Sabes ... Te amo

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《Emma》

Los días comenzaban a pasar después de que Verónica se había ido a Francia, durante nuestra segunda conversación por chat en "tiempo real" logramos acordar los días en los cuáles podríamos platicar y fue así cómo continuamos nuestra amistad a distancia, hablar con ella era tan normal que por momentos olvidaba se encontraba a kilómetros de distancia de mí, saber que se encontraba bien me tranquilizaba demasiado aunque por otro lado saber que se había reencontrado con quién fue su primer amor me tenía un poco preocupada ya que Verónica no merecía volver a sufrir por alguien aunque tampoco tenía muy en claro si ella seguía sintiendo algo por su ex.

Mi relación con Regina iba muy bien, teníamos también ciertos días en los cuáles salíamos por las noches después de la escuela a algún lugar ya que muy a nuestro pesar no podía ser todos los días para no levantar sospechas, aparte de que mis papás no me dejaban salir todas las noches, algunos fines de semana también lograbamos ir a algún lugar, por lo regular era a algún parque, a la playa, al lago o al cine, sinceramente el lugar no era tan importante ya que el simple hecho de poder estar juntas para nosotras ya era suficiente, con el tiempo fue inevitable que Abril se diera cuenta de que salía con alguien a lo cuál en una ocasión me preguntó de quién se trataba pero muy a mi pesar tuve que decirle que quería mantener en privado su identidad pero que si, efectivamente me encontraba saliendo con alguien.

Al principio pensé que se había molestado conmigo por no haberle querido decir de quién se trataba pero después ella misma me dijo que lo entendía y que mientras yo fuera feliz, por ella no había problema alguno lo cuál me confirmaba porqué era mi mejor amiga, en la escuela podía ver a Regina muchas veces en la clase de taller pero intentaba mantenerme al margen con ella por ser mi profesora y por el respeto que le tenía aunque también debo decir que muchas veces era inevitable escribirle algunos mensajes en pequeños pedazos de papel diciéndole cosas lindas, los cuáles ella me regresaba minutos después con una respuesta igual o aún con palabras más lindas de las que yo le había escrito, por las noches al llegar a casa tenía la costumbre de guardar estos pequeños pedazos de papel en una pequeña cajita para tenerlos de recuerdo y evitar que alguien más pudiera tomarlos de mi mochila, la vida al lado de Regina era prácticamente un sueño hecho realidad, era exactamente todo lo que había deseado en la vida, sabíamos llevar las cosas discretamente en la escuela para evitar problemas pero fuera de ésta también intentábamos olvidar que ella era mi profesora y yo su alumna lo cuál realmente era de mucha utilidad para ambas en la relación.

Por otro lado comenzaban a pasar los días de una forma muy veloz y aunque era inevitable ver a Fernanda siempre detrás de Regina sabía sobre llevarlo ya que estaba muy segura de lo que ella sentía por mí, se comenzaba a acercar una fecha importante para la escuela que sinceramente yo no sabía que existía y éste era "El día del estudiante", al parecer era un día tan significativo para la escuela que el director puso a Regina, Fernanda y otros profesores a organizar una "Fiesta secreta" para todos los alumnos cómo cada año o al menos éso era lo que Regina me había dicho el día que quiso avisarme la razón por la cuál probablemente la vería gran parte del día hablando con Fernanda y otros profesores, Regina me había dicho que prefería informarme de esto para evitar malos entendidos entre nosotras lo cuál le agradecí demasiado aunque también le hice saber que no era necesario hiciera éso ya que yo confiaba ciegamente en ella.

Al ser yo la representante de los alumnos en la escuela mi deber en ésta celebración era preguntar en cada grupo que es lo que les gustaría comer o hacer para dicha fiesta así que gran parte del día me encontraba yendo de un salón a otro recopilando opiniones por lo cuál en más de una ocasión lograba ver a lo lejos a Regina, al vernos a la distancia únicamente lograbamos sonreirnos pero ése simple gesto hacía que mi día fuera el mejor, incluso en una ocasión logré hablar con ella teniendola prácticamente frente a mí pero a escasos kilómetros de distancia por medio de una llamada telefónica, llevaba días queriendolo hacer pero nunca me había animado por temor a que pudiera molestarse por interrumpirla en alguna de sus reuniones hasta que un día tomé el valor suficiente y decidí llamarle por teléfono, al hacerlo rogue porqué decidiera contestarme así que al marcar su número pude observarla a lo lejos revisar la pantalla de su celular para saber quién le hablaba y cuándo supo de quién se trataba la vi sonreír de una forma muy linda, después noté que les dijo algo a quiénes la acompañaban y se apartó un poco de todos para contestar su teléfono.

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