Nota de alguien especial.

729 50 14
                                    


Luca.


Calmar mis demonios internos...

Francamente, Alex no tenía una mínima idea de cuánto me estaba costando desde que habíamos vuelto a este endemoniado lugar.

¿Cuándo será el día que deje de contener esto? ¡Maldita mierda de vida, maldita!

Nos dirigimos al patio trasero. Me hervía la sangre, no podía creer que el idiota estaba rompiendo las reglas. Pero al muy pesado no parecía molestarle, al contrario, el brillo juguetón de sus ojos me decía que lo estaba disfrutando. Mis músculos aún continuaban temblando. No había tenido crisis en muchos años, hasta que... hasta que supe que la conocía a ella.

—Habíamos quedado en que no meteríamos a nadie más en esto —puse todo mi empeño en suavizar mis palabras—. No es un juego, Alex.

El infeliz sonrió y sacó algo de su mochila.

—Exacto. ¡No es un juego, hermanito! —encendió un cigarrillo—. Hay que colarse entre la gente, mezclarse... ¡Aparentar! Cosa que no estás haciendo para nada bien. ¿Qué carajos hiciste en el instituto hoy? Pareces un ente —exhaló el humo, pensativo, llevando una de sus manos al bolsillo de su pantalón. Odio esa actitud que carga de saber todo—. ¿Estás teniendo problemas con eso? —arrastró la última palabra.

Que hijo de puta. Tenías que decirlo...

—Me alteras. Hurgaste todas sus cosas, ¿sabes lo nervioso que me puse esa noche? —Imágenes de la cena llegaron a mi memoria—. Quedamos en que ella no formaría parte, y al día siguiente estás... ¿Jugando al amiguito?

—Hay algo más que no me estás diciendo... —dejó caer su cuerpo en la pared mientras dio otra calada a su cigarrillo.

Tragué saliva. Pude sentir mis puños cerrarse al costado de mi cuerpo. Los latidos de mi corazón se aceleraron y supe que era momento de parar. El calor iba en aumento.

—Fuiste descuidado y ella no es estúpida. Arregla tu error... —dije entre dientes.

No iba a permitir que me trasladaran una vez más por su culpa.

Alex formó una línea con sus labios. Le había dado en su punto clave. Él odiaba los errores.

—Encárgate de tu parte que yo me encargo de la mía, no molestes.

—Y tú no la metas en problemas —di media vuelta y me dirigí a mi coche.

Manejé aun con la ira carcomiéndome los huesos. El calor seguía aumentando, me sudaban las manos y hasta sentía algo de fiebre. Tenía que descansar, tenía que controlarme...

Llegué a casa y abrí la puerta aún con la acidez en la garganta. Los espasmos en mis músculos continuaban. Sentía mi pecho a punto de salirse de lugar, y no podía dejar de pensar en las palabras de Alex al terminar la conversación. ¿No molestar?

Jamás lo había hecho. Siempre me hacía a un lado, dejándolo tener el control de la situación. Pero ahora era diferente, se había pasado de los límites. No iba a soportar otra mudanza más por sus estupideces. Estaba harto. Sentía tanto calor que me deshice de mi chaqueta y la camiseta tomando asiento en sillón.

Maldito Stenill, estúpido calor insoportable. Esto no me ayuda en nada.

—¿Qué tal tu día?

Erik me sorprendió saliendo de la cocina.

—Una mierda. No soporto esto —me dejé caer sobre el respaldar.

Soltó su risa escandalosa y me dio una palmada en mi hombro. El simple contacto volvió a tensarme. Así que me quité de su toque de inmediato.

Esto no está mejorando.

Erik notó mi rechazo. Su enorme sonrisa pronto comenzó a borrarse. Formó una línea con sus labios y se sentó a mi lado.

—Mírame a los ojos, Luca...

No.

Agaché mi rostro.

—Hace mucho no ocurría esto... —frotó su barbilla mientras sus ojos se perdían en un punto en el suelo.

—No sé a qué te refieres, nada está sucediendo.

Sabía lo que vendría, sabía... lo que diría a continuación. Por mucho que quisiera ocultarlo, mi padrastro conocía cada una de mis fases bastante bien.

—Baja, ahora. No quiero problemas.

Por favor, no otra vez.

—Estoy bien, puedo manejarlo —dije con voz entrecortada, intentando tener el control. Un músculo en mi rostro comenzó a temblar.

—¿Acaso no me escuchaste? —Erik se puso de pie. El tono de su voz fue rudo—. ¿Quieres que nos tengamos que ir de aquí estando tan cerca?

No. No quiero. Pero tampoco quisiera soportar otro día más...

"Evita situaciones de estrés". "Evita el contacto Físico". "Mantenlo guardado".

Quería olvidarlo todo, quería salirme de todo eso. Pero entonces su imagen invadía mi memoria recordándome que debía seguir.

—Está bien —mascullé, intentando soportar la ira que carcomía mi pecho. 




ESTEEEEM. SE PRENDIÓ ESTA MIERDA. 

MUY BIEN. LEO TEORÍAS... 

Besos de misterio, Gre. 

No te contengasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora