20 de diciembre
Yo me iba a regresar a mi cuarto para que Alfredo no me viera pero cuando se dio la vuelta traía un golpe en la cabeza y tenía una cortada de la que salía sangre a chorros, me acerqué a él y con la playera de Andy, que tenía en mi mano comencé a hacer presión en el golpe, él solo hacía gestos de de dolor, se sentó y yo corrí por el botiquín volví y comencé a hacerle la curación.
- ¿Qué te pasó? - dije con tono de preocupación.
- Me aventó con un vaso- dijo entre risas que se ahogaban en su cara de dolor.
- No mames, pinche vieja loca- mi tono se volvió a uno de enojo.
- La neta que si.
- No la vuelvas a traer o mínimo que no la vea porque te juro que te la regreso a madrazos- el me miró sonriendo.
- Ya, ya no vuelve.
- Eso dices, porque cuidado con la influyente, cuidado con la poderosisima Yamileth Beltran- solté con sarcasmo.
Alf rió- si te cayó mal.
- No tienes idea de cuanto- terminé de limpiar la herida- ocupas suturas.
- ¿Tu no sabes?- me miró sosteniendo el algodón en su frente.
Negué- no, no sé - dije juntando los algodones que había usado.
- ¿Entonces tengo que ir hasta Culiacán? -
Asentí respondiendo a su pregunta- Si, el doctor más cercano es el veterinario.
- Oye si, voy a ir con el, ¿me hará el paro?.
- Si, pues atiende animales.
- Eh, qué me quisiste decir?
- Burro- solté sin más.
- ¿Burro?- sonrió y alzó una ceja.
- Si, burro. Ya vamos para que te curen.
- Vamos pues- se levantó, comencé a caminar y el comigo.
Salimos y llegamos a los corrales, el veterinario se acercó a nosotros pero se negó a cerrar la herida de Alfredo.
- Alfredo, déjalo, vamonos rápido.
- No que verga, se le paga y muy bien, no creo que no pueda hacer unas suturas- dijo sin dejar de apuntarle con la pistola.
- Alfredo, ya, no es igual, no eres vaca, muchacho-
- Si, lichia, yo sé pero que tal que me muero pá cuando llegue a Culiacán.
- Alfredo, eso lo hacen en el centro de salud de aquí del rancho.
- Vamos pues- se fajó el arma y caminó a una camioneta.
- Perdón- me disculpé con el doctor y seguí a Alfredo- yo manejo- me adelanté a subirme.
- No tu manejas como loca.
- Peto tu no puedes manejar porque gracias a tu mujercita, vas a quedar más pendejo- prendí la camioneta.
- Ah mira, ¿más? - se dió la vuelta y se subió.
- Si porque ya estabas- arranqué- y mucho.
- Muy pendejo y todo pero como te gustaba, morra.
- Pues yo estaba un poco más pendeja, entonces.
- Eso ni tu sola te lo crees, güera.
- ¿Y por qué no?- dije un poco nerviosa.
- Porque no- dijo sonriendo alzándose- porque es mentira.
- ¿Qué te sucede? Claro que no.
- Sabes que si.
Entre alegatas y quejas el tiempo se pasó volando, llegamos al centro de salud y rápido lo atendieron. Después nos regresamos a la casa y de nuevo seguía con lo mismo.
- Cállate Jesús que tu eres el que no me supera.
- ¿Yo? ¿Por qué tu? Tas bien loca.
- Alfredo, te ibas a casar con una mujer identica a mí- terminé de hablar y me miró con la cara toda roja- hasta el mismo apellido.
- Ay pero eso es coincidencia nomás.
- Alfredo, niegame que traía el pelo pintado.
- Pues el pelo rojo es un estilo muy común.
- En Badiraguato? No seas mamón.
- Ya pues. Oye, ¿y si nos vamos de aquí a Culiacán?
- Vamos, pero tengo que hablarle al Ovi para que me cuide al Andy.
- Retorna pues.
Hice lo que dijo y retorne, le marqué a Ovidio y el aceptó. Manejé hasta Culiacán y Alfredo ya se acostaba, se sentaba, no se estaba quieto, me paré en un oxxo y compró sabritas y cafés. Íbamos platicando muy bien cosa que no pasaba desde hace años. Llegamos a forum y entré a Bershka mientras él estaba detrás de mí. Me peseé por toda la plaza al punto de notar lo harto que estaba de caminar. En un intento desesperado de perderlo entré a Victoria Secret esperando que dejara de seguirme al ser una tienda de lencería. Y si, se me despegó un momento y aproveché para ver ropa interior y un vendedor se acercó. Me estaba mostrando prendas y como todo vendedor comenzó a halagar lo linda que se me verían, yo no lo tomé a mal pues su trabajo es vender y harán todo lo posible por hacerlo, Alfredo me estaba buscando por la tienda y cuando estaba en el pasillo de al lado el vendedor volvió a mencionar otra prenda sin olvidarse de recordar lo linda que se me miraría puesta.
- Si te vieras bien preciosa mi amor- Alfredo se paró detrás mío y me abrazó por la cintura juntandome a él- ¿lo vas a llevar mi reina?- a pesar del amor con el que habla y la cercanía, sus celos se notaban a lo lejos.
- ¿Será que lo llevo?- Seguí con su mentira.
- Claro mi alma, lo que pida- tomó mi rostro y me robó un beso, correspondí pero me separé rápido disimuladamente- lo vamos a llevar oiga.
- Ok.
Después de eso quise vergarme de como se aprovechó de la situación para darme el beso y comencé a pedir cosas que ni siquiera necesitaba como, lencería demasiado sexi, uno que otro baby doll y bodys. Al terminar me dirigí a la caja y saqué una de las tarjetas que Iván y Ovidio me dieron pero justo cuando estaba a nada de dar la tarjeta Alfredo se me adelantó y dio la suya. Salimos y terminamos de comprar la ropa, Alfredo compró demasiados juguetes para André y terminamos de comprar todo. Nos subimos a la camioneta, esta vez Alf iba manejando.
- Espero mínimo ver que uses esas madres eh.
- Ja- reí- sueñas mi niño.
- Por ahí escuché que el que compra quita- me miró con una mueca pícara.
- Si no me lo pongo no hay nada que quitar.
- ¿En serio no te lo vas a poner?- usó un tono de decepción.
- ¿Pá qué me voy a poner eso?
- Mínimo pá modelarlo
- Pero ¿pá qué? ¿Me vas a conseguir trabajo de modelo en victoria secret?
- Te puedo conseguir de mi modelo.
- ¿Y tu quién eres o qué? - burlé- No se me ilusione, padrino, solo fue un beso.
- Yo no me ilusiono, mija.
- Que bueno porque lo que fue ya no será- recliné mi asiento.
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~𝑫𝒆𝒍 𝒐𝒅𝒊𝒐 𝒂𝒍 𝒂𝒎𝒐𝒓~ -terminada-
DiversosMi nombre es Alice Beltran Machado, tengo 21 años, nací en Culiacán sinaloa un día 21 de marzo, el día de la primavera; desde siempre he vivido en Badiraguato. A mis 17 años mi papá me vendió a una de las familias más adineradas del rancho, los Cast...