Pídelo

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Julián tenía la mandíbula apretada como hace media hora. La cara de culo que tenia no había pasado desapercibida para sus amigos que se encontraban con él.

Estaban Álvarez, Dybala, Paredes y De Paul sentados en los sillones de la gran sala de estar de Lionel Messi.
El capitán de la selección argentina estaba festejando su cumpleaños y había invitado a todo el plantel, a parte de sus amigos y familiares.

Los tres argentinos que rodeaban al número nueve, estaban manteniendo una conversación sobre algo que Julián no estaba prestando atención. Lo único que podía ver, era a Lucía, su novia, al otro lado de la habitación charlando muy animadamente con el número 10 de la selección de Brasil y del París Saint-Germain.

Antes de salir de su casa, se habían peleado por una completa boludez y después de un tenso viaje en coche, cada uno se fue por su lado al llegar a la fiesta del mejor jugador del mundo.

Lucía después de saludar al cumpleañero, se quedó charlando con Oriana y Carolina, poniéndose al día después de tanto tiempo sin verse. Y Julián se instaló en el sillón para tratar de distraerse, pero se le hizo imposible cuando vió como Neymar se le acercaba a su novia y no paraba de sacarle sonrisas.

No era ningún secreto que el brasileño era atractivo y muy deseado por la mayoría de las mujeres. Los celos que sentía Julián en ese momento lo estaban consumiendo. Lucía cruzó por un segundo la mirada con él y Julián se la mantuvo. Ella notó la cara que tenía, pero volteó y siguió escuchando al futbolista que le hablaba en un español atravesado.

—Se te va a acalambrar la cara, culiado. —Paulo capturó su atención y las risas de los que estaban con ellos.

Álvarez se pasó la mano por los ojos y aflojó la mandíbula. Un poco doliendo le había quedado.

—Uno se toma el tiempo de abrir sus sentimientos con amigos y éste ni te escucha. —le reclamó Rodrigo.

—Perdón, amigo. ¿Qué decías? —Julián se concentró en el mediocampista y se volvió a integrar en la conversación.

Pero no le duró mucho, porque la mirada se le corrió un poco y sintió como le hervía la sangre al ver cómo Neymar Jr. le tocaba el cabello.

Se levantó del sillón sin pensarlo mucho más y los tres futbolistas que estaban con él se miraron cómplices.

—Se picó. —dijo Leandro en voz baja. Paulo sonreía divertido y Rodrigo se quedó mirando.

—Vaya a marcar territorio. —alentó el cordobés.

Julián se encaminó directamente a dónde se encontraba su pareja y ésta lo dedicó una mirada neutral cuando lo vió acercarse.

Ella se mantuvo de brazos cruzados cuando él la agarró de la cintura con un brazo. Le encajó un casto beso en los labios que la dejó sorprendida y se giró a mirar al delantero del PSG.

—¿Qué hacés maestro? —le agarró la mano en un saludo varonil y Neymar le sonrió—. Tanto tiempo.

De manera disimulada Lucía puso los ojos en blanco.

—Ey!! Álvarez! Que bueno verte, hermano. —Neymar tenía una buena onda que era imposible querer tratarlo mal por tener celos.

—Veo que conociste a mi novia. —dijo apretando el agarre en su cintura. Lucía estaba enojada y quería alejarlo, pero no daba hacer una escena.

—Sí, un encanto. —Julián quiso resoplar por la sonrisa que largó Lucía—. Permiso, chicos. Me voy a saludar a Leo que todavía no lo he visto.

Neymar se alejó dejando una amistosa palmada en el hombro de Álvarez y éste soltó el agarre en su novia para mirarla. Ella seguía de brazos cruzados y la sonrisa se le había ido.

One Shots | Julián ÁlvarezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora