Problemas en el paraíso

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Lucia era una chica de veinte o treinta años, era una profesora bastante buena, profesora de primaria, y su novia Marta era una política bastante famosa, ambas se habían conocido en la universidad, en ese tiempo era más normal ver lesbianas, era raro, pero no ilegal, y por eso es que se metieron en muchos problemas. Estudiaron diferentes carreras, pero a veces se veían, para Lucia era el momento especial, cada vez que la veía, los colores se le subían al rostro y su corazón se aceleraba, y para Marta, no era nadie, ni la veía, para ella no existía y no le importaba, estaba tan concentrada y estresada por sus estudios, que le daba poca importancia a su vida. Los días pasaron, Lucia la veía cada vez que podía y Marta ni cuenta se daba, aunque daba un poco de miedo, ya que Lucia no le quitaba el ojo y a podría incomodar, pero por mala o buena suerte, Marta no la veía. Hasta que un día todo esto cambio y Marta la notó, pero no era un momento romántico, tampoco es como Lucia esperaba que la viera, pero la vio. Lucia tenía amigas y amigos en la universidad y como buenos amigos que son, notaron como ella se comportaba cuando la veía, a nadie le importaba realmente, eran amigos y si era lesbiana o no, no iba a cambiar su amistad; pero como dije antes, el amor entre dos sexos en esa época era raro de ver y a veces molestaba a gente con falta de neuronas. El chisme de que ella era lesbiana se esparció como pólvora, solo en una semana todos o la gran mayoría de los estudiantes sabían que ella era lesbiana, no se sabe cómo se supo, quien lo supo, puede que hayan sido sus amigos, o pueden que no, pero lo que importa es que habían descubierto la verdad. Un día, un grupo de descerebrados la empujaron y la hicieron caer y a decir cosas malas de eso, que malvados; luego de unas estupideces como es un asco el amor entre chicas, que tiene sida y que sería un peligro para la humanidad y lo mejor es suicidarse, decidieron pegarle, enfrente de todo el mundo, como lección para todas las lesbianas y mujeres. Hasta que Marta llego y le pego en la cara, Marta sabía los peligros de ser mujer en esa época, no era estúpida y su padre era rico, así que podía pagar clases de boxeo privadas. Marta les gano, los noqueó a todo el grupo, era cinco contra una sola persona, y los pendejos perdieron, algo bastante hermoso, luego ayudo a Lucia que estaba llorando, la levantó y la llevo al baño, ahí le seco las lágrimas y se hicieron amigas. Poco a poco las cosas mejoraron, hasta llegar a ser novias, pero, era un amor destinado a morir, por varias razones, primero, era que Lucia la adoraba, literalmente, mientras Marta solo la quería, no la amaba, acepto ser su novia únicamente para verla feliz y esperar mientras llegaba la persona indicado, era por si acaso, para siempre sentir ese amor, amor que Marta siempre tenía para ella, se enamoró del sentimiento que sentía cuando alguien como Lucia la amaba. Marta sabía el amor infinito que tenía Lucia hacia ella, pero ella no sentía amor hacia ella, solo amistad y realmente no le importaba los besos o el sexo, eran amigos, ya había hecho eso varias veces, sin amor, sin nada, y Lucia no lo lograba verlo, estaba tan perdida en ella. Lo segundo era la época y el trabajo que, hacia Marta, era un política, una muy buena, pero no importa lo buena que era en el trabajo, era lesbiana, jamás la aceptarían, así que lo ocultó. La relación llevaba un tiempo ya, un buen y largo tiempo, pero cuando Marta empezó a trabajar en la política, se empezó a alejar de Lucia, ella se dio cuenta, se daba cuenta que se alejaba, ya no hablaban, ya no se besaban, ni se abrazaban, no hacían nada, apenas se hablaban; Lucia intentaba hablar sobre esto, pero Marta se iba antes de terminar su frase, pero ella no la culpaba, sabía que era su trabajo la que le absorbía todo el tiempo, y solo espero lo peor, el rompimiento. Marta pensaba lo mismo, quería romper con ella, ya que con suerte llego a ser alguien en la política, alguien pequeño, pero es alguien, y no se va a jugar su suerte con alguien que no ama. Pero no podía romperle tan rápido, tenía que hacer que le doliera menos, entonces decidió comprar dos boletos a un paraíso tropical y después de ese pequeño viaje, separarse con ella, también cabe la posibilidad de no volver la a ver, para que ambas puedan tener una mejor vida.

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