Cómplices

25. La Boda (Final)

Aun con los ojos cerrados, Fluke podía sentir los labios del pelinegro deslizarse por su cuello. Su mano se ceñía a su cintura con fuerza, y podía sentir su pecho desnudo sobre su espalda.

-Ohm…- murmuró mientras intentaba escapar de su agarre sin éxito. -prometiste portarte bien….

-seré rápido, lo prometo.– susurró en su oído, antes de morder el lóbulo de su oreja.

-por supuesto que no,- se quejó el pequeño sin abrir los ojos, -no entiendo como no estás exhausto.

-¿te lo explico?- intentó el pelinegro con una sonrisa.

-no…- musitó Fluke, sabiendo que eso implicaría que terminarían revolcándose otra vez, y hoy, de todos los días no podía quedarse en cama.

Ohm continuó besando y chupando a su paso, avanzando hasta la manzana de adán del muchacho. Fluke se permitió abrir los ojos, solo para fulminarlo con la mirada.

Ohm le devolvió una mirada descarada y estalló en risas, volviendo a recostarse en la cama, tirando del muchacho en el proceso.

-No podemos llegar tarde hoy,- musitó Fluke, descansando sobre su pecho desnudo, -Mix nos pícara y nos mezclara con el confeti.

-todavía tenemos un par de horas para eso,- contestó el pelinegro, -además, te veías tan lindo en ese traje…- la mano de Ohm se deslizó a lo largo de su espalda, hasta llegar a su cintura.

Fluke golpeó su muñeca con la mano, haciendo que estallara en risas otra vez. Ohm utilizó su mano libre para elevar el rostro del pequeño y depositar un suave beso en sus labios.

Fluke se quedó quieto, entorpecido por los avances del pelinegro, sintiendo como sus manos recorrían su espalda y su cintura.

Se preguntó si realmente estaba dispuesto a sufrir durante la ceremonia, con tal de sucumbir ante los avances del mayor.

Pudo sentir su cuerpo girar y las rodillas de mayor hundirse en la cama, a ambos lados de su cintura, elevando sus caderas.

Fluke abrió la boca para quedarse, pero la mordida que sintió sobre su hombro hizo que un quejido de placer que provocó un bufido de excitación del el mayor.

-¿Puedo?- susurró en el oído del pequeño.

-ah…si…- musitó, preso de la anticipación.

El golpeteo en la puerta hizo que Fluke abriera los ojos de golpe, sacándolo de su estupor. Podía ver los ojos oscurecidos del pelinegro, dominados por el deseo, y le devolvió una sonrisa apologética.

-tu hermano encabeza la lista de mis personas menos favoritas.- murmuró con voz sombría, mientras se retiraba a su lado de la cama, permitiendo que Fluke escapara hacia la ducha.

Una vez se aseguró de que la puerta del baño estuviera cerrada, llamó a Earth para que entrara. El moreno se encontró con la versión cabreada de su cuñado, cubriendo nada más que su virilidad con una sabana.

-Deberías estar vestido,- murmuró malhumorado,  con la vista fija en el techo. -la ceremonia empieza en dos horas.

-son las siete,- se quejó el pelinegro, -y esa llave es para emergencias.

-son las ocho.- refutó Earth, antes de fulminarlo con la mirada.

-eso sigue sin explicar porque estas aquí,- se quejó Ohm, sin tomarle importancia. Acomodando la almohada bajo su cabeza.

-todos tenemos los nervios de punta,- resopló el moreno, -no hagas esto más difícil, por favor.

Ohm le miró desde la cama, era la primera vez que  le escuchaba usar un tono tan suave cuando se trataba de él. Debía estar desesperado.