Harry Potter's Second Chance

Capítulo 19: Sunday Dinner

19. La Cena del Domingo

Albus estaba encantado con el reloj Orrery y aseguró a Harry que no tenía otro igual en su colección. Mientras Severus y Eco preparaban la cena, Harry escuchó cómo Albus le contaba la truculenta historia del maestro relojero ciego Hanus y luego le habló de Posidonius, que creó el primer Orrery.

Harry, sentado a los pies de Albus, tenía la atención centrada en su abuelo.

"El Orloj es el más mágico de todos los relojes del mundo. Construido en la antigua ciudad de Praga en el siglo XIII, reunía la magia de las estrellas, el Tiempo y los Santos Arcanos". Albus se inclinó hacia Harry y levantó un dedo delgado. "Sólo funcionó, como debía, una vez... y el Orloj predijo su propia locura".

"¿Lo arreglaron?", preguntó Harry en voz baja.

"Los ancianos de Praga estaban empeñados en que el Orloj funcionara para que pudiera predecir el futuro de todos los magos, así que trajeron al maestro relojero Hanus Carolinum a finales del siglo XIII para que reparara el reloj".

"¿Era un mago, abuelo?". Harry se movió.

"Hanus era un mago de grandes obras. Era un artista de incalculable poder, pero fue engañado por los ancianos, que en el fondo temían que si Hanus conseguía reparar el Orloj y aprender sus secretos crearía otro para su propio uso. Los ancianos de Praga petrificaron a Hanus y luego sus ojos fueron quemados por la Magia Oscura, de modo que nunca pudo reparar su vista".

Harry soltó un grito horrorizado y envolvió los dedos en la manta afgana de Albus. "No dejó que se salieran con la suya, ¿verdad, abuelo?".

"¡Oh, no, querida! Tuvo que reparar el reloj o, al menos, aparentar que reparaba una parte. Hanus, ese mago tan astuto, dañaba una parte del reloj año tras año. Días antes de su muerte, saboteó el Orloj de una forma tan ingeniosa, que ningún mago fue capaz de repararlo de nuevo".

Con un gesto de las manos, el hermoso Orloj de Praga apareció como una imagen que flotaba sobre el regazo de Dumbledore. Harry se puso de rodillas para ver más de cerca el mecanismo mágico.

"¿Sigue ahí?", preguntó el niño.

"Lo está, pero nadie sabe que aún guarda en sus engranajes los secretos del futuro. Praga es ahora una ciudad de muggles y, aunque sus relojeros más talentosos han hecho todo lo posible por invertir el daño causado por Hanus, nunca lo han conseguido del todo. Sin embargo, a pesar de ello, el Orloj sigue siendo un objeto de belleza y maravilla, tanto para los magos como para los muggles."

Harry aplaudió la historia. "Me alegro de haberte conseguido algo brillante e interesante, abuelo".

En la cocina, Severus preparaba el pollo mientras Eco trabajaba en la ensalada. Mientras cortaba las zanahorias en dados, su mirada se desvió hacia el rápido trabajo que Severus estaba haciendo con las pechugas de pollo deshuesadas mientras las cortaba en finas lonchas. Admiró sus movimientos precisos y seguros.

A pesar de que una ventana dejaba entrar la brisa fresca del océano, la cocina seguía siendo bastante calurosa, así que Severus se había quitado la levita y se había remangado la camisa blanca de algodón hasta los codos. Se había recogido el largo pelo negro con una sencilla cinta negra.

Eco dejó de jugar a los dados mientras su mente divagaba y empezó a comparar a Oland con Severus Snape. Oland tenía un rostro brillante y excesivamente encantador y una profusión de rizos rubios por los que todas las mujeres parecían desmayarse. Eco tuvo que admitir que ella también se había desmayado. Severus tenía un rostro que a menudo parecía de piedra y era difícil de leer. Sin embargo, en las pocas semanas que había compartido su casa, estaba empezando a aprender a leer sus sonrisas y sus burlas. Eco también empezaba a aprender que mirar a los ojos de aquel hombre era ver más expresiones de las que él se sentía cómodo revelando en su rostro.