✨[SEGUNDA PARTE DE "Noche Estrellada"] ✨
La historia de Andrea y Olivia continúa, ¿pero a qué costo? Cada una tendrá que enfrentar nuevos desafíos y sinceramente ninguna de las dos estaban preparadas para lo que iba a pasar.
Esta historia no es un...
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Candice Liu, única nieta de Baltasar Liu, magnate y CEO de Liu Fitness Company. Hija de Amelie Liu y Enzo Rinaldi, este último un "bueno para nada", claro palabras siempre dichas por Baltasar.
Los Liu eran la tercera familia más adinerada de New York, en segundo lugar estaban los Chang y en primer lugar los Russell. Las tres familias tenían miembros despreciables que fingían ante la sociedad ser buenas personas.
En segundo plano estaban los hijos y nietos. Por parte de los Chang el árbol genealógico no era tan grande, solo tenía un hijo llamado Bao Chang. Por parte de los Liu, Baltasar solo había tenido una hija, Amelie. Para él su hija y su nieta, ambas eran muy importantes.
Por último, estaban los Russell. Nadie sabía mucho sobre ellos, lo único que sabían era que Joseph Russell era el CEO más famoso y millonario de New York. Todos tenían curiosidad y morían por saber si tenía hijos o esposa.
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Candice Breaking News
"Lightning Dragonfly sigue incrementando sus ventas y su récord en mantenerse en la posición número uno y..."
Me encontraba desayunando con mi familia como en cualquier otra mañana. Desde que esa empresa salió a la luz, no podía no sentirme emocionada, feliz e intrigada.
—Papá, ¿cuando tienes la cita con el CEO? —escuché la voz de mi madre, Amelie.
Observé cómo mi abuelo Baltasar, le sonreía a mi madre.
—Mañana en la tarde —respondió mientras llevaba el vaso con jugo de naranja a su boca.
Me sorprendí al escuchar eso e inmediatamente miré a mi abuelo con una sonrisa.
—¿Vas a hacer negocios con el dueño de Lightning Dragonfly? —pregunté rápidamente.
—Sí cariño, ¿no te gusta la idea? — replicó mi abuelo mientras me miraba.
—¿Qué sí no me gusta? La verdad es que me encanta, todo el lema, el estilo de los diseños, la ropa vintage —mencioné con tono emocionado.
—Me alegro que te guste cariño, si todo sale bien, ya mañana seremos accionistas —comentó mi abuelo con una sonrisa de superioridad.
Sonreí al igual que mi madre. En cambio, miré a mi padre, él se mantuvo callado y con la cabeza agachada todo ese rato en el que estábamos hablando. Terminamos de desayunar y cada uno se retiró para hacer sus cosas.
