(VIII) Renunciar a todo.

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"Corrí por los drenajes hasta que no pude más mientras cargaba a Brig sobre mis hombros. Finalmente llegué a un lugar del sistema de drenaje en el cuál podríamos descansar. Senté a Brig sobre una de las tuberías de metal y me desplomé a su lado. Estaba tan cansado que me temblaban las piernas y me dolía debajo del estómago.

Cuando recuperé el aliento, logré ponerme de pie e intenté despertar a Brig, pero él no respondía. Me pareció raro que desde que bajamos por el drenaje no había dicho una palabra. Y era por que estaba muerto."

Se interrumpe la grabación.

"Si ya. Ya estoy bien."

Parecía hablar con otra persona.

"Después de saber que Brig estaba ya saben. Creo que perdí el control. Mis recuerdos de ese momento son muy borrosos, y parecía que no era consciente de lo que hacía. Tan solo recuerdo que la misma voz que escuché antes me gritó:

????: - ¡Cálmate! -

Y pude volver en mí. Cuando abrí los ojos me quedé en shock. Las paredes tenían enormes grietas y marcas de quemaduras. Como si un rayo hubiese impactado en ese lugar. Pero estaba bajo tierra. ¿Cómo era posible? Además el óxido de las tuberías de metal a mi alrededor se habían desprendido de golpe. ¿Acaso fui yo otra vez? Recuerdo que pensé.

A pesar de todo aún estaba molesto. Culpaba al capitán por habernos abandonado a nuestra suerte. Y estaba decidido a no volver. Sé que soy un clon y que era mi deber. Pero no estaba dispuesto a morir en vano. Así que me alejé dejando el cuerpo de Brig atrás. Lo siento mi amigo. No pude hacer nada para ayudarte.

Se toma un tiempo cara secarse las lágrimas de sus ojos.

Caminé durante un tiempo hasta que encontré una escotilla que daba a la superficie. Así que subí para ver donde estaba. Me ubicaba a varios kilómetros del campo de batalla. No podía regresar con los míos. Así que debía descubrir una forma para abandonar el planeta sin ser visto.

Los puertos espaciales seguro estarían bajo el control de algunas de las dos facciones, pero seguro que en algún lugar de la ciudad debía haber alguna nave que me fuera de utilidad.

Se podían sentir los pasos de los droides cerca. Sabía que estaba en territorio hostil. Así que debía tener cuidado.

Logré subir a uno de los edificios más altos de la zona y por fin la vi. Mi vía de escape. A unas manzanas de mi posición estaba una lanzadera de transporte clase Sheathipede separatista sobre un pequeño puerto en uno de los edificios. Seguro estaba rodeado de droides. Pero era mi mejor opción.

Logré acercarme sin ser detectado. Había dejado mi blaster en el drenaje. Así que mi única arma era el sable de luz. El cuál no sabía usar más que imitar los movimientos que antes había visto. Aunque mi entrenamiento con el cuchillo de combate podría resultarme útil. O al menos eso pensaba.

Tal como lo suponía, el edificio estaba custodiado por varios droides de combate. Tenía que encontrar una manera de acceder que no fuese por la puerta principal. Afortunadamente, las escaleras de emergencia fueron mi mejor opción.

La nave estaba por encima del piso número 50. Y no os podréis imaginar lo difícil que fue subir todas esas escaleras con la armadura puesta.

Finalmente llegué al pido correcto, pero estaba exhausto. Y para complementar mi mala suerte, había cuatro droides custodiando la lanzadera. Cuatro droides B2.

No estaba seguro si pudiera usar esa fuerza otra vez. Además, dañar la nave no sería una opción. Así que tuve que buscar el modo de acabar con ellos uno por uno. Dos de los droides abandonaron la zona, al parecer era su tiempo de patrulla. Si pudiese distraerlos de algún modo pudiese acercarme sin ser descubierto. Además tenía temor que los otros dos droides me descubrieran durante su patrulla.

Se me ocurrió lanzar el compartimiento de raciones a un lado de la habitación con la esperanza de que se sintieran atraídos por el ruido. Y jamás pensé que diese resultado. Con los droides ignorando mi presencia fui capaz de acercarme por sus espaldas y cortar a uno por la mitad. El otro intentó darse vuelta, pero logré alcanzarlo primero.

Jamás hubiese imaginado lo fácil que era cortar el duro metal de los droides con el sable de luz. Me refiero esos B2 eran capaces de soportar varios disparos de nuestros blaster... así que derrotarlos tan fácilmente me resultó impresionante.

Logré colarme en la lanzadera y cerrar las puertas antes que los otros dos droides regresaran de sus patrullas. Nunca había visto el interior de una Sheathipede, pero afortunadamente los controles eran muy parecidos a los simuladores que usábamos en Kamino.

Pilotee la lanzadera hasta el espacio exterior sólo para encontrarme con un enfrentamiento entre las flotas de los separatistas y de la república. Recuerdo que un Ala-X comenzó a seguirme mientras me disparaba, y no lo culpo, al fin y al cabo estaba en una nave separatista.

Sin ninguna forma de defenderme, no tuve más remedio que dar el salto al hiperespacio. Solo con la esperanza de no chocar con nada por el camino."

Star Wars Fanfic - El Clon JediDonde viven las historias. Descúbrelo ahora