7. Confesiones

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Ohm estaba nervioso, algo que no pasaba seguido, pero hoy era un día importante. Hoy tomaría el primer paso hacia su libertad.


Terminó por colocarse la chaqueta del traje azul marino que había elegido para visitar las oficinas, y miró su reloj.


Faltaban 20 minutos para las 9, pero no le molestaba ver a su... se detuvo, se había equivocado, no era suyo. No debía asumir que lo era.


Abrió la puerta del baño, tratando de convencerse a sí mismo de que debía ir más lento con Fluke, cuando escuchó a Mix correr hacia el.


-bonito traje,- musitó con una sonrisa, -apruebo tu selección de CEO mafioso de novela erótica.


-Mousse de chocolate.- masculló Ohm, fastidiado.


-Me portare bien,- murmuró con voz infantil.


Lo que sea que Mix estaba por decir a continuación, se detuvo al escuchar el estruendo que venía del pasillo.


-eso fue la puerta,- susurró Mix preocupado.


Se miraron al mismo tiempo, mientras Ohm hacía un repaso mental de los inquilinos que vivían en ese piso.


Sólo un apartamento habitado estaba lo suficientemente cerca.



Mix parecía poder leer la mente del pelinegro, porque lo tomó del brazo con fuerza.


-No vayas,- le pidió. -no sabes quien esta afuera.


-solo dos personas saben que vive aquí,- le aseguró, -y una de ellas está a 500KM. Debe ser su hermano.


-No lo sabes,- gimoteó nervioso, Ohm podía ver como el sudor frío empezaba a cubrirlo, -no vayas, mejor llamemos a la policía.


-te prometo que todo estará bien,- intentó Ohm. Estaba preocupado por Fluke, pero no podía dejar a Mix así, -solo iré a ver que pasa y regresaré.


-¡No puedes!- chilló, aferrándose aún mas a su brazo. -por favor no vayas, por favor, por favor.


-Mix,- suspiró, -respira.


-por favor, no vayas,- continuó repitiendo con un tono frenético, -no vayas, no vayas.


-Mix, mírame- Ohm tomó a su amigo de los hombros, forzándole a mirarle -no pasara nada. Te prometo que estará bien.


-Por favor.- musitó casi inaudible.


Ohm se quitó el reloj de pulsera y se lo puso en las manos, este lo apretó con fuerza.


-Saldré y cerraré la puerta tras de mí,- le indicó, Mix negaba con la cabeza y lágrimas empezaron a salir, -dame 10 minutos y prometo estar de vuelta.


-10 minutos y volverás.- repitió, aun aferrado a su brazo.


Ohm empezó a caminar hacia el pasillo que va hacia la puerta, y Mix lo siguió de cerca, hasta detenerse en el mismo punto de siempre.


En 7 años, nunca había conseguido avanzar más de ahí. Siempre de pie en el mismo lugar.


-10 minutos y volveré, repítelo,- le ordenó.


Se sentó en el piso, junto al sofá y miró a su amigo desaparecer en el pasillo, y la puerta cerrarse.


-10 minutos,- susurró entre lágrimas para sí mismo. -10 minutos y volverá.


Escuchó las vueltas de la llave dentro de la cerradura, y fue su turno de esperar. Como detestaba esperar.


Ohm caminó hasta la puerta del pequeño, encontrándola cerrada. Escuchaba voces que provenían del interior, pero no lograba distinguir que pasaba.

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