Luego de estar con los chicos un rato más y de ver como Jason y Damian peleaban por la última galleta, Melissa decidió volver a su habitación.
El lugar estaba en completa paz, sin más, se sentó en el piso y sacó el Diario. A pesar de haberlo leído tantas veces, sentía que este libro aún ocultaba algo, abrió con cuidado el libro y empezó a leer el contenido otra vez, estaba por pasar la página cuando alguien tocó la puerta.
– Soy yo Damian, voy a pasar.
Y sin esperar respuesta, entró a la habitación. La chica lo miro con curiosidad y esperó a que el recién llegado, dijera el motivo de su intromisión.
Damian miraba el suelo pensando en si debía o no hacer lo que estaba pensando, finalmente se acercó a la chica y se sentó junto a ella.
– ¿que es eso? – pregunto con tono normal.
– es el diario que mi padre pidió que cuidara, y por ahora la única pista para encontrarlo – dijo desanimada.
Cada expresión de la chica era captada por Damian, la fémina al darse cuenta de la mirada del moreno, cambio rápidamente su expresión y forzó una sonrisa.
– no hagas eso – reprendió el de ojos esmeralda.
– ¿hacer que?.
– Tks eso, obligarte a sonreír, desde que estás aquí lo haces a menudo, no lo hagas es lamentable – reprochó el moreno.
En lo que no se había fijado Damian era el impacto que sus palabras tuvieron en la muchacha, la cual ya no sonreía.
– lo siento, no quise causarte un disgusto – respondió la rubia.
El moreno se dió cuenta de la incomodidad de la fémina.
– no lo dije para que te disculparas, todos a veces tenemos que fingir, pero no es necesario que lo hagas todo el tiempo, la tristeza y el dolor es algo que no se puede esconder para siempre, si no quieres sonreír no lo hagas.
La rubia veía a Damian sorprendida, no esperaba escuchar esas palabras de él.
La chica no pudo evitar una carcajada, el de ojos esmeralda la vió con una ceja levantada.
– Qué es tan gracioso? – pregunto con cierto toque de enojo en su voz.
– jajaja no te enojes, no me estoy burlando de tí, es que me causas cierta ternura, intentando animarme y diciendo todo eso, con esa cara tan seria y el ceño fruncido, no pensé que de tu boca saliera algo que no fuera un insulto, te lo agradezco.
– Tks...yo no causó ternura para tu información, antes era un sanguinario asesino – dijo con altanería.
– « y ya volvió el de siempre » okey ya entendí señor sanguinario – contestó con una sonrisa divertida.
– ¡eh! que no te burles – se quejo el moreno.
La chica le sacó la lengua de forma burlona e infantil.
– ¡vaya que madura! – respondió sarcástico el chico.
La ojiazul se reía como una chiquilla después de hacer una travesura, risa que contagio a su acompañante.
La fémina paró de reír al ver a Damian soltar unas carcajadas y lo miraba con atención.
El moreno al dejar de reír noto la atenta mirada hacia él.
– ¿qué pasa? – pregunto.
« así que ese cara amargada si se puede reír, tiene una hermosa risa » era el pensamiento de la ojiazul que no dejaba de ver el rostro de Damian, solo cuándo el chico le habló, fue que se dió cuenta de su acción.
– ¿ah? N-no pasa nada – dijo con una risa nerviosa.
– si claro – contesta no muy convencido.
– por cierto, ¿No me dirás la razón de tú visita? – pregunto la rubia cambiando de tema.
– ah cierto, te quería preguntar algo.
– ¿qué quieres saber ?.
– el otro día, cuando luchamos con los lobos, mi katana no les hizo ningún rasguño, sin embargo tú usaste unos cuchillos y lograste detenerlos, ¿Cómo fué posible?.
– oh eso es simple – se levantó y busco el par de armas entre sus cosas, luego se volvió a sentar junto a Damian – estas cuchillas poseen algo especial, ¿vés esas marcas que tienen en la hojilla?.
(Elijan el que quieran)
El chico asintió y siguió inspeccionando las armas.
– son símbolos de protección, le dan a las cuchillas el poder para deportar a los demonios, y para hacerlas más resistentes y efectivas fueron sumergidas en agua bendita, con un simple rasguño se convierten en cenizas, vencer a un demonio no es fácil con un arma común y corriente, se necesita un poco de preparación y astucia – explico la rubia.
– entonces por esa razón todas nuestras armas fueron inútiles – susurro para sí mismo el moreno – por cierto, eres bastante ágil, ¿Que tal eres en el combate cuerpo a cuerpo?.
– Bueno, mencioné antes que practique boxeo pero fue hace mucho tiempo y normalmente trato de evitar el uso de los golpes, por lo que no soy tan buena en esa área jejeje.
– me suena a qué usas más los truquitos mágicos de Constantine – dijo el chico.
La fémina se encogió de hombros.
– sí utilizó un poco mis poderes, pero solo cuando es necesario, además aún estoy aprendiendo a usarlos – aclaró.
– ¿aún no sabes usarlos del todo? – preguntó atónito.
Al ser hija de un hechicero, ¿cómo es posible que aún no sepa manejar del todo sus habilidades mágicas?, era lo que el chico se preguntaba.
– Satanna dijo que aún no e sacado a relucir mi máximo potencial, y aún tengo que aprender algunos hechizos – conversó tranquilamente la rubia .
– pero ¿cómo?, eres hija de Constantine, ¿no se supone que te enseñen a usar tus poderes desde la niñez, para tener mayor control mientras van creciendo?
– en mi época de niñez recuerdo que solo tenía que lidiar con eso de ver fantasmas y cosas así, pero fué como a los siete años cuando aparecieron otras habilidades, a mamá le preocupaba que lastimara a alguien o que se dieran cuenta de que no era una niña normal, pero siempre me ayudaba a qué eso no pasara.
– y tú padre, ¿por qué no te enseñaba a manejar tus poderes? – pregunto el moreno con más curiosidad.
– es complicado – contestó seria la chica, desconcertando al de ojos esmeralda.
Tal vez había hablado de más, eso era lo que ella pensaba, por otro lado Damian solo se preguntaba una cosa...
.
.
.
.
¿Qué ocultas Melissa Constantine?
ESTÁS LEYENDO
ENTRE MAGIA Y AMOR ( Damian Wayne Y Tú )
FanficMelissa Constantine es hija de nada más y nada menos que de el famoso adicto al tabaco/digo al famoso hechicero John Constantine, ¿Te atreves a acompañarla en una misión llena de misterios para encontrar a su padre desaparecido?. En el trayecto enco...