabadora y empezó a grabar – antes de empezar, algo de contexto, después de elaborar mi super plan, la policía tuvo una ayudita, unos oficiales profesionales, mejor que nosotros y fue en caza de mis compañeros uno por uno, capturándolos o matándolos, luego de un tiempo, me tenía rodeado, o eso parecía, ya que cuando me siguieron la pista con una llamada de mi hijo, descubrieron mi ubicación, pero eso en realidad era una trampa, y esos oficiales quedaron muertos por culpa de una bomba, todo iba bien, hasta que recibieron una llamada, que informaba que yo me estaba escondiendo en la isla gorgona, justamente en la cárcel abandonada.
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historias antes de dormir
Historische Romaneun criminal muy importante es capturado, y la policia quiere saber su historia, antes de ser ejecutado, entonces mandan a tres oficiales de policia para interrogarlo y sacar información, este acepta, con la única condición, que su ejecución se aplac...