Capitulo 09

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Auron le dedico una mirada traviesa a su pareja, el acoplamiento era un llamado que hacía arder su sangre. Habladas las diferencias, el felino estaba dispuesto a arriesgar su corazón en una relación con un alfa mandón.

— ¿Quieres conocer mi habitación? — Ofreció el alfa mientras se ponía de pie y le tendía una mano a la joven pantera.

— ¿Me llevas a observar la decoración? — Bromeo Auron sintiendo como sus mejillas se calentaban hasta el punto de combustión.

— ¡Sí! — Quiso aclarar el lobo— especialmente el juego de sábanas de seda de mi cama. Estoy seguro de que contrastaran hermosamente con toda esa piel morena tuya.

Auron trago duro mientras tomaba la mano que se le ofrecía. El recuerdo de lo ocurrido durante la primera vez que había sido penetrado era algo que le causaba desasosiego. Mordiéndose los labios, detuvo cualquier protesta, era un hombre, no un niño, si el sexo anal era algo que se practicada y que muchos hasta buscaban, no debería ser tan malo.

Auron siguió al lobo hasta la puerta de la habitación que se encontraba al fondo del pasillo amplio en donde estaban los dormitorios. El alfa marco el código y la pesada madera se abrió dando paso a una habitación espaciosa.

— ¡Entra! —Invito el alfa poniendo una mano en la parte baja de la espalda de su compañero, dándole un ligero empujón para que entrara— En el pasillo o sobre la cama, de todos modos te va a comer el lobo— La joven pantera no pudo más que sonreír, al ver la mirada caliente que acompañaba esas palabras. Ese lobo era un cara dura, y lo que era peor, comenzó a descubrir que en realidad le gustaba.

El dormitorio era una habitación grande, como el resto de la casa, la madera predominada, combinada con cemento y vidrio, los muebles eran pocos pero pesados al estilo rústico, la cama fue lo que acabo por robar toda su atención, era del tamaño extra grande, cosa normal si se tomaba en cuenta los dos metros de alto del alfa y todo esa musculatura bien definida. Las sábanas eran de seda, de color marfil.

—Te dije que esa piel morena tuya haría juego con mis sábanas— le recordó Reborn mordiéndole una oreja juguetonamente, el gesto casi logra que su pene explotara.

— ¡Cuidado! — Le dio un ligero empujón al pecho amplio, con la palma de la mano abierta, el contacto contra la tela estirada de la camiseta le causo una sacudida que llego justo a su miembro. Se iba a venir y el lobo ni siquiera lo había tocado.

—Tranquilo, cachorro— le susurro el hombre más grande besándolo en un rápido rose de labios. Dándose la vuelta el lobo dejó a un confundido Auron, que sentía que sus piernas no lo podían sostener, para ese entonces ya no sabía si era de miedo o de excitación. El sonido de la puerta al cerrarse le dijo a Auron que ahora estaba completamente solo a merced del hombre más grande. Lo peor de todo es que no podía pensar en otro lugar donde quisiera estar.

—Ya no hueles a miedo— hablo Reborn en un tono de voz bajo que hizo que toda la piel del felino se erizara —Hueles a sucio sexo, ya sabes, mucho de lo que tendremos.

Auron comenzó a caminar hacia atrás con cada paso que daba el lobo, hasta que sus pantorrillas tocaron la orilla del colchón de la cama —Mío— gruño el lobo haciéndolo caer de espaldas sobre la suave superficie. Las sábanas olían a hombre, el olor se metió bajo las fosas nasales de Auron hasta instalarse bajo su piel — ¡Tuyo! — Se encontró aceptando.

El hombre más grande simplemente le sonrió, Auron supo en ese momento lo que sé sentía ser la presa de un enorme depredador. El bulto que se pintaba en el cierre del pantalón del alfa le dio un vistazo de lo que podría esperar.

Reborn se recreo observando al felino, que acostado con la espalda sobre el colchón lo miraba con unos grandes y asustados ojos ámbar; aquella vista hizo que el lobo se relamiera de gusto, iba a comerse de a poquitos al dulce cachorro, hasta dejarlo hecho una gelatina maleable en sus manos.

𝐏𝐨𝐫 𝐔𝐧𝐚 𝐍𝐨𝐜𝐡𝐞 𝐃𝐞 𝐋𝐮𝐧𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora