Caraxes.

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"Tío" escucha que dice ella "Tío, no puedes hacer esto, papá te matará" estalla su voz en la oscuridad.

Y Caraxes levanta la gran cabeza, un poco perezoso después de haberse saciado con las rechonchas ovejas que Syrax no quiso compartir y todavía un tanto exhausto después del largo viaje a través del agua, para traer a su jinete a un castillo que no recuerda haber visitado antes.

Caraxes no es un entrometido, claro que no, pero le gusta estar al tanto de todo tipo de situaciones, estén o no relacionadas con él. Y esa noche, a juzgar por el modo en que la emoción bulle a través del vinculo con su jinete, lo está.

Su jinete, que se escabulle en medio de la noche, arrastrando con él a la cosita diminuta que Syrax suele llevar a todos lados como si estuviesen unidas por la cadera.

Ah, Syrax...

"Nos descubrirán tarde o temprano cuando la riña haya acabado. ¡Daemon, nos matarán!"

Caraxes resopla al mismo tiempo que lo hace su jinete, como si estuviera programado para hacerlo. Están tan unidos que aveces olvida donde inicia él y donde termina esa cosa sin escamas que dice ser su dueño.

"¿Y qué? No pueden hacerme nada" dice su jinete, tan seguro de sí mismo como siempre.

Caraxes lo ve venir hacia donde está. Lleva consigo una espada, y la cosita sin escamas de Syrax le sigue, tambaleándose en una pesada capa del color de sus escamas, y una cosa extraña de color blanco que usan todas las mujeres humanas para cubrir sus miserias.

"Encontraremos a un Septon para que nos case bajo las tradiciones que mi hermano insiste tercamente en consentir y alentar, y luego nos uniremos bajo los ritos de Valyria, como la sangre de dragón que somos"

La emoción aumenta en el vínculo, y la felicidad, la euforia que corre por él es tan fuerte que casi lo hace sentirse mareado.

"Se supone que..." inicia ella, pero el rugido de Syrax volando hacia ellos, ahoga su pequeña voz.

"Así es como debe ser, Rhaenyra. Tú misma lo haz pedido. Sentenciaste el futuro en cuando me diste carta blanca en tú celebración de compromiso" se burla él "Y habrá una boda; cumplirás con tú deber como princesa heredera, solo que el novio ha cambiado, porque el dragón toma lo que es suyo".

Caraxes los ignora mientras la cosita sin escamas gime; él se mueve más cerca, estirando el cuello en dirección a Syrax cuando la dragona aterriza con suavidad a tan solo unos escasos metros de la cosita sin escamas. Por supuesto, no pueden estar muy lejos la una de la otra por mucho tiempo, y a su jinete parece sucederle lo mismo. Es como si la cosita sin escamas fuera esa cosa brillante y amarilla en el cielo que los cubre a todos bajo su atracción.

Quizás sea una bruja.

"¡Estaba siendo solo una mocosa, Daemon!" sisea, ella lanzando miradas más allá de Syrax, como si estuviese temerosa de que alguien pudiese verla "Sabes que la Serpiente Marina jamás olvidara la ofensa..."

Es tan extraña.

"Yo también puedo ser un mocoso" se regodea su jinete con una sonrisa maliciosa "Qué se joda la Serpiente Marina, y que se joda el Rey. Yo tomaré a mi maldita esposa está vez".

La cosita sin escamas intenta decir algo más, pero su jinete es todavía más listo y rápido. Él tira de ella con brusquedad, le toma el pequeño rostro entre los dedos curtidos por la guerra y golpea su hocico con el suyo mientras ella jadea.

Raros.

Pero todavía inspiradores.

Caraxes le lanza una mirada a Syrax, con la esperanza de que ella también se ponga en ambiente, pero la dragona gira el cuerpo y lo ignora.

No va a detenerlo con eso.

Caraxes se acerca un poco, golpea el morro contra el costado del objeto de sus afectos y canta para ella. Tal vez eso sí que la ponga en ambiente, con un poco de ayuda del vinculo, porque incluso concentrado en Syrax, puede sentir la excitación sexual de su jinete tan solo por golpearle el hocico a la cosita sin escamas. Caraxes ruega que la cosita sin escamas también tenga ganas de aparearse, porque eso sin duda afectaría positivamente a Syrax.

Y finalmente él podría tener un poco de acción.

"Caraxes, en marcha" oye que le llaman, y tiene que refunfuñar, porque no lo dejan cortejar a su dragona en paz.

Su jinete le da un azote a la parte trasera de la cosita sin escamas, y ella chilla y se ríe, mucho más dispuesta y toda sonrosada.

"Vendrán por nosotros" dice mientes se aleja en dirección a Syrax.

"Qué vengan" espeta su jinete con la amenaza de una sonrisa en los labios "Para cuando sus dragones y bardos arriben en Rocadrágon, ya te habré puesto un heredero en la barriga"

La cosita sin escamas lo mira por un largo momento, y entonces una sonrisa idéntica a la de su jinete se asoma en su faz.

"Qué vengan" repite, y luego se gira y monta en Syrax.

Pequeña bastarda con suerte.

Sin duda el único consuelo que tiene, si ha entendido bien la conversación de la que no perdió detalle (solo por información crucial que podría afectar su vida, no por chismoso) es que la cosita sin escamas va a aparearse con su jinete esa noche.

Caraxes implora para que eso sí que consiga poner en ambiente a Syrax.


The House Of The Dragon. ‖ One Shorts.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora