XIV

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1 de Enero

Despues de alegar con Ovidio todo el rato me levanté y fui a la mesa de Rodrigo, ya que me había acomodado me di cuenta que ahí estaba Alfredo, no iba a irme pues se miraba buena cura y no había otro lugar. Estabamos platicando y todos comenzaron a irse, quedamos solo Alfredo y yo, lo cuál de por si ya era incómodo.

- Si es cierto lo que dice el Ovi, el Andy no está güero- rodé los ojos aoenas oirlo

- Se la lleva en el sol- le di un trago a mi vaso y el solo sonrió.

- Pero no es del sol.

- Pues no sé, mis papás no son güeros tampoco.

- Tus papás si.

- ¿Y tu novia?- cambié de tam bruscamente.

- Me la comí- intentó bromear.

- ¿Pero dónde está?

- No sé, ni la he visto en toda la noche- miró la hielera fijamente- Extrañabas mucho al Vicente, ¿no?-

- De más- dije y él asintió- ¿tu no? Chente es un amor- volvió a asentir.

- Si, pues si- dijo no muy convencido.

- No sabes echar mentiras.

- Pues no mentira, es un amor, ¿no?

- No te queda lo celoso ahora- solté de mala gana.

- ¿Antes si?

- Antes me gustaba verte celoso por mi.

- ¿Y ahora?

- No.

- ¿Por qué?

- Porque eso solo me confunde y ya no- negué repetidas veces- eso me hace creer que te intereso y no...

Me interrumpió- Si me interesas.

- No es cierto, siempre me haces creer eso y al final te lloro- el agachó la mirada- Tu no me quieres y lo sabes, tu no sabes estar bien con una, tienes que subirte el ego y autoestima estando con muchas- hice una pausa y lo miré- tu no me amas y yo a ti si, yo siempre he estado para ti, para cuando te dan ganas de ser bueno conmigo pero no me dura mucho, y a ti no te importa, al final el que está es Ovidio, es el que me escucha, me aconseja, me ayuda, él está, tu no- agaché la cabeza y miré de reojo como asintió.

- Tienes razón- tomó mi cara entre sus manos obligándome a verlo a los ojos- menos en que no te amo, te amo como nunca he amado a nadie, te amo como nunca amaré a nadie, te amo más que a mi vida, me interas un chingo pero yo no te convengo y en eso tienes razón. Porque tu estás convencida en que no puedo y eso no ayuda, creeme que tu poca fé no me sirve, y ¿de qué  sirve que yo cambie si tu no me vas a quitar esa fama? Ya no estoy con Yamileth, hoy vine solo, hoy estaba decidido a recuperarte, pero tu estás mejor sin mí, te veías muy feliz en los brazos de Vicente, me estaba calando a lo verga pero ¿qué iba a hacer? ¿Llegar y quitarte? ¿Hacerte un pancho? No puedo, no pude, no tengo cara pá celarte, y en eso tambien tienes razón, pero tu no me viste en toda la noche, no me volteaste a ver ni por accidente, estabas muy ocupada siendo feliz con ellos y no puedo hacer nada, menos decir, entiende que si por mi fuera te tuviera conmigo siempre.

- Si por ti fuera eso hubiera pasado hace mucho, pero tu no sabes respetar a nadie que no sea vato.

- No entiendes- Negó.

- Tu no entiendes, no quiero que vuelvas a jugar conmigo- me levanté y él tambien.

- Eso no va a pasar, ya no- me juntó a el- no te puedo ver con otros me quema no tenerte y que otros si.

~𝑫𝒆𝒍 𝒐𝒅𝒊𝒐 𝒂𝒍 𝒂𝒎𝒐𝒓~    -terminada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora