Cap 2 : El Encuentro

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Era un día más en el parque. Los niños corrían, jugando con aquel juguete el cual le había llamado su atención.

Ese día nadien había tomado en cuenta al vaquero, aunque no le importo, muchas veces solo quería ver como los niños jugaban con los juguetes, algo que por alguna razón lo hacía sentir feliz. Llenaba un poco ese hueco que tomaría años llenar.

No duró mucha su paz, después de una horas fue tomado por una manos humanas. Woody sólo se preparo mentalmente, siempre podía tocarle un niño muy imperativo o no muy cuidadoso con los juguetes.

Pero olvidó todo al ver la cara del niño, que también lo miraba ¿esto era acaso un sueño de mal gusto? ¿Era él? Pero se supone que ya era un adulto…sí, estaba claro, esto solo era un sueño, pero era mejor aprovechar el momento.

El niño de unos 6 años no dejaba de ver el muñeco, tocando el rostro de plástico y su ropa toda sucia por andar mucho en el suelo.

El niño era de una tes media tostada, su pelo, un poco suelto, era tapado por un sombrero de vaquero color rojo con hilo blanco, su cara era redonda haciéndolo ver adorable y sus ojos eran de un azul hermoso, la ropa era con diseños de vaquero.

—Andy — grito derepente una niña de 10 años dirigiéndose a el niño.

Andy, Andy se llamaba el niño, que sueño tan bonito y cruel le estaba dando su cabeza, la cual probablemente lo odiara por muchas decisiones que tomaron.

—Un juguete — dijo la niña cuando noto al vaquero entre las manos del pequeño. Después de unos segundo la niña esbozó una sonrisa de alegría y tomó al vaquero para examinarlo de más cerca — Pero si mira, es un Woody original — dio la vuelta del muñeco y vio como donde debería estar una cuerda había una simple cosedura mal echa —¡¿Pero quién sería capaz de quitarle su caja de voz?!— la niña miró debajo del zapato del muñeco y no encontró nada más que tierra, barro y basura acumulada — Jo, me ilusione mucho, enserio pensé que habíamos encontrado él Woody de papá — se lo dio al pequeño quien asintió — Bueno, que mal. ¡Juguemos!, papá y mamá nos dieron media hora para jugar ¡entonces juguemos! — tomó un juguete de hada y un juguete de perrito y empezó a jugar con Andy y el vaquero.

Para Woody, esto parecía una tortura, si esto era verdad, ¿ellos eran los hijos de Andy? Su niño. Pero también caía lo posibilidad de que sólo era una coincidencia y que realmente ellos no tengan ninguna relación con su niño. Esto era tan confuso.

—Ya niños, es hora de irnos— dijo una voz femenina mientras se acercaba.

La niña hizo un pequeño puchero pidiendo 5 minutos más, pero sus plegarias fueron rechazadas.

—Vamos, si se portan bien, los llevaré al parque de atracciones mañana, y tal vez les compre nuevos juguetes — con eso la niña pareció animarse y se paro, dejo los juguetes en una banca y se fue con su madre.

El pequeño Andy antes de irse, vio por última vez al muñeco y lo dejó junto con los otros juguetes en la banca para irse tomado de la mano con su madre.

Woody hubiera deseado poder moverse para ver como el niño se iba, pero no quería tomar el riesgo de que uno de los niño del los 7 que habían lo vieran moverse. Entonces tubo que quedarse quieto, como simpre.

Al llegar la tarde el ultimo niño se fue, y por fin los juguetes se pudieron mover, recordando cual había sido el sitio donde lo habían dejado para después volver a esa posición y no levantar sospechas.

Bo se acercó a Woody quien seguía en la banca mirando a la dirección donde se había ido el pequeño Andy. Por unos segundos ella sintió miedo, miedo de que Woody se fuera con el pequeño, pero tampoco podía ser tan egoísta, sabía lo mucho que Woody amo a Andy.

—Hasta se llamaba Andy — dijo Woody cuando sintió como Bo se sentó al lado de él.

— No me imagino como debiste sentirte cuando se fue — dijo Betty mientras sobaba la espalda del vaquero.

—La verdad, creo que ya me acostumbre, pero fue bonito mientras duró — mostró una sonrisa para calmar a Bo, pero por dentro se sentía destrozado, ese vacío el cual había llenado de apoco volvió a estar negro, sin una gota de amor o esperanza, ese niño se había llevado todo lo que había logrado rellenar, se sentía horrible.

Esta vez se fue a dormir con Betty y sus oveja, también acompañados por Giggle quien durmió en su casita. Bo había estado un buen rato acariciando el pelo de plástico del vaquero, pero su cansancio le ganó y se quedó dormida. Pero, ¿Woody cómo podría dormir? Su corazón y alma se sentían vacíos, roto, pensó que esa herida ya había sanado, pero sólo estaba siendo tapada por unas vendas las cuales no permitían que el viera ese daño todavía echo.

Se paro y se fue otra vez a la banca, miró todo el lugar y recordo como aquel pequeño niño solo se dejaba guiar por la imaginación de la niña, era obvio que en cuanto a personalidad el niño no se parecía a Andy, pero ese amor que le dio al jugar y su gran parecido físicamente era suficiente para sentir esa sensación que tenía al jugar con su niño, vaya, se sentía horrible ahora.

Se sentó para recordar un rato, recordar los hermosos tiempos cuando jugaba con Andy y sus amigos, la vez en que conoció a Buzz, a Jessie, a su fiel Tiro Al Blanco, las aventuras que tuvo con la guardería Sunny Side y Bonnie, tal vez, no fue su juguete favorito por toda la vida, pero jugar con ella y sus juguetes fue todo un honor. Había pasado tanta cosas, no pudo evitar reír al recordar a Forky, ese juguete que se creía basura, gracias a el aprendió muchas cosas, y entre ellas que no simpre un niño te va amar por toda su vida, fue una suerte que Andy lo hubiera querido toda su niñez y parte de su adolescencia, tanto que lo había querido lleva a su universidad. Algunas veces le gusta pensar como hubiera sido si se habría quedado en la caja universitaria, uviera tenido una linda vida con Andy, pero también pensar que no hubiera visto otra vez a Bo lo rompía. Era tan difícil sentir tanto amor por dos personas, era doloroso elegir solo a una, el mundo lo odiaba, simpre haciéndolo elegir entre dos personas, aunque mucho tiempo prefirió a Andy ante todo.

Por fin pudo empezar a cerrar los ojos y lentamente se quedó dormido. Durante la noche pude sentir un lindo abrazo, uno tan cálido y tranquilo que hizo que se entregará más a sus sueños.

Se sintió tan amado.

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Toy Story 5 : el regreso de AndyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora