Un amor de verdad

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Llegamos entonces al lugar en el cuál ya se encontraban todos los invitados esperándonos, segundos antes de llegar nos anunciaron así que en medio de fuertes aplausos y gritos, Regina y yo saludamos a todos los ahí presentes un tanto a la distancia mientras nos dirigían a nuestra mesa, antes de comenzar lo que sería el banquete y la fiesta varios de nuestros familiares y amigos optaron por dedicarnos unas cuántas palabras, fue un momento sumamente grato y conmovedor para ambas al recibir tantas muestras de cariño de aquellas persona importantes para nosotras que la felicidad que estábamos sintiendo en ese precisó momento era realmente indescriptible, después de varios minutos de risas, lágrimas y un sin fin de emociones finalmente terminó dicho momento con un brindis muy especial por parte de los padres de ambas para entonces ahora sí dar inicio a lo que sería el banquete.

Se escuchaban risas por todos lados, personas hablando entre si, música un tanto tranquila ambientando el lugar, meseros que iban y venían por todos lados repartiendo platillos y bebidas, lo típico que suele pasar en una celebración que por fin pude disfrutar un momento de paz al lado de Regina al ya no tener la atención de todos sobre nosotras, realmente amé poder compartir dicho momento con ella y hablar de lo irreal que era ahora saber que estábamos casadas, vernos así, tomadas de la mano con total libertad, poder besarla una y otra vez para entonces decirle al oído cuánto es que la amó era todo un sueño hecho realidad ... Nuestro momento de paz fue pasajero al notar cómo diversos invitados decidían acercarse a nosotras para felicitarnos por la boda que igual fue un gran momento, reímos y hablamos con varios de ellos, Regina me presentó a varios de sus familiares a los cuáles yo aún no conocía y viceversa, yo hice lo mismo con mis familiares que aún no habían tenido el gusto de conocerla, hacer ésto tomó varios minutos, minutos en los cuáles Verónica simplemente decidió quedarse un tanto a la distancia hablando con Ana, una de sus amigas a las cuáles ya había tenido el gusto de conocer, quería saludarla por lo menos pero al ver que ella se rehusaba a acercarse, decidí ser yo quién tomó la iniciativa de ir a hablar con ella antes de que comenzar la fiesta y el ruido en el lugar nos impidiera hacerlo, caminé entonces hacía ella algunos pasos dándome cuenta de que precisamente estaba haciendo lo mismo así que logramos coincidir a medio camino, un tanto a la distancia de todos.

E - Hola ... - Dije feliz de verla.

V - Hola Emma ... Te ves hermosa. - Dijo colocando un beso sobre mi mejilla a modo de saludo para entonces ser yo quién decidiera darle un fuerte abrazo.

E - Tú también te ves hermosa ... Me alegra mucho poder verte, pensé que no vendrías.

V - Prometí que estaría contigo en tus momentos más especiales así que ... Aquí estoy. - Dijo mostrándome una pequeña sonrisa.

E - Gracias por venir ... Es realmente valioso para mí que estés hoy aquí, en un día tan especial.

Ha pasado demasiado tiempo desde la última vez que nos vimos ... ¿Cómo has estado?

V - Bien ... Bastante ocupada trabajando, pero todo bien.

E - Me alegra saberlo.

Ammm ... Perdón si te causó algún tipo de inconveniente lo de la invitación a la boda.

No sabía si estaba bien hacerlo pero quería que está vieras presente porqué eres y siempre serás parte importante de está historia. - Dije tomando su mano entre las mías por un momento.

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