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25 de Diciembre

Ya era muy tarde, todos ya andaban muy borrachos, ya habían tocado varios grupos entre los que destacaban Enigma Norteño, Los Nuevos Rebeldes, Panchito Arredondo y Edición Especial; tambien habían bandas reconocidas, como Banda Renovación, La Decima banda y no tengo idea si había más, yo apenas tomé ese día porque estaba detrás de los niños, jugando con ellos y de vez en cuando me ponía a bailar si me invitaban. No supe como pero al amanecer estaba sin tacones bailando con Alfredo, ya no aguantamos ninguno de los dos y decidimos ya dormir, busqué a André para llevarlo a mi cuarto pero lo encontré en el cuarto de Iván junto Iváncito e Ivanna, me regresé a mi cuarto encontrandome con Alfredo en el pasillo.

- ¿No que ya te ibas a dormir, cerillito?-

- Fui a ver a Andy- bostecé- ¿y tú?

- El Iván está ahí-

- ¿Neta? - reí- te tocó dormir con el perro, padrino.

- Y la sala está ocupada- negó tallandose la cara- Ando que me lleva la verga de sueño.

- Vente- dije antes de entrar al cuarto sin cerrar la puerta- voy a ver si tengo alguna cobija limpia.

- ¿Me vas a dar asilo?- entró al cuarto.

- Es tu casa, tu me estás dando a mí- busqué en mi armario.

- Ojalá.

- ¿Ojalá qué?

- Te estuviera dando.

- Siguele y te hago dormir en otro lado, Jesús.

- Ya pues- rió.

- No tengo cobijas limpias por tu culpa- 

- Ah ¿y por qué yo?

- Porque cuando duermes aquí las cambio.

- Ahora me tienes asco?- alzó las cejas indignado.

- Yo no me voy a arriesgar a dormir entre tus crías- el solo se rio- ni modo de mandarte a dormir en el piso sin cobija ni nada- puse mis manos en mi cintura- Yo duermo de este lado- señalé- tu del otro.

- ¿Vamos a dormir juntos?- Preguntó extrañado.

- Si ya no hay otro lugar, pero ve y cambiate porque yo no duermo con mezclilla

- Simón, gracias, lichia- sonrió y salió del cuarto, yo aproveché para cambiarme yo igual pero no pude bajarme el cierre.

- ¡Alfredo!- Hablé en voz alta para que volviera, pero no grité para no despertar a nadie.

- Mande- entró terminando de ponerse una camiseta.

- Bajame el cierre- el se acercó y me ayudó, justo en ese momento se abrió la puerta.

- Güera- Ovidio abrió y volvió a cerrar de golpe- perdón ¿interrumpo?-

- No, pasa.

- Ya la cagué, ¿vea' carnal?- Preguntó a Alf quien solo negó.

- ¿Me ocupabas?- dije entrando al armario mientras Ovidio me seguía.

- Es que ocupo una pijama pá la Adriana- dijo detrás de la puerta.

- Deja me cambio y ya elijes una- despues de casi 10 minutos salí con una pijama puesta y con el peinado deshecho- ese es el cajón de las pijamas- añadí apuntando al cajón de hasta abajo.

Ovidio se puso en cunclillas y lo abrió, empezó a buscar alguna que le quedara a su novia mientras yo lo observaba desde la puerta del vestidor o closet- Bestia, Güera- dijo al ver una de las prendas que había comprado solo para hacer gastar a Alfredo.

- Es pá jugar- contesté con sarcasmo.

- ¿Al papá y a la mamá?- remató su chiste.

- Claro, ¿si no a qué?- solté- ¿sabes lo incómodo que sería jugar futbol o béisbol con eso?-

Se soltó a carcajadas y luego se quedó callado- Con razón tenías al Alfredito aquí- volvió a reir.

- Dices pura pendejada, Ratón-

- Ya pues, no los interrumpo- agarró una pijama y se levantó, cerró el cajón con el pie para después salir del cuarto sin dejar de reirse.

- ¿Te diste cuenta de que ahora no se va a sacar eso de la boca?-

- Alfredito, ¿cuándo te ha molestado a ti eso?- me senté en la cama y el hizo lo mismo.

- A mi no, pero a ti si

- Ay pues ya hablé- mencioné poniendo almohadas en el medio.

- A menos de que ya no te moleste- alzó una ceja y sonrió.

- No empieces.

- ¿Por qué?- se hizo el ofendido- pero si íbamos a jugar al papá y a la mamá, ¿ahora no quieres?-

- Oite- solté una carcajada- si no la controlas no la fumes.

- Así le dijiste al Ovidio y mentir es pecado.

- Y jugar al papá y a la mamá antes del matrimonio también.

- Pero tu ya estás casada, ya no cuenta.

- Pero no contigo, y un mandamiento dice "no desearás a la mujer de tu hermano"

- El Juan no es mi hermano, primero perro.

- Ay  pero, es hijo de Dios según la iglesia.

- Me hubieras mentado la madre y sentía más bonito.

- Siguele.

- ¿A poco si 'toy tan feo?

- No pero...- interrumpió.

- ¿Entonces?-

- Alfredo, no se puede.

- ¿Por qué no?-

- Porque no soy puta, ¿ya?

- No te estoy pagando.

- Bueno, no soy de una noche y te consta, además, te vas a casar- me acosté y me tapé.

- Entonces dejame tenerte de diario.

- Alfredo, a como yo no soy de una noche, tu no eres de una mujer, no pienso llorar todas las noches pensando con quién estás o dónde- le di la espalda acomodandome.

- Dame la oportunidad de demostrarte que puedo ser de una mujer 

- Alfredo, solo voy a salir mal yo, déjalo así.

- Porfa, una oportunidad.

- Ya no se dió, Alfredito.

- Ándale, quiero demostrarte que si puedo.

- A la primera a la chingada eh- me levanté y fui al tocador.

- Okey- se acomodó en la cama para verme- ¿qué haces?-

- Me voy a desmaquillar.

Así lo hice, me despinté y me volví a acostar pero no me daba sueño, por el contrario Alfredo si se durmió, agarré el libro que tenía en la mesita de noche y para que me diera sueño comencé a leer pero no funcionó, decidí cerrar los ojos como consejo de papás, y esperar a que mágicamente me diera sueño, pero, tampoco sirvió.

- ¿Sigues despierta Güera? - preguntó con voz ronca y yo solo me hice tonta para no responder y que pensara que ya me había dormido- ya sé que estás despierta, pareces gusano, ¿qué tienes?

- Es que me falta mi pedacito, no sé, siento que se va a despertar o algo- le respondí sin voltear- me falta su calorcito.

Alf quitó las almohadas y me abrazó, unos minutos después me quedé dormida y ya no supe nada de mí.

~𝑫𝒆𝒍 𝒐𝒅𝒊𝒐 𝒂𝒍 𝒂𝒎𝒐𝒓~    -terminada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora