✨[SEGUNDA PARTE DE "Noche Estrellada"] ✨
La historia de Andrea y Olivia continúa, ¿pero a qué costo? Cada una tendrá que enfrentar nuevos desafíos y sinceramente ninguna de las dos estaban preparadas para lo que iba a pasar.
Esta historia no es un...
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No POV
Andrea miraba atentamente la puerta por la que saldría su tío, unas cuantas personas salieron y poco después apareció Elijah con una sonrisa.
Al acercarse e intentar hablar, giró rápidamente al escuchar su nombre.
—¡Andrea! —Andrea frunció su ceño al reconocer la voz.
Se acercó a Candice y al detenerse, ambas no perdieron tiempo.
—¿Qué estás haciendo aquí? —dijeron las dos al unísono.
Andrea miró a Olivia y a Ethan, Candice frunció el ceño aún esperando una respuesta. Por otro lado, Elijah decidió cortar el ambiente tenso que se estaba formando.
—Hola chicos, me alegro verlos — mencionó con una sonrisa, a Candice le pareció extraño el tono confiado en el que había hablado Elijah— Hola Candice.
—Te espero afuera tío —dijo Andrea con tono serio, luego miró a Candice—. Tu y yo, tenemos que hablar.
Con eso último, Andrea se dirigió a la salida con paso firme. Los cuatro observaron cómo se alejaba rápidamente. La primera en reaccionar fue Olivia, soltó un suspiro y llamó la atención de los otros.
—Deberíamos irnos, ya se está haciendo tarde para el transporte —cada uno agarró su maleta y empezaron a caminar hacia la salida.
Al salir del pequeño aeropuerto, Ethan sonrió al ver a Andrea sentada en una de las carretas. Por otro lado, Candice frunció el ceño al verla, ya que Andrea tenía una gorra rosada en su cabeza.
—Esa gorra... —susurró Olivia, la pelinegra se giró para mirarla.
—¿Dónde están los taxis? —preguntó con una sonrisa.
Elijah soltó una pequeña risa al igual que Ethan, Olivia sonrió a medias, eso le hacía recordar a cierta persona.
—Aquí mi querida Candice, no tenemos taxis —comentó Ethan con una sonrisa—. Nuestro transporte son esas carretas.
Candice abrió los ojos y casi en trance fue llevada hasta la carreta. Elijah se despidió y se subió a la carreta junto a su sobrina.
—Ethan, Olivia... Me alegro de verlos —dijo el dueño de la carreta con una sonrisa para luego mirar a la pelinegra—. A ti no te conozco, ¿eres nueva?
—Ella es Candice, una amiga que pasará las vacaciones aquí —respondió Olivia con una sonrisa.
—Espero que nuestro pequeño pueblito sea de su agrado —dijo el hombre con una sonrisa, pero fue desapareciendo al ver todas las maletas—. Chicos, qué pena, pero me temo que no podrán ir en la carreta por las maletas.
