Capítulo 8

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Félix salió de su clase un tanto agotado, le dolía la cabeza debido al estrés que provocaban esos informes, estar pegando información de pestaña en pestaña, investigaciones, proyectos y muchos muchos desvelos.

— Debería estudiar una sola cosa —suspiró—, pero me gusta mucho el canto.

Se fue a una mesa a esperar, acomodando sus brazos en esta, apoyando la cabeza. Cerró los ojos un momento sintiendo como el sueño lo intentaba dominar poco a poco. Eso hasta que escuchó una risa a su lado, abrió los ojos apenas para observar a aquella persona que interrumpió su sueño.

— Hola, Félix —le saludó la suave, pero risueña voz de Jisung. Él le miró con ojos cansados.

— Hola —respondió con pereza, antes de soltar un bostezo que escondió con su diestra.

— ¿Tienes sueño?

— Mucho. Tuve proyectos en mis dos carreras y me llené de demasiados quehaceres.

— Lo imagino. A eso de las artes si que se le tiene que tener amor.

Félix le miró con atención, dedicándole una suave sonrisa.

—¿No te consideras alguien artístico?

— Sí, demasiado —respondió sin pensarlo. Félix le miró sorprendido por su respuesta tan sincera—. Cuando era más joven amaba bailar. Tenía un conocido con la cual aprendía muchas coreografías. Era grandioso en eso del baile. Hace años no sé nada sobre él —murmuró con cierto tono nostalgico—, pero ahora solo bailo de vez en cuando.

— ¿Y entonces qué haces estudiando administración de empresas?

Jisung mismo pareció cuestionarselo en ese momento. Observó a Félix por un largo rato, sin saber que decirle exactamente. Encogió de hombros.

— ¿Y cantas muy bien?

— Eso creo, mis profesores dicen que voy muy bien, aunque más que nada lo hago porque me da paz —atendió, aceptando que su compañero hubiera decidido cambiar el tema—. Es eso más que nada.

— Algún día déjame escucharte.

— No veo por qué no.

— Genial —sonrió, poniéndose de pie—, ah, cierto —le mostró una barra de chocolate, dejándola sobre el mármol de la mesa—, esto podrá darte un poco de energía.

— Que amable.

— Igual no la comas tan rápido, demasiada azúcar te hará ir deprisa y... no creo que quieras volver a hacer caer a nadie.

Félix dejó escapar una risa fresca a la que Jisung se unió por unos segundos antes de despedirse y retirarse. Él lo observó marchar, tomando el chocolate. Junto a este la pantalla de su celular se encendió mostrando la fotografía de Changbin. Atendió con una sonrisa.

— ¿Por qué tardabas tanto en responder?

— Hablaba con un amigo —resumió, mirando la barra de chocolate. El chico del otro lado de la línea dejó escapar una carcajada.

— ¿Un novio?

— Claro que no. Solo un amigo.

— ¿Quién es? ¿Cómo se llama?

— No te lo diré —masculló, comenzando a guardar su material de trabajo.

— ¡Ah! ¿Por qué no?

— Por que eres capaz de ir a decirle alguna cosa sin sentido.

—Ah, que mala persona eres... —se lamentó de manera fingida— Si tú no me lo dices voy a investigarlo.

— Si de cualquier manera lo sabrás no te voy a facilitar el trabajo —le burló, aprisionado el teléfono entre su oreja y su hombro para cerrar su mochila—¿Para qué me llamabas, de todos modos?

— Llevaré a Minho a ver el campo de mariposas de mi papá.

— ¿Hoy? —Sonrió emocionado, poniéndose de pie, tomando el celular para estar más cómodo— Cuéntame todo, no sé que estás esperando...

— Bueno, antes no habíamos quedado en ningún día. Pero hoy le pregunté si venía conmigo al salir de clase y dijo que sí.

Seungmin dejó escapar un suspiro enamorado, acomodando el cabello de Minho en una trenza, este se mostraba lo suficientemente indiferente.

— Te lo diré una vez más; debes ser amable. No importa si Changbin es demasiado timido, debes mostrar cordialidad.

— Lo intento —masculló, echándole un vistazo a su reflejo en el espejo de los tocadores del instituto—. Aceptar ir con él fue cordial en primer lugar y luego aceptar ir hoy, lo fue también.

Seungmin negó con una sonrisa divertida, llevando las manos a la cintura para admirar a su amigo una última vez. Asintió.

— Solo dale una oportunidad, no pierdes nada. Incluso puede que salgas ganando un amigo... o un novio, quién sabe.

— No digas eso, me quita las ganas.

Se observaron en silencio por un momento. Minho fue el primero en desviar la mirada, Seungmin quería decirle algo para subirle el ánimo, cualquier cosa iba ser suficiente, pero deseaba que él se sintiera a gusto por sí mismo. Decidió echar un vistazo fuera de los tocadores, Changbin ya estaba ahí esperando con Hyunjin. Volvió por el castaño.

— Te esperan.




Félix se mantuvo a espera de noticias sobre la cita de Changbin. Sabía cuán importante era para su amigo pelirrojo el hecho de que Minho aceptara acompañarlo, por lo tanto iba a esperar para estar enterado, aunque probablemente era muy pronto para recibir noticias ya que ellos apenas deberían estar saliendo de la universidad. Verificó que su teléfono no tuviera llamadas o mensajes. En la biblioteca tenía que mantenerlo en silencio y si bien eso era práctico también fastidioso, sobre todo mientras esperaba un buen cotilleo.

Al abandonar su móvil su mirada se concentró en el joven que ingresaba a la biblioteca. El mismo Han Jisung que apenas un par de horas antes había ido a clase. Sonrió, levantando las manos para llamar su atención. Jisung se acercó inmediatamente al verlo.

— La universidad es demasiado grande como para encontrarte todo el tiempo, Jisung.

— Tal vez te estoy buscando a propósito —sonrió divertido, consiguiendo una mirada recelosa—. Es broma, pero siendo honesto, cada vez que te hablo es porque te encuentro en mi camino y decido acercarme.

Félix asintió, considerando que era justo lo que él mismo hubiera hecho. En realidad, tal vez ya había tomado avance en la situación.

— Supe quién es tu padre —le dijo como si fuera una confesión. Jisung no se mostró sorprendido, pero tampoco encantado con ello.

— ¿Y qué te pareció?

Un suave quejido escapó de los labios de Félix, el rubio no pudo evitar sonreír con diversión por esa respuesta tan oportuna y reveladora.

— Es un hombre... complicado —calificó con prudencia, ocultándose detrás de un libro para que la encargada no los reprendiera. Jisung hizo lo mismo—.Un poco peculiar. Un hombre de temer.

— Es demasiado controlador —admitió—. Siendo sincero, no estoy muy orgulloso de él.

— Es un magnate y bueno, ustedes si que nadan en dinero.

— Tu familia no se queda atrás, Lee.

— Lo sé, pero igual no quisiera nunca enfadar a tu padre.

Jisung observó a Félix a los ojos, frunciendo el ceño ligeramente. Apartó el libro de su rostro para comenzar a buscar en su mochila. Él pudo notar el cambio en su actitud, por lo cual decidió hacer lo mismo.


Tu padre no puede enterarse. Si se entera, me mata y si me mata...

《 ¿Te mueres?

《 Esto no es una broma, Jisung.

Oleos al viento (Minchan/Bangho/Bangknow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora