Cap 9 : Valentía

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Woody jugaba como de costumbre con los demás juguetes del pequeño Andy mientras este arreglaba algun juguete o creaba ropa a las muñecas, no era un día fuera de lo normal. Era sábado, un día donde Andy descansaba de sus estudios y podía pasar todo el día encerrado en su pieza con la condición de ayudar con los deberes.

—Andy — los juguetes tuvieron que caer rápidamente ya que la madre de Andy no había tocado la puerta.

—"Mamá, te e dicho que por favor toques la puerta antes de entrar, casi me muero de un infarto" — señaló Andy, cosa que no era tan mentira, era obvio que exageraba pero si lo tomo de sorpresa.

—No seas tan exagerado, además, tu pieza volvió a ser un desastre, te e dicho millones de veces que antes de ponerte a hacer otra cosa ordenes tus juguetes — empezó a tomar algunos peluches y ponerlos en su lugar —hoy me llamó la señora Riley, dijo que encontró una caja de voz de los años 50' — Andy se emocionó por lo dicho — el problema es que tiene unas partes rotas y esta desarmado — la emoción de Andy se desvaneció —¡Ah! Y también, tus abuelos te enviaron esta carta — la emoción de Andy volvió, su madre era así, parecía intercalar las buenas y malas noticias para hacer que el niño se sintiera en una montaña rusa. Le entregó la carta mencionada y volvió a hablar — y también por favor saca la basura — y con eso la mamá de Andy se fue.

Quería a su mamá, pero sentía que muchas veces hacía eso por gusto. Abrió la carta y empezó a leer.

—¿Qué dice, qué dice? —dijo Emily mientras se acercaba donde Andy.

—Dice "querido Andy : me alegro mucho de tu hallazgo, cuida bien a ese juguete, porque si llegas a no quererlo cuando grande fácilmente te podrían dar un montón de dinero por él. Tu abuela tiene una muñeca de ese año con caja de voz, creo que ya sabes donde poder conseguirla, entonces podrías venir para llevártelo, ya que sabes lo mucho que nos encanta que vengas a visitarnos. Con cariño, tus abuelos" — leyó Dorothy. Era el día de las noticias.

Andy se emocionó mucho. No sólo su abuelos lo estaban invitando a su casa si no que también tenían una caja de voz de los años 50',esto era muy emocionante. Al escuchar eso Woody también se emocionó.

—Que grandioso — dijo la princesa de plomo.

Andy fue corriendo abajo para mostrarles a su padre la carta, quien leyó con atención.

—Que bueno, podemos ir el próximo sábado, escribele para que llegue la carta este miércoles y estén preparados — Andy obedeció y fue a redactar una carta avisándole a sus abuelos que irían el siguiente sábado a visitarlos, también aprovecho para contar anomalías en esos días.

Woody miró como Andy escribía con emoción. Había escuchado algo de sus abuelos maternos, ya que los paternos sólo estaba la madre, quien era cuidada por Molly la hermana menor de Andy. Pero los abuelos González eran un nuevo mundo para él, lo único que sabía era que trabajaban haciéndolo muebles personalizados y eran muy amables.

—"¿Iremos a casa de tus abuelos maternos?" — preguntó Woody al poder captar la atención del pequeño Andy.

—"Si, te agradarán, son muy amables, además de que ellos tienen una caja de voz" — se paro y sacó de un cajón un sobre de carta, escribió la dirección de sus abuelos y tomó a Woody para ir a dejar la carta.

Ya para Woody y Andy era común que el juguete saliera con él, ya no había necesidad de que salieran juntos solo por el asunto de la caja, les gustaba salían a caminar un rato y respirar aire fresco.

Andy dejó la carta y estaba dispuestos a volver a su casa, pero un grito lo detuvo. Miró para el otro lado de la calle y vio a los niños que lo molestaban, solo que esta vez tenían a otra víctima, era una niña del salón de Andy. Está trataba de alcanzar una libreta pero por lo alto que era el chico no logro alcanzaralo, y algo más que le llamó la atención pero no presto mucha fue que no vio a Kayden con ellos.

—Ya basta Liam — dijo la niña mientras trataba de de alcanzar su libreta.

—O si no que, llorona — los demás se rieron y pudieron ver la cara de desesperación de la pequeña, quien mientras lloraba trataba de conseguiré su libreta.

—Veamos que dice — empujó a la niña y los otros dos la agarraron para que el otro pudiera leer en voz alta.

Derepente alguien despertó a Andy de su trance. Miró a su brazo donde estaba Woody.

—"¿Vas a dejar que sigan?" — Andy frunció el ceño y negó con la cabeza para entrar a una tienda cercana y contarle a la vendedoras lo que estaba pasando.

—Esos niños, tranquilo, yo veré que pasa — y acto seguido salieron las dos de la tienda solo para ver como le habían quitado la mochila a la niña y husmeaban empujado a la niña cuando esta trataba de volver a conseguir su mochila.

—Oigan, ¿que creen que están haciendo? — dijo una de las mujeres cuando estuvo lo suficientemente cerca, los niños trataron de correr, pero la otra los agarro como pudo con ayuda de otro señor que estaba pasando por ahí y vio la escena — Que vergüenza, burlándose de una niña mucho menor que ustedes, debería decirle a sus padres su horrible comportamiento — dijo la mujer dirigiéndose a los adolescentes.

—No se meta vieja metiche — dijo uno de los niños mientras trataba de zafarse del agarre del hombre que lo mantenía tomado del cuello de su ropa.

—A ver si a sus padres les gustara escuchar lo que les diré, vengan — y la mujer que manteníamos a los dos niños empezó a llevárselos de la oreja para que no pudieran escapar.

Andy dejó de mirar la escena y decidió ir a ayudar a la niña, tomó la libre con la cual la estaban molestándolo y se la entrego.

—Muchas gracias —dijo la niña mientras se secaba las lágrimas.

Andy se agachó para poder sobarle la espalda a la pequeña quien le dio una sonrisa y como agradecimiento un beso en el cachete, recogió sus cosas y se fue. Andy solo se pudo sonrojar mientras miraba a la niña irse. Nunca antes una niña que no fuera su hermana lo había besado en el cachete, y tubo que admitir que se sintió bien.

Llegó a su casa todo rojo por la vergüenza y le aviso a su padre que ya había llevado la carta.

Woody solo pudo reír, aún recordaba la vez que Andy resibio su primer beso, no había dejado de pensar en la niña en todo el día y no dejaba de parecer un tomate.

Pero este no fue el caso del pequeño Andy, quien después de unos minutos lo olvidó y siguió su vida tranquilo, sabiendo que el siguiente sábado iría a la casa de sus abuelos, aunque antes tenía que sacar la basura para que su madre no lo castigará.

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Toy Story 5 : el regreso de AndyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora