EXTRA 1

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Entré con demasiados nervios hacia el asiento frente a Samuel. Al verme su rostro no fue otro más que de confusión y lo entendía.

- ¿Qué haces aquí? Recuerdo haber sido bastante claro- habló intentando mantenerse serio mientras tomaba el teléfono y yo asentí- ¿pasó algo?-

Asentí nuevamente- ¿Cómo estás?- fue lo único que dije.

- Bien, esperaba que fuera peor- habló- Alice, acércate un poco- me pidió y me acerqué al vidrio que nos dividía- ¿qué te pasó? ¿Quien fue? ¿Ya le dijiste a los plebes?

- Fue Juan.

- ¿Qué? ¿No estaba muerto ya ese pendejo?

- Al parecer no- hablé bajo y él negó.

- Ese hijo de su...- no terminó- ¿cómo estás? ¿Qué te hizo?- preguntó preocupado y yo bufé.

- Qué no hizo el desgraciado- suspiré- de eso vengo a hablarte.

- ¿Qué pasó?

- Samuel, él- me trabé intentando no llorar- él abusó de mi- mis ojos se llenaron de lagrimas y un nudo se formó en mi garganta, y pude ver como sus ojos amenazaban con llorar igual que los míos.

- Perdóname, mi güera, perdóname por no estar para ti, por no saber cuidarte, mi reina-

Negué y puse mi mano en el cristal- Es que eso no te vengo a decir, Samu.

- ¿Qué más hizo?- la preocupación y desespero brillaba en sus ojos y facciones.

- Por los golpes que recibí- hice una pausa y volteé a ver el techo buscando algun consuelo-, pues... yo... perdí al bebé.

No pude evitar llorar y vi como su rostro desvaneció por completo toda expresión, se veía neutro, y eso en Samuel jamás era bueno.

- Alice, yo- habló pero sus lágrimas lo amenazaron con salir- no sé que decirte, lo siento mucho.

- Solo quería que lo supieras- hablé entre lágrimas- ¿cómo va tu juicio? ¿Te han dicho algo?- cambié de tema.

- Solo sé que el primero será en unos días. Alice, a lo mejor no te gusta lo que te voy a decir, pero tengo que hacerlo- hizo una pausa y me miró-. Es tu oportunidad de hacer tu vida, ya nada te detiene, vete lejos güera y sé muy feliz, sé tan feliz como el Alfredo te hizo alguna vez, sé tan feliz como intenté hacerte, sé tan feliz como todos te queremos ver. Bueno, aunque no te podamos ver- habló y negué-. Alice, mírate, eres una niña, tas bien chiquita y has vivido más que todos nosotros, has vivido tanto dolor que te mereces todo lo bueno, porque todo lo que has pasado ha sido para proteger la felicidad de todos los demás.

Sonreí y negué- Alguien tiene que venir a verte- sonrió-. No me puedo ir, no conozco nada lejos de aquí y la última vez que salí de Sinaloa- hice una pequeña pausa-, digamos que no tengo muy buenas experiencias lejos de aquí.

- Cerca tampoco.

- No te vas a librar de mi, Samuel Fuentes.

- ¿No?

- No, no tan fácil.

- Mmm, bueno, tocó acostumbrarme.

- Callate, me amas- reí.

- Eso si- sonrió.

- Estoy viviendo con los plebes otra vez- hablé.

- ¿Te sientes más segura ahí?

- Sip, me sentía segura contigo- sonrió.

- Lo que no diera por poder abrazarte güerita.

- Lo mismo digo, barbón.

- Se acabó la hora de visita- habló un guardia y se llevó a Samuel.

No me quedó de otra que limpiarme las lágrimas y levantarme directo a la salida.

Salí y me subí a la camioneta donde me esperaban.

- ¿Cómo te sientes, mi güera?

Negué- Pues, no me gusta verlo ahí.

- Voy a ver que podemos hacer por sacarlo- asentí- ya no llores, Lichia- me jaló con cuidado y me abrazó-, te amo- me dio un beso en la cabeza y sonreí.

- Yo tambien, Prieto- hablé.

- Ira pues, yo bien romántico y tu puro ofender.

■□■□■□

Entré a lo que era mi casa, ahora estaba en ruinas, no quedaba nada, absolutamente nada, despues de irnos había llegado la policia, vaya eficiencia, y todo se miraba batido, no había nada de valor, y solo quedaban pocas prendas, de la ropa de Andy no había nada.

Miraba a mi alrededor horrorizada, impactos de bala por todos lados, sangre, cristales rotos, todo deshecho. Subí las escaleras rumbo a las ruinas de mi habitación, entré y al igual que toda la casa, había un desastre.

Recorrí toda la casa sin rumbo alguno. Salí al patio y ahí solo habían cordones de la policía pero no había salido a buscar eso.

Me asomé a su casita y no lo vi, busqué por todos lados y no lo miré por ningún lado.

Comencé a preocuparme, y ¿si había muerto? Jamás me lo perdonaría.

- Está en el rancho- oí a Iván detrás de mi- no es seguro que estés aquí Licha- se acercó.

- ¿Está bien? ¿Ha comido?-

- Más que bien, ha comido muy bien, tanto que hasta a mi me quiere comer el desgraciado-

- Deja a mi hijo Iván-

- No dije nada- rió- ¿vamos para que lo veas?-

- Por favor-

Salimos directo al rancho, Iván le avisó a Alfredo en el camino. Íbamos cantando como siempre. Jamás me había dado cuenta de lo feliz que estos hombres me hacen. El simple hecho de tenerlos cerca me hace muy feliz.

Entramos al rancho pero Iván no se detuvo frente la casa, siguió un caminito que yo jamás había visto mucho menos recorrido. Había otra casa no tan grande, pero muy bonita. Nos bajamos y el me guió a través de la casa hasta un patio.

- Ahí está-

- Bebesito- hablé esperando que apareciera y así lo hizo.

- Eso no es un bebé, es un monstruo- habló Iván.

- Deja a mi bebé Archivaldo-

Y justo cuando estaba perdiendo las esperanzas apareció frente a nosotros.

Un perro de casi 15 kilos, bajo, robusto, blanco con manchas se acercó a mí y comenzó a dar pequeños saltos frente a mí. Despues de unos 2 minutos de saltitos comenzó a correr por todo el patio, entrando y saliendo de la casa. Estaba feliz, eso hacía cuando se emocionaba.

- Bebé, ven chiquito- me agaché y se lanzó sobre mi comenzando a lamerme toda.

- Como eres cochina Alice- oí a Alfredo detrás de Iván.

- Calla-

- Titan, no- habló Alfredo siendo ignorado totalmente por el perro que había adoptado hace aproximadamente 3 años y el cuál había crecido demasiado.

- Déjalo- seguí acariciando al perro mientras los hermanos me miraban mal- ay ¿quién es el bebé de la mamá? ¿Quién? ¿Quién? Pues tu mi amorcito, ay como te quiero- sonreí y el perro se quito de encima de mi- vaya que ha comido bien- hablé viendo su enorme barriga- ta muy gordo, ¿no lo sacan verdad?-

- Mira el patio güera, pá dónde lo llevamos?-

- Yo me lo voy a llevar a conocer el rancho-

- Donde me coma una gallina Alice Beltran- amenazó Iván y yo solo lo tiré a loco.

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~𝑫𝒆𝒍 𝒐𝒅𝒊𝒐 𝒂𝒍 𝒂𝒎𝒐𝒓~    -terminada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora