Un Amor Imposible

Te mereces algo mejor

La relación de Regina con Fernanda continuaba, muchas veces me encontraba a Fernanda en los pasillos de la escuela ya que llevaba muchos papeles a diversos profesores, las veces que la veía tenía la impresión de que ella sabía que no me agradaba y veía que el sentimiento era mutuo ya que en varias ocasiones me había visto hablar con Regina y sabía que no le agradaba nuestra amistad.

Cada vez las veía pasar menos tiempo juntas y cuando hablaban lograba ver que Regina ya no se veía tan feliz como antes, seguramente estaban pasando por problemas pero yo no me iba a involucrar en eso o por lo menos no lo intentaría ...

Habían pasado varios días desde la propuesta de Verónica y no le había podido dar mi respuesta ya que le solicité unos días más para pensarlo y ella me los dió.

También había pedido los apuntes de la clase de química a la que falte y por suerte a la siguiente logré llegar temprano, justo lo que me había advertido Regina que pasaría así fue, por suerte supe que contestarle a René y no logró dejarme en vergüenza ante los demás.

Sabía que tenía que tener cuidado con él pero no miedo ya que eso le daría armas para intimidarme, así que intentaría mantener distancia y tratar sólo lo necesario con él.

Ese mismo día logré darle mi respuesta a Verónica sobre su propuesta y se alegró mucho de que haya aceptado, me dijo que contaba con ella para lo que sea y que me ayudaría en lo que fuera necesario frente a la junta de profesores.

Comenzaba a ponerme al día con Abril y en nuestros ratos libres estudiábamos juntas para intentar mejorar sus calificaciones, aún no le había dicho que iba a ser la representante de los alumnos en la junta de profesores porque no quería ilusionarla y que dejará de estudiar las materias por pensar que ya todo sería más fácil.

Los días pasaban y hablaba muy a menudo con Verónica por el tema de la junta, había ocasiones en las que me quedaba a comer en su salón para hablar del tema y de algunos puntos que en lo personal yo veía mal en la escuela y que pensaba se podrían mejorar.

Todo parecía ir bien en la escuela hasta que un día estabamos en el taller esperando a Regina para entrar y ella no aparecía, era raro porque ella nunca faltaba a la escuela sin razón y mucho menos llegaba tarde, al llegar fue a la dirección y después subió al taller, me alegré de saber que si había llegado y nos abrió la puerta para entrar.

Comenzamos a entrar y al momento de pasar a su lado noté que estaba sería, había un poco de enojo en su rostro e incluso podría decir que estaba triste:

E - Buenas tardes profesora ...

R - Buenas tardes señorita Emma, adelante.

Pasé al salón y me quedé sentada en silencio, no sabía que estaba pasando, nunca había visto a Regina de esa manera y menos sabiendo como era ella, sabía que algo andaba mal y lo iba a averiguar.

La clase fue como otras tantas pero con la diferencia de que si se podía notar un poco su estado de ánimo de Regina aunque ella intentará disimularlo, quería verla reír, necesitaba ver esa sonrisa para poder tener un buen día así que se me ocurrió una idea:

Tomé un pequeño pedazo de papel de mi libreta y comencé a escribir un pequeño chiste que nunca fallaba al momento de querer hacer reír a alguien, lo doble en partes pequeñas y me apresure a terminar mis ejercicios en la libreta, al terminar corrí a calificarme y llevé el papelito conmigo.