Daemon.

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Daemon sabe que se irá al infierno, pero ella en su boca sabe como el cielo.

Daemon sabe que no la merece, pero todavía la quiere más de lo que puede admitir incluso ante sí mismo.

Ella es el más rico de los terciopelos bajo sus dedos, curvándose contra su cuerpo en prostíbulo, lejos de toda la bondad y lo correcto.

Él odia el recuerdo de ese primer beso.

Manipulado, sucio, indecente y controlado. Su beso sabe a putrefacción, porque no está haciendo lo que debe, pero es un hombre desesperado. Quiere el trono. Quiere a la princesa. Quiere superar al rey. Quiere a su hermano. El conflicto estalla, muerde y retuerce mientras ella gime bajo su boca, jadeando por más cuando apenas la ha tocado.

Es una cosita adorable. Nadie puede culpar a Rhaenyra de ser inocente, pero durante ese tiempo, ella es pura, ella es resplandeciente.

Sucio, traidor. Desleal. Es más, de lo que puede soportar, así que se detiene.

Le ha ido muy bien todos esos años ignorando a su consciencia, pero, bendita sea, él escucha por primera vez, porque esta es su sobrina, esta es su familia, esta la princesa a la que ha agajasado por tantos años que es dificil perder de vista el trono cuando la tiene entre sus grandes y manchadas manos. Bendita sea su consciencia, porque él se detiene antes de contaminar a la princesa como hace con todo lo demás.

Daemon no es un buen hombre. No está interesado en serlo, jamás. Le gusta lo difuso de su moral, se rige bajo sus propias normas. Lo ha hecho durante tanto tiempo que se siente desnudo incluso en las más finas ropas cuando va en contra de lo que él cree que es lo correcto.

" Daemon solo ama a Daemon "se ha dicho en el reino durante años, y es una verdad tan grande como azul es el cielo, pero su sobrina tal vez importe más.

La desea, la codicia tanto que se le hace agua la boca. Daemon la quiere. Él quiere aplastarla como a una maldita hormiga, elevarla sobre sí mismo y luego hundirla hasta que no pueda respirar. Ella es un desafío. Es una amenaza. Es la horna en su zapato y debe ser erradica. Pero...oh, malditos sean esos hijos de puta a los que todos llaman Dioses, él no puede tocarla. Él no puede mancharla.

No así. No hoy.

Rhaenyra es un obstáculo a las ambiciones que ha acariciado durante años, pero todavía es familia. Todavía es su sobrina, y no puede herirla sin destrozarse a sí mismo.

Habría sido tan fácil, tan aburrido quitar de en medio a Viserys, pero él tampoco puede con ese viejo demasiado complaciente, porque le ama.

Daemon es egoísta, manipulador, traicionero y vil. Está podrido hasta las entrañas. Si tiene un corazón, esta descompuesto, y probablemente es tan negro como un día de tormentas. Pero entre todo lo malo, entre todo lo que odia, todavía es leal a su familia.

Todavía es leal a la Casa Targaryen. Todavía es leal a Viserys. Todavía es leal con el hermano con el que se ha criado. Y no puede dañarlo más de lo que puede dañarla a ella.

Todavía es leal a Rhaenyra, porque esa pequeña bestia que cree que ser un gran dragón, no es más que un cachorro necesitado que conociendolo, confia en él. No puede mancharla, no hoy, porque, algún día, esta niña a la que deja temblando y decepcionada cuando se aparta, será su reina. 

The House Of The Dragon. ‖ One Shorts.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora