Fluke escuchaba las palabras del doctor, pero le costaba entender lo que intentaba decirle. Lo que comenzó como un problema de memoria, terminó en una situación quizás demasiado compleja.
Muchísimo más de lo que el podía manejar.
Una parte de él deseaba desaparecer. El simplemente no era la persona correcta para cuidar de Ohm.
Mix pareció notar la tensión en su cuerpo, y colocó su mano sobre la suya, en un intento de calmarlo. Fluke no creía que aquello era posible, no después de lo que había escuchado la última media hora.
Cinco personas, todas distintas, habitando el mismo cuerpo, compartiendo un espacio en su mente. No podía escapar a la incertidumbre que le provocaba no saber de quien se había enamorado.
-deben tener muchas preguntas.- murmuró Thongprasert cuando terminó con su explicación.
-¿sus recuerdos… volverán alguna vez?- quiso saber Mix, incapaz de obviar el hecho de que su relación se había deteriorado considerablemente desde el accidente.
-es difícil de explicar,- intentó Thongprasert, -sus recuerdos están ahí, solo…
-No estamos hablando con la persona correcta,- se lamentó Fluke en voz alta.
-supongo que es una forma de verlo,- musito el doctor con nerviosismo. -pero yo no usaría el término “correcto”. El trastorno de identidad disociativa—
-Entendí lo que quiso decir,- le interrumpió Fluke, contrariado, -como también entiendo que no podemos forzarlo a que regrese, solo creo que nos tomará algo de tiempo acostumbrarnos a la situación.
Thongprasert miró al pequeño con curiosidad mientras escribía en su cuaderno de notas.
-¿hay algo de lo que quieras hablar, Fluke?- intentó, sin dejar de mirarle.
-no necesito que me analice a mi también,- masculló en respuesta.
Mix que observaba el intercambio con atención miró como Ohm jugaba con algunos bloques detrás del cristal. El pequeño de nombre Mai disfrutaba de construir edificios con ellos.
-¿podemos hablar con él?- intentó mirando al doctor, pero Fluke se levantó, recogiendo su bolso con el.
-No quiero entrar,- les explicó, caminando hacia la puerta, -creo que volveré al apartamento.
Dio dos pasos en dirección a la puerta, hasta que la mano del doctor le detuvo.
-Esta esperándote.- le dejó saber. -Ohm estaba esperando poder verte.
Fluke se soltó de su agarre con brusquedad, pero volteó en la dirección que Mix estaba mirando, y divisó al pelinegro de espaldas.
-no puedo ayudarlo,- murmuró apenado, -no soy la persona correcta para lidiar con lo que le está pasando.
-no necesita alguien que lo entienda,- le contestó el doctor, -creo que ni el mismo está al tanto de cómo funciona su mente, pero quiere que estés a su lado mientras lo descubre.
-yo no quiero estar aquí,- le dejó saber, sintiendo la presión en su garganta mientras lo decía.
-nadie puede obligarte a estar,- esta vez fue Mix quien se dirigió a él, -pero deberías al menos despedirte si quieres desaparecer, le debes al menos eso.
Fluke miró a su amigo y luego a Ohm, y asintió. Se lo debía, no podía borrarse de su vida y ya, el pelinegro merecía todas las respuestas que él pudiera darle.
Caminó hasta el cuarto donde se encontraba Ohm, y se sentó frente a él. El rostro del pelinegro se iluminó de manera inexplicable al verle, y una sonrisa radiante apareció.
-¡estas aquí!- exclamó con entusiasmo, -¿viniste a llevarnos a casa?
Estaba ahí, frente a él, la versión frágil de Ohm. La que vio en aquella oficina cuando lo encontró llorando junto a su escritorio la primera vez, la que se frotaba los ojos mientras lo esperaba para dormir.
No podía lidiar con esos ojos, no en aquel momento. No fue consciente de la lágrima que caía por su mejilla, hasta que el pelinegro levantó su mano para limpiarla.
-¿Fluke?- su tono dulce había desaparecido, dejando uno más maduro, con preocupación en su semblante, -¿qué va mal? ¿Por qué lloras?
Esta persona también era distinta, como aquella que lo había recogido en el apartamento el día del aniversario de sus padres, la persona que lo había sostenido en sus brazos cuando estuvo en la pastelería.
-¿Khim?- el doctor Thongprasert le llamó, provocando que levantara la mirada.
-¿Por qué está triste?- presionó el pelinegro, -¿qué fue lo que le dijo? ¿Qué hizo?
-Estoy bien,- musitó Fluke, acariciando el rostro del pelinegro, tratando de captar su atención, -te prometo que todo va bien.
Sus ojos se relajaron, y presionó la mano del pequeño contra su rostro, una sensación de calma le invadió.
-vamos a casa, pequeño,- musitó, acariciando su cabello en respuesta.
Fluke le miró a los ojos, y por un instante fue como si el tiempo no hubiese pasado. Como si el incidente del arma no hubiese ocurrido nunca.
-eres tú,- susurró, -estás aquí.
El doctor Thongprasert, lo miró boquiabierto, luego de muchas sesiones, no había tenido la oportunidad de conocer a Dean, pero ahí estaba.
Ohm sonrió y tomó la mano del pequeño, guiándolos fuera del consultorio.
Se mantuvieron en silencio durante el trayecto a casa. Fluke mantenía su mirada fija en el rostro de Ohm, quien parecía tranquilo, y Mix los observaba con cautela.
Luego de que Fluke tuviera su pequeño ataque en pánico, creyó que sería más difícil subirlo al auto, pero el pequeño parecía estar convencido de quedarse esta vez.
Ya en el apartamento, Ohm se sentó en el sofá y lo atrajo hacia su cuerpo, provocando que el pequeño se sonrojara.
-supongo que aún te trae recuerdos,- murmuró el pelinegro con una sonrisa socarrona.
-¿Por qué te fuiste?- musitó ignorándole.
-acostado en el suelo mientras moría desangrado… no es algo que simplemente desaparece, cariño.- murmuró con gentileza, haciendo que el pequeño de sintiera culpable.
-lo siento…- murmuró, -no pensé… lo siento.
-no tienes que disculparte.- susurró el pelinegro en respuesta, volviendo a acariciar su cabello. -la verdad es que yo debería hacerlo, debí haberte dicho lo que sucedía conmigo.
Fluke se aferró a él con ambos brazos y se recostó sobre su pecho. Ohm acarició su espalda con gentileza.
-¿Qué pasara con nosotros?- quiso saber el pequeño, sin atreverse a mirarle.
-eso depende de ti.- murmuró el pelinegro. -no nos gustaría que te fueras, pero no puedo obligarte a que te quedes.
Escucharle hablar en plural no paso desapercibido. Recordándole porque sentía tanto miedo de quedarse.
-¿estas seguro que soy la persona correcta?- quiso saber, aunque dentro de él deseaba que la respuesta fuera sí, aunque no lo admitiría en voz alta.
-no hay correctos o incorrectos,- murmuró Ohm. -solo esta le hecho de que te amo.
-tu me amas,- repitió el pequeño, con escepticismo, -pero no se trata solamente de ti.
Ohm levantó su rostro para que le mirara y esbozó una sonrisa, haciendo que Fluke lo fulminara. Ohm pellizcó su mejilla de forma juguetona.
-me alegra ver que mis inseguridades te divierten,- se quejó el menor, tratando de bajarse de su regazo.
-Lo siento, cariño,- sonrió, sin dejarlo escapar, -no quise molestarte, perdón. Espera, no te vayas.
Fluke dejó de forcejear y volvió a esconder su rostro en el cuello del mayor.
-te llamas Dean, ¿cierto?- musitó inseguro, el pelinegro asintió. -el día del elevador—
-Pierce estaba al frente.- contestó con tranquilidad, -vinimos hasta aquí para conocer al amante de su esposo, hasta que te vimos entrar.
Fluke sintió la sangre acumularse en sus mejillas, y el calor en su rostro, pero no se atrevió a decir nada en voz alta.
-yo quería seguirte, pero Khim insistió en que debíamos apoyar a Pierce, en especial cuando supimos quien eras.
-Supongo que no soy su persona favorita.
-Simpatizó contigo al saber que no sabias de nosotros.- contestó con honestidad, -y fue la primera persona en llamarte su novio.
Fluke levantó el rostro por primera vez y le miró con escepticismo, provocando otra sonrisa por parte del pelinegro.
-Estas mintiendo.- musitó el pequeño, sonrojado.
-no a ti, nunca a ti. Al menos no en lo importante.- Ohm tomó su mano y jugó con sus nudillos, era una de las cosas favoritas de Fluke. -no te diré que yo estuve contento con aquello, detestaba la sensación de que competimos por tu atención, pero no puedo escapar a esta realidad.
-Ohm…- exhaló como un susurro.
-La realidad es que cada uno de nosotros te ama a su manera, por diferentes razones.- continuó, -no nos hace gracia la idea de estar enamorados de la misma persona, pero por ti, vale la pena.
Lágrimas empezaron a fluir de los ojos del pequeño otra vez, provocando que Ohm sostuviera su rostro por instinto.
-si todavía quieres irte…- musitó con tristeza, -podemos entenderlo. No queremos verte triste.
El pequeño negó con la cabeza volviendo a abrazarlo.
-no estoy triste… estoy muy feliz,- respondió, aferrándose con fuerza. -te amo.
El pelinegro suspiró y le devolvió el abrazo con la misma intensidad. Por primera vez en horas sintió que podía respirar.
Había perdido muchas cosas a causa de sus relaciones con su padre y Kao. Estaba en un mundo que no había sido creado para el, pero de ahora en adelante, ya no tendría que esconderse, no en su espacio seguro.
Fluke dejó de llorar tan solo para estallar en risas. Amar sin duda no era su fuerte. Le costaba crear vínculos con los demás, y confiar en los que le rodeaban, pero Ohm se había encargado de desaparecer todas esas inseguridades.
Y aunque el futuro era algo que no podían predecir, su para siempre estaba en aquel presente por el que ambos iban a trabajar.
Se recortaron en el sofá, como la primera vez que pasaron la noche juntos, y la curiosidad fue más fuerte que el pequeño.
-¿puedo preguntar?- musitó, acomodándose sobre el hombro del pelinegro. Este acariciaba su hombro con dulzura y simplemente asintió. -¿quién arreglo mi lámpara?
-Pierce… es bueno con las manos.- murmuró, -y quería saber más de tu relación con Kao.
-el era el único que mantenía una relación con Kao,- continuó el pequeño, -supongo que le debo una disculpa.
-no es necesario,- le dejo saber el pelinegro, revolviendo su cabello, -pero te lo agradece.
Fluke apoyó su cabeza sobre sus manos encima de su pecho, mirándole de frente. Ohm sonrió al verle tan cómodo.
-Nuestra primera cita.- continuó el pequeño, -recuerdo que me coqueteabas, pero te callabas a momentos.
-Khim y yo,- aceptó el pelinegro, sonrojado, -yo estaba ebrio, empecé a beber mucho antes de que llegaras.
-No te creo,- se burló Fluke.
-Khim sudaba cada vez que estaba al frente, la conversación no es su fuerte.
Fluke sonrió, provocando que el sonrojó en las mejillas del pelinegro se intensificara. Lo recordaba, la forma nerviosa con la que le miraba a momentos.
-nuestro primer beso.- musitó, rozando los labios de Ohm con delicadeza.
-Definitivamente yo.- aceptó de inmediato, -estaba fuera de control.
-El truco del chocolate,- le recordó el pequeño, provocando una carcajada. -me paralice.
-estaba delicioso.- aceptó, rozando la comisura de sus labios con el pulgar. -¿te gustaba aunque sea un poco?
-¿un poco?- se quejó Fluke, fulminándolo con la mirada, -prácticamente me abrí de piernas cuando me trajiste de vuelta.
-no fue nuestro mejor momento,- se burló Ohm. -pensé que terminaríamos haciéndolo en el corredor.
El pensamiento hizo que Fluke desviara la mirada. Había jugado con la idea desde que se enteró de la verdad, pero no sabía si quería saber la verdad. Ohm pareció notarlo, y acarició su rostro con gentileza.
-Fue conmigo,- murmuró ante la pregunta no hecha, -nuestra primera vez… nuestras primeras veces.
Fluke no sabía como sentirse al respecto. Se sentiría mal con los demás si lo que le embargaba era alivio, y al mismo tiempo, sentía un cariño especial por Dean.
-solo Pierce estaba casado con Kao,- le cuestionó el pequeño, -nuestras primeras veces, hemos sido tu y yo… ¿Qué pasará si en algún momento…?- no se atrevió a terminar la pregunta. No estaba seguro de querer saber la respuesta.
-¿si en algún momento alguno de nosotros se enamora de alguien más?- Fluke asintió, mordiéndose el interior de la mejilla. Ohm lo meditó durante un minuto. -supongo que puede pasar.
Fluke bajó la mirada casi por instinto, incapaz de saber que hacer. No se creía lo suficientemente fuerte como para verlo en los brazos de alguien más, y aceptarlo, aunque entendía su condición actual.
-¿Sabes porqué a Mum no le agrada Mix?- continuó el pelinegro, pero el pequeño estaba distraído, por lo que se limitó a negar con la cabeza. -Mum estaba enamorado de Joss.
Fluke abrió los ojos, incapaz de ocultar su sorpresa, había pasado varias semanas con Mum, desde que se levantó del coma, pero no sabía que su desagrado por su mejor amigo venía de aquello.
-Joss y yo éramos cercanos, como hermanos, pero era especial para Mum.- le explicó el pelinegro. -luego Pierce se acostó con Mix en aquella fiesta, y se complicó todo… y para cuando pudimos ponernos de acuerdo en que hacer…
-Joss y Mix habían empezado a salir,- terminó Fluke por él.
-Mum desapareció para nosotros durante meses,- le explicó, -sintió que le habíamos traicionado, pero sabíamos que sufría porque frecuentábamos a la pareja, así que no lo presionamos.
-debió ser muy difícil.- intentó Fluke, sintiéndose mal por el. -compartir un cuerpo que se siente de forma distinta por las mismas personas.
-cuando Joss murió… Khim estuvo al frente. Se hizo cercano con Mix, cuidó de él como cuida de cualquiera de nosotros. Mum y yo tuvimos que afrontar nuestra pérdida, juntos, y fue entonces cuando Kao…
-Pierce hizo lo que le pareció correcto,- concluyó Fluke, -Mum y tu no estaban, Khim cuidaba de Mix, quizás creyó que merecían algo para ustedes. Alguien que los amara como Joss a Mix.
Ohm sonrió esta vez, pellizcando su mejilla de forma juguetona.
-sientes mucha empatía por nosotros, y nos conoces bastante bien para alguien que no se cree la persona correcta.- Fluke se sonrojó, pero no dijo nada más, -no es una coincidencia, pequeño, que siendo tan distintos, todos estemos enamorados de ti. Nos traes paz, algo que no hemos experimentado en mucho tiempo.
Fluke lo miró con ojos grandes, inseguro de lo que aquello significaba. Ohm volvió a levantarse del sofá, obligándole a sentarse también, y rebuscó en su bolsillo mientras sostenía su mano.
-no es coincidencia que todos estemos de acuerdo, en que no podemos dejarte ir.- continuó, pero esta vez, deslizó un anillo en su dedo. La alianza era de oro, con una hilera de cinco piedras, cuatro pequeños diamantes y un zafiro en el centro.
-Yo…- intentó Fluke, mirando el anillo en su dedo. -esto… tu, los demás. ¿Están seguros?
-como nunca en la vida.- musitó el pelinegro. -sabemos lo que queremos, y es a ti.
Fluke sonrió y asintió varias veces, antes de estampar su boca con la de Ohm. La felicidad que sentía en aquel instante era algo que no había sentido en mucho tiempo.
Ohm profundizó el beso, aferrándose a la cadera del muchacho y tirando de él para colocarlo a horcajadas sobre el, hasta que un golpeteo en la puerta les interrumpió.
Ohm lo soltó a regañadientes, y Fluke se levantó rápidamente y caminó hacia la puerta con una sonrisa. Abrió solo para encontrarse con Mix, quien traía una bolsa de comida.
Parecía inquieto, hasta que notó el anillo en el dedo del contrario, y el intenso brillo carmesí en sus mejillas.
-y yo que estaba preocupado por ustedes,- se burló, tomando su mano para ver el anillo de cerca. -¡Earth! Cariño, ven pronto,- clamó por el pasillo. -dijo que sí.
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Cómplices
FanficOhm y Kao son el estándar de amor de muchas personas, y luego de 5 años de una relación casi perfecta, una llamada en medio de la noche lo cambia absolutamente todo. Su esposo, quien decía amarle por sobre todas las cosas tiene un amante, y no solo...